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14 de marzo, 2021.
Buenos Aires, Argentina.

Niccóla Ribba.

Salgo al patio cargando tres six pack de birras, dejo dos en el tablón que pusimos afuera y el otro lo llevo directo al quincho para meterlo al freezer. La noche está tan linda que decidimos que no hacía falta encerrarnos con aire en el quincho y que lo ideal era sentarnos fuera, claro que con el Off en la mano porque los mosquitos no descansan en ningún momento del año.

Vuelvo con mis amigos y primos y me voy directo a abrir una lata. Mientras, busco a mi primo Abel con la mirada y lo encuentro a unos metros de mí riendo con Guille, uno de los amigos de Flor.

- Abelito hermoso. - lo llamo.

- ¿Qué pasa, Niccóla fea? - le saco la lengua y bebo antes de seguir.

- Vos sos de River, ¿no? - pregunto cruzando mentalmente mis dedos para que diga que sí, porque sino qué hago cuando llegue Julián y Abel ni se emocione al verlo.

Bueno, en realidad mentalmente cruzo los de las manos porque los de los pies sí que los tengo cruzados.

- Veneno de River, bolu, ¿cómo te vas a olvidar? - se ríe Fran, su hermano. Siento que mi cuerpo de relaja y me acerco a Abel para poner una de mis manos en su hombro derecho.

- Entonces me vas a amar toda tu vida porque te tengo una sorpresa. - le anuncio bajo la atenta mirada de casi todos. - Ya debe estar por llegar.

- ¡Nooooo! - exclama Dani entre emocionado y divertido. - ¡No me digas que...!

- ¡Callate, no cagues la sorpresa! - lo reto. Mi hermanita se ríe junto al rubio teñido, los dos se dieron cuenta de lo que hice.

En eso justo suena el timbre y antes de que yo pueda reaccionar, Flor grita: - ¡Voy yo!

Y tras ese grito corre hasta el interior de la casa. Yo blanqueo mis ojos divertida y Dani sigue riendo.

- Ahí 'tá, tanto que te hacías la dura con el tema. - me abraza por los hombros y yo solo me río.

- Lo hice por Abel.

- Claro, sí, hagamos de cuenta que te conocí ayer, Niccó. - mi hermano de otra madre palmea uno de mis hombros antes de irse a buscar otra birra al centro de la mesa.

- ¡Bueno, bueno! ¡Acá 'tá la sorpresita de Abel! - grita Flor sonriente desde la puerta. - Ojo, el único que puede emocionarse es él.

- Pero yo también soy de River, eu. - le recuerda Tomi, el hermano menor de Abel.

Flor no dice nada y se corre dejando que Julián salga al patio. Se lo nota un poco tímido, todas las miradas están sobre él.

- Buenas. - saluda alargando la letra a y con una sonrisa mínima. Busca algo con su mirada y, cuando choca con la mía, sonríe un poco más grande y levanta dos bolsas en sus manos. - Las birras que querías.

- ¡Boludo no puedo creer! - grita de repente Abel haciéndonos asustar un poco a todos. Se levanta de su lugar, al igual que Tomi, y lo veo buscar como loco su celular. Me mira y junta sus manos. - Sacanos una foto con tu celu, porfa, alta cámara tiene.

- ¿Le preguntaste a la arañita si quiere sacarse fotos? - cuestiono divertida por desesperación de mi primo. - Y tengo el celular cargando en la cocina, paja ir hasta allá.

- No hay drama con las fotos, ma. - Julián, re confianzudo, me abraza por los hombros ganándose una mala mirada de mi parte, aunque eso solo lo hace sonreír. Con su otra mano saca su teléfono de uno de sus bolsillos. - Tomá, sacanos con el mío, después veo cómo les hago llegar las fotos.

PERDAMONO' • Julián ÁlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora