Capítulo 1

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— ¡Esto es impresionante mamá! — Chillo con asombro y estuciasmo Mahoro, Siendo seguida desde atrás por su hermano mellizo Katsuma y su progenitor Izuku.

— Esto es enorme — dijo en un suspiro de asombro Katsuma observando todo el enorme vestíbulo de aquel elegante edificio de hermosos ventanales de cristal y decoraciones acuáticas. Comenzó a fotografiar todo con su cámara.

— Si, esto es más que impresionante — dijo Izuku tan bien emocionado y asombrado por toda la vista, jamás en un millón de años se imagino estar en un lugar así. Pestañeo seguidamente para salir de su transe — iré a registrarnos...

Aviso el Omega mayor mientras se dirigía hacia el mostrador, sus hijos mellizos sólo asintieron con la cabeza mientras no cabían el asombro de estar en un lugar así.

— Si, si aquí te esperamos — dijo Mahoro mientras se sentaba en uno de los sofás rojas que allí había. Empezó a tocar casi con adoración aquel fino mueble. Su hermano Katsuma también se sentó a su lado, mirando todo a su alrededor mientras pasaba sus manos por esos refinados cojines. — ¡Hay! ¡Carajo, esto es increíble! — dijo con alegría la única Alfa del grupo.

— ¡Mahoro! — reprendió su mellizo — Sabes que mamá no le gusta que maldigas — recordó con el ceño fruncido.

— ¿Cómo crees que serán las habitaciones? — pregunto emocionada la Alfa ignorando los reclamos de su mellizo. Katsuma bufo mientras negaba.

— ¡Chicos! ¡Ya estamos listos! — hablo Izuku mientras sonreía, estaba emocionado y entusiasmado por ese viaje. — Una habitación para ustedes, es continua — agregó al ver la expresión de desagrado de Mahoro, sabía que la Alfa le gustaba su privacidad.

— ¿Estarás en nuestro mismo piso? — pregunto Katsuma mientras se levantaba y colocaba su bolso en la espalda mientas agarraba su maleta.

— Estaré un piso arriba, no te preocupes — sonrió Izuku sabia que apesar que su hijo ya tenía diecisiete años aún era un poco nervioso. — ¡Andando! — animo Izuku mientras pasaba sus brazos por los hombros de sus cachorros.

De verdad era algo muy emocionante pues jamás tenían oportunidades como esa, sus vacaciones de verano siempre había sido acampar en el patio de casa mientras miraban las estrellas y comian malvaviscos, no podían quejarce porque era algo que disfrutaban mucho, pero no les venía mal hacer ese viaje.

Izuku no tenía un trabajo muy productivo, no como para darse los lujos de pagar tanto dinero para ir a la playa y sinceramente se sentía un poco frustrado al no darle aquellos lujos a sus cachorros, apesar que estos siempre le decían que estaban bien, sabía que ellos decíaban hacer viajes extravagantes como sus compañera de clases.

Pero fue una gran sorpresa unas semanas antes cuando Mahoro había ganado el puesto número uno en la competencia de Karate a la cual asistía desde que cumplió los diez años, esta vez había ganado un premio de un Viaje a una isla turística de gran categoría, donde se pagaba la estadía del hotel cinco estrellas durante dos meses.

Recuerda cómo todos, ese día gritaron de felicidad y Mahoro estaba orgullosa por poder ganar aquella oportunidad para llevar de vacaciones a su pequeña familia.

Mientras Izuku llevaba a sus cachorros entre risas para entrar al ascensor y poder subir a su piso, volteo su mirada a la entrada del hotel.

Sintió que su alma salía de su cuerpo.

Un hombre alto, de pelo rubio cenizo en puntas y desalvorotados. Músculos definidos, y rasgos muy varoniles entraba con mala cara mientras se acomodaba su bolso al hombro.

— V-vamos, a-apresuremonos — dijo Izuku tratando de sonar relajado fallando en el intento, empujó con disimulo a sus cachorros cuando el ascensor por fin se abrió y empezó apretar el botón.

— ¿Pasa algo? — pregunto Mahoro al darse cuenta del repentino cambio de actitud en su progenitor.

Alguien más entró al ascensor interrumpiendo. El hombre saludo amablemente a lo que todos respondieron, antes de que el ascensor se cerrará aquel Alfa de pelo rubio cenizo miró al ascensor desde una distancia mientras alguien hablaba con él y su cara de desagrado se transformó en una de sorpresa.

Casi al mismo tiempo y antes de que las puertas del ascensor se cerrarán los dos susurraron al aire.

Deku...

Kacchan...

Mis- No, Nuestros HijosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora