SILENT BURST [JAKEHOON]

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De no haber sido por el semáforo que prendió su luz roja, probablemente Sunghoon habría recibido miles de insultos y bocinazos por frenar de manera tan desconsiderada. Jake no era el primero ni sería el último en decirle que era lindo, pero nunca se lo habían dicho de manera tan espontánea, como el menor lo había hecho.

Quizás había oído mal, tal vez lo que Jake había dicho era que era listo. Claro, eso podía ser, porque no creería que aquel pequeño que le hablaba y miraba con indiferencia le diera un cumplido.

─SÍ, lo sé. Soy muy listo─ dijo a la vez que ponía en marcha el vehículo cuando la luz verde se prendió.

─Dije que eres lindo, no listo─ Jake observaba las casas pasar a una determinada velocidad, y los segmentos de líneas blancas volviéndose una sola en la calle.

─¿Crees que soy lindo?─. Bien, no había lugar en donde meterse, pues el menor acababa de confirmarle lo que él suponía que no era cierto. Estaba nervioso, y no sabía cómo contestarle o si debía cambiar de tema. Lo que más le incomodaba era el hecho de que Jake no midiera sus palabras, ¿Al menos era consciente de lo que provocaba en las personas?

─¿Por qué me haces repetirte las cosas? SÍ, eres lindo. No hagas un drama...

¡Yo no hago dramas!

─¿Alguna vez te han dicho que eres
raro─ preguntó el mayor con la pura malvada intención de generar una innecesaria disputa.

─Me lo dicen todo el tiempo; Tú y los chicos del instituto.

¿Lo molestan en la escuela? Pobre... A mí también me molestaban...

En lo que quedaba del recorrido por llegar al barrio de ambos, no mencionaron la antigua conversación. Sunghoon estaba bastante intranquilo con la presencia del menor en el auto, el silencio le parecía aturdidor. Jake no hablaba ni mencionaba algo fuera de lo usual y Sunghoon difícilmente podía mantener sus manos secas mientras presionaba con fuerza el volante.

En el cielo las nubes grises alertaban una posible tormenta que por lo que el mayor suponía sería ruidosa y perduraría por largas horas. Eso lo había aprendido de su abuelo, el color de las nubes decían mucho y ayudaba a saber si debían proteger los cultivos y entrar las maquinarias. Hablar del clima siempre lo había visto como un chiste cuando la pareja ya no tenía temas del qué hablar, pero precisamente creía que si una sola palabra salía de su boca, se guardaría como un momento demasiado embarazoso. Era mejor guardar silencio, aunque poco le gustará.

En cambio en el menor, era diferente. Pensaba que quizás Sunghoon no tenía ganas de hablar con él, o tal vez se había aburrido. No le importaba, pero tampoco podía sacar de su cabeza al mayor. Hasta donde lo conocía, tenía la idea de que a Sunghoon le gustaba hablar, pero no escucharlo a él. Quizás los temas que a Jake le gustaban no eran ni siquiera similares a los que le interesaban a Sunghoon.

Miró por la ventana y el cielo gris le pareció encantador. Últimamente muchas cosas le parecían lindas, no entendía el por qué, pero tampoco se molestaba en buscarle una respuesta a todo lo que le pasaba. Más en aquellos días no paraban de analizar a las personas a su alrededor. Entre ellas, Park Sunghoon; El chico que vivía enfrente y no paraba de aparecer en su vida de imprevisto.

─En el noticiero dijeron que caería
granizo...─ mencionó Jake sin mirar al mayor.─En casa, cuando el granizo pega contra el techo, hace mucho ruido... Los truenos también hacen mucho ruido...

─¿No te gustan las tormentas?─ Aún seguían en el centro de la ciudad y hasta su barrio quedaba media hora de recorrido. Posiblemente la tormenta los alcanzaría, y Sunghoon esperaba que el granizo se tomará su tiempo porque, una abolladura en el auto de su madre en sus manos, sería lo último que vería antes de que la mujer lo asesinara.

─Heeseung hyung se queda conmigo cuando llueve, me abraza y espera a que me duerma para dejar de hacerlo... Supongo que tienen miedo de que me de un ataque de pánico, pero hace tiempo que no tengo uno... No sé de qué se preocupan.

Estúpido Heeseung. No lo pensó, nunca pensaba lo que hacía o decía, pero eso ya estaba más que claro.

─¡Yo puedo abrazarte si quieres!─ exclamó olvidando prestar atención a la ruta, sólo para mirar al menor y que este también se girará a su dirección.

Las veces que Jake se quedaba observándolo atentamente pareciera que en realidad no existía nadie más aparte de ellos, se habían vuelto dignas de guardar en sus recuerdos. Porque habían veces en la que Jake miraba, pero a la vez sus ojos parecían perdidos y concentrados en nada.

─No. Sólo Heeseung hyung puede tocarme.

Entonces que Heeseung sea quien te lleve en su auto la próxima vez que tu madre no pueda venir a buscarte. ¡Ah cierto! No tiene.

─Entonces la próxima caminas bajo la lluvia, niño.

Era un hecho, Jake jamás medía sus palabras.

El cielo gris se iluminó de repente y ambos chicos pensaron; Un trueno. El mayor al saber que el chico a un lado suyo le aterraban, el menor por no tener los brazos de su hyung rodeándolo para susurrarle que todo estaba bien y que jamás lo soltaría. Unos segundos después de la luz, el sonido alertó sus sentidos y al poco tiempo las primeras lágrimas del cielo comenzaron a caer sobre la tierra.

Jake suspiró e inconscientemente se abrazó a sí mismo, si cerraba los ojos podría visualizar los brazos de Heeseung sobre su cuerpo y su voz cerca de su oído. Sin embargo lo único que había en su mente era oscuridad, y cerca de sus oídos sólo llegaba el sonido de la lluvia al golpear contra la ventanilla, el ruido del motor y la respiración de Sunghoon. Otros sonidos; Tales como el del volante al girar, la palanca siendo movida, los truenos de fondo, las ruedas contra el pavimento y la fricción de sus ropas ante el movimiento de sus cuerpos.

Sunghoon notó que el menor ya no respiraba con tranquilidad y por poco llegó a sentirse mal por sus palabras, pero luego recordó que el chico no tenía compasión con nadie y las ganas por ayudarlo desaparecieron tan rápido como llegaron.

─"Arriba, en la montaña melancólica, hay un árbol de plástico."─ la inocente voz ajena a Sunghoon era un murmullo que escapaba de los temblorosos labios del castaño en el asiento del acompañante. ─... ¿Estás aquí conmigo?"

El mayor no dijo nada, no pensaba interrumpir el canto porque la voz del menor era un susurro que calmaba su corazón. La letra le sonaba, pero necesitaba de más melodía para sacar la canción, y quizás acompañarlo.

─"Simplemente mirando el día de otro
sueño"─ otro trueno se escuchó desde lejos y el cuerpo de Jake se contrajo aún más, su voz comenzaba a sonar forzada y el canto era más alto. Sunghoon comenzó a asustarse, Jake le había dicho que no tenía un ataque hace tiempo pero, ¿Cuántas probabilidades existían de que estuviera sufriendo una crisis en ese momento?

─"Bueno, tú no puedes tener lo que quieres..."

                     "Pero me tienes a mí"

Ambas voces sonaron al mismo tiempo, se acoplaron una a la otra. Jake abrió sus ojos rojos del llanto que venía reprimiendo y observó a Sunghoon conducir sin prestarle atención. Él acababa de acompañarlo en la canción que su padre siempre le cantaba cada vez que tenía un ataque cuando era pequeño y eran más difícil controlarlos.

─"Entonces establezcámonos y veamos, amor...─  siguió el pelinegro reconociendo que el menor se había callado al escuchar su
voz ─"Porque tú eres mi medicina, cuando estás cerca de mí... Cuando me tienes a mí..."

Hubieron otros truenos, pero Jake no los escuchó. Sunghoon jamás dejó de cantar pero el menor ya no le siguió la letra. Parecía estar concentrado en la voz del pelinegro, y al estar todo aquello que lo atormentaba fuera del auto parecía inexistente.

Escuchar a Sunghoon cantar era olvidar que afuera el sol se había ocultado detrás de grandes nubes negras y ni siquiera el trueno más ruidoso de la tormenta callaría la dulce melodía que era la voz de Sunghoon. Luego de su padre, Jake jamás se había interesado en otra voz para cantar su canción. No hasta ahora.

Aahh... Actualización!! jhdjkja, ¿Conocían la canción que aparece en la historia? Les dejaré el video subtitulado al español en su versión acústica al inicio del capítulo.