Me gustan mayores

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Si ya leyeron caramelos de lujuria seguramente esta historia se les hará muy familiar... resulta que me he plagiado yo misma y apenas me entere.

Según yo, caramelos de lujuria contiene las primeras escenas +18 que he escrito la empecé hace un año más o menos, pero revisando mis documentos para saber que publicaría me encontré con esta historia que tiene casi dos años que hice.

No sé si se los conté en uno de los capítulos de caramelos de lujuria, pero me sorprendió tanto la similitud de escenas que ni yo me lo podía creer.


Draco observaba a Hermione en silencio mientras esta no sacaba la nariz del libro que leía, definitivamente aquel habito de perderse en las páginas de un buen libro era lo único que quedaba de la rata de biblioteca que conoció en Hogwarts. De esa niña de caballo enmarañado, dientes enormes y ojos soñadores solo quedaba el recuerdo, el rubio ahora solo podía ver a la hermosa mujer en la que se había convertido.

Incluso su forma de vestir había cambiado, ahora tenía mucho más cuidado de su apariencia física usando ropa más formal que se ceñía bien a su curvilíneo cuerpo que delataba que ya era todo una mujer, su cabello siempre recogido en un elegante moño cuando asistía a la escuela de leyes le daba un aire de madurez que Draco no podía pasar desapercibido.

La castaña sintiendo la penetrante mirada del rubio, bajó el libro tomándolo por sorpresa provocando un ligero rubor en sus mejillas; si de Hermione Granger niña no quedaban más que recuerdos, Draco Malfoy era el mismo caso, para empezar ahora perdía toda la valentía con solo una mirada de esos color miel que lo miraban justo ahora, sin mencionar que su cordura viajaba al espacio exterior en cuanto ella le sonreía mostrando sus perfectos dientes blancos, así como ella conservaba el amor por el aprendizaje el conservaba su nulo pudor al hablar.

— ¿Qué tanto me miras? —Preguntó ella, en otra época seguro estaría temblando si alguien la mirara de esa forma.

—Solo recordaba nuestro accidentado inicio aquí, nunca pensé que al entrar a estudiar leyes mágicas me encontraría contigo y mucho menos que podríamos terminar llevándonos bien –dijo él sin ocultar su melancolía.

—Pues no ha sido tan fácil, nos tomó como cinco meses dejar las diferencias atrás —recordó ella.

—A ti te tomó cinco meses empezar a verme como amigo, a mí solo me tomo uno saber que te quería en mi cama —no era un secreto que se sentía sumamente atraído por la mujer en la que se había transformada la ex Gryffindor.

—No empecemos con eso de nuevo por favor —le pidió ella —ya te lo he dicho no eres mi tipo de hombre.

—Yo puedo ser el tipo de hombre que tú quieras ­—aseguró él. —Describe tu tipo de hombre.

La castaña se lo pensó por un momento, no tenía bien claro lo que buscaba en un hombre, solo sabía que Draco no lo tenía, colocó el libro que había estado sosteniendo sobre la mesa, después soltó el perfecto moño de su cabello revelando esa cabellera rebelde que el rubio tanto amaba pero poco podía ver, el vaivén de sus rizos al son del movimiento de sus manos le resultaba hipnotizaste.

Hermione era consciente de los sentimientos y deseos de Malfoy y aunque disfrutaba mucho del hecho que ahora fuese él quien la buscaba también se sentía incomoda al tener que batearlo al menos una vez por semana.

—Me gustan los hombres que se comportan como todos unos caballeros, que disfrute la poesía, me tome de la mano, que abra las puertas para mí, un hombre inteligente para que sepa tratarme como una dama pero sin asustarse cuando estamos en la cama y me olvide de mis modales, uno sumamente cariñoso.

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