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10 de abril, 2021.

Julián Álvarez.

El ambiente en el bar está bastante bueno, a decir verdad. De los diecinueve que vinimos, todos están bailando y tomando hasta por los codos menos Lina y yo, Lina porque no es muy fan del alcohol y mucho menos desde aquella vez que fuimos al boliche, y yo porque mañana tengo partido.

Ni siquiera debería estar acá, sé que si me sacan fotos puedo tener problemas pero es un riesgo que tomo porque quiero pasar tiempo con Niccóla y verla así de feliz como está ahora.

Contando Lunares de Don Patricio retumba en los altavoces del lugar, se supone que es un bar pero la primada con la que vine se armó una pista de baile improvisada y varias personas se les sumaron.

Busco con la mirada a la rubia y me encuentro con que ella ya está mirándome, y de hecho se acerca a mí mientras canta. — Vente vacila un poquito, que aunque yo me haga el loquito me encanta' y lo sabe'. — se va tirando unos pasos a medida que avanza los cuales me hacen reír divertido, bueno, los pasos y su ojo morado.

Un lado de mis labios se estira para formar una sonrisa ladina, cuando la tengo lo suficientemente cerca la abrazo por los hombros y la pego a mi cuerpo. Sus brazos rodean mi cintura al toque.

— Esa mami me tiene loco, ya casi no cojo playa contando lunare'. — canto en su oído e intencionalmente paso una de mis manos por su espalda descubierta gracias al top que lleva puesto, porque en esa zona tiene muchos lugares que me encantan y los cuales muero por contar, si me deja hacerlo con besos no voy a quejarme.

Siento que se estremece un poco entre mis brazos antes de alejarse un toque para que podamos conectar miradas.

— Gracias por haber ido al partido. — menciona con una sonrisita en la cara. Dios, qué linda que es. — ¿Quién te dijo del partido, a todo esto?

— Benja. — respondo. Desde la noche que fuimos al cheboli me mantengo bastante en contacto con el chico, es muy piola. — Y nada que agradecer, mañana te espero en el Monumental con mi casaca.

Me mira un poco indignada. — ¿Y por qué tengo que ir?

La sonrisa en mi rostro se ensancha un poco antes de que comience a hablar. — Porque sos mi suerte. — dejo un beso en una de sus mejillas. — Porque querés que me vaya bien. — beso la otra. — Porque después podemos juntarnos a ver series y te encanta pasar tiempo conmigo. — el siguiente beso lo dejo sobre la punta de su nariz. — Y porque me querés, por eso sé que querés hacerme feliz y una forma de lograrlo es tenerte con mi camiseta alentandome.

Me pierdo un rato simplemente admirando su belleza, y es que Niccóla es hermosa por donde se la mire. Sin duda su físico fue un factor influyente en que ella me haya empezado a gustar, ¿cómo no serlo? Si no es como que hayamos empezado a hablar sin habernos visto antes, en mi caso la vi a lo lejos y me llamó la atención por su físico, pero luego pude conocerla y cada día me siento más atraído hacia ella por su forma de ser tan única y especial.

Pienso en besarla, en volver a probar esos labios que me llaman a hacerlo, pero no quiero incomodarla ni nada parecido, me da miedo pensar que solo me ve como a un amigo y que si la beso puedo mandar todo a la mierda.

La veo suspirar antes de hablar. — Conste que voy a ir a alentarte a vos, no a River. — sonrío por lo que dice y asiento un par de veces con mi cabeza.

— Listo, mañana te pasan a buscar mis hermanos y entrás con ellos. — le informo. Anoto en mi lista mental de cosas por hacer decirle a mis hermanos sobre este plan.

PERDAMONO' • Julián ÁlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora