Capítulo XXVII

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Créditos de la imagen: imgurcom/XYeAJ09 ......y a youtube

¡Hola a todos!

Tarde pero seguro

Es capitulo único tan único que se dividió en dos partes y responde algunas cosas que me han preguntado. Espero subir lo antes posible la segunda parte y bueno espero responder las dudas. Sobre todo que conozcan a detalle el pasado.

LEEAN HASTA EL FINAL

NOTA: Recuerden oficialmente para mí la historia inicia en el capítulo 8/9 quiero aclarar eso ya que me preguntan y bueno esa es la respuesta.

Agradezco que tomen un poco de su valioso tiempo para leer esta historia en un universo alterno.

¡Espero les guste y lean hasta el final!

Pueden agregar a la biblioteca y les llegará la notificación o bien pueden seguirme ya sea por aquí o Instagram (@ferrer_cuellar) En ambas notifico mediante historias o publicación cuando subo el capítulo y cuando me retraso.

NO OLVIDEN DEJAR SU ESTRELLA

Y una disculpa si ven alguna falta de ortografía trato siempre de revisar pero puede que se me vaya una que otra.

Si respondo a la brevedad sus mensajes, a veces la aplicación no me notifica pero respondo sus dudas respecto a la historia.

Hay actualización 2 veces a la semana con diferencia de días al azar e incluso hay actualización doble en un día.

¡Gracias por leer!

Nota de ferrer_cuella: La Imagen es referencia de La Gran Señora alias la madre de los kirins.

Capítulo XXVII

—Entonces... ¿No piensas darme lo que tanto te pido? — Me abstengo. — Insisto... ¿Por qué demonios estas detrás de mí todo el maldito tiempo si no me vas a dar nada de lo que te he pedido? — Responde enfadada una vez más ante mi negativa numero; ya no se cual. — Mejor ve con Xian, solo me quitas oxígeno.

—Reconozco sus negras intenciones y mientras estas no cambien, no pienso concederle ni una pizca de mi sangre.

—¡ESA SANGRE NO ES TUYA! — Lanza por los aires algunos de los muebles de la vieja biblioteca.

—Su madre me la confió y por ende es mía también.

Me zangolotea. — ¡ES LA SANGRE DE MI MALDITA MADRE! — Trata de rasguñarme pero me transformo. — Linda viborita, serpiente no me hagas enojar o te derivare esos colmillos... al menos uno de ellos si contiene veneno.

Me arrastro por el lugar y ella comienza a derribar las repisas para que estas me aplasten.

—¿Tan enferma quedo por amor de aquel hombre?

Voz chillona. — ¡No era cualquiera!

—¿Segura no le recordó a alguien... a su padre quizás?

—Ninguno tiene nada que ver.

—Las dos sabemos que al final los dos se parecen en algo... — Una estantería me cae encima. — De todas formas lo único que los une es algo insignificante.

Tiempo al tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora