Tiempo al tiempo

Capítulo III

¡Hola a todos!

Les dejo el cap de hoy que ¡wow! ahora si se se esta poniendo interesante. Lean hasta el final. Ya muero por el Cap IV.

Se subirán cap Martes/ Miércoles y Sábados/ Domingos.

Pueden agregar a la biblioteca  y les llegará la notificación. O bien pueden seguirme ya sea por aquí o instragram. En ambas notifico cuando subo el capítulo.

Y una disculpa si ven alguna falta de ortografía trato siempre de revisar pero puede que se me vaya una que otra. Y disfruten es capítulo largo.

Capitulo III

-Listo ¿ya lo ven? Les dije que no les dolería si accedían por las buenas. Pero prefirieron por las malas.

- Aléjate de aquí ¡MALDITA! – Gritan con desespero.

- Ese también es un buen término para referirse a mí. –Sonrió.

-¡ALEJATE SEA LO QUE SEAS ALEJATE DE NOSOTROS! – El pánico los invade.

- Ustedes tienen algo que es mío y deben regresármelo, ya se los dije por segunda ocasión así que entréguenmelo. – Avanzo levemente más hacia la pareja que se encuentra aferrada a la pared.

-¡NO! Esta perla yo la encontré para ti mi amor y no se la pienso dar a esa bruja. – El observa de reojo a la mujer que tanto protege detrás de él.

-¿A caso la prefieres muerta? –Lanzo un ataque para separarlos.
- ¡DETENTE DEMONIA! –Me grita desde el otro extremo donde cayó.

- ¿Y si no quiero?, ¿Qué harás? – Sigo enfocada en la mujer  quien esta desprotegida. –No me digas ¿me mataras?

-¡ALEJATE DE ELLA!

- Por piedad ten mi anillo con la perla pero por favor déjanos en paz. – Estira su mano para entregarme el anillo con la perla dorada.

-¡IKUKO NO LO HAGAS!

-¡SILENCIO! – Tomo el anillo y separo la perla de esa baratija de argolla.

–Pero cuantos gritos por parte de ambos. Debieron acceder a la primera. Pero no, a ustedes los humanos les gusta complicar demasiado las cosas.

- Esa perla me costó trabajo obtenerla…

- Y gracias, sin embargo es de mi propiedad. – Me dirijo a la salida. Estoy por marcharme cuando soy interrumpida una vez más por esos sucios humanos.

- ¡VAS A MORIR, MALDITA DEMONIA! –Me grita el hombre mientras procede a atacarme por la espalda.

- ¡AMOR NO LO HAGAS! ¡DETENTE!
 
-No soy un demonio solo soy una mujer diabólica. –Repito con tranquilidad y empuño mi bastón con rapidez. – Pero tu poca inteligencia y desarrollo humano te impide diferenciar entre uno y otro. – Lo envuelvo en telarañas que poco a poco lo empiezan a desintegrar.

- ¿Qué le has hecho, desgraciada? – Se arrodilla ante el cuerpo de su ahora difunto esposo.

- Supervivencia querida. Lo se debes estar envuelta en la tristeza pero él se lo gano. La ambición humana es de lo peor y todo por una joya a una simple mortal como tú.

-Aléjate de aquí maldita. – Las lágrimas invaden su rostro. Esas lágrimas son provocadas por las acciones de él. – Inu no Taisho…

-¿Quién diablos es ese? – Cuestiona la mujer y logra sacarme de mis pensamientos.