Capítulo 15

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Suspiro, observando el techo de su habitación, se sentía como la mierda y sabía que también se veía como la mierda.

Dos días sin salir de ese cuarto atascado en sus pensamientos, estaba agotado mentalmente, ya había pasado más de seis años cuando se sintió así.

El pensar en Camie siempre lo hacía sentir culpable, y sabía que lo era, por su incompetencia ocurrió todo eso, su muerte quedó grabada en cada uno de sus recuerdos.

...

La sangres manchando todo, el llanto de los cachorros, su desesperación al no saber que hacer por segunda vez. Grito, maldijo y lloro con voz rota.

— Encuentrenlo, es un peligro que alguien como él este solo con dos bebés. — las estruendosa sirenas de las patrullas resonaron por todo el barrio bajo, todos se escondían en sus casas mohosas y oscuras, no queriendo que los descubran. Algunos apenas y se asomaban por las rendijas de las cortinas en los departamentos viejos de paredes delgadas.

...

Se levantó dejando que sus pies descalzos tocarán el piso frío intentando así reaccionar. Los vellos de su piel se erizaron ante el contacto con la temperatura contraria a la de su cuerpo.

Se paso las manos por la cabeza con fuerza, completamente frustrado.

Solo eran recuerdos, todo eso era parte del pasado. Nada puede cambiarlo. Ahora está allí, en un hotel, con sus cachorros y el Omega del cual se enamoro. No podía seguir así, no podía perder el tiempo en... Arrepentimientos que no lo llevan a nada.

Por algo es pasado, no hay forma de volver y remediarlo. Y si así fuera, es imposible cambiarlo, tal vez ajustarlo, pero cambiar las consecuencias es imposible.

Y con un peso en su espalda que no importara cuantas palabras pudieran quitar, decidió darse una ducha y afeitarse.

Seguir encerrado solo lo arrastrara a un posó sin fondo.

Salió del baño con una toalla amarrada a la cadera y otra sobre sus hombros mientras se secaba su cabello en la parte trasera, normalmente el agua se acumulaba allí como un paracito.

Cuando se dirigió al armario en un cuarto diferente de la habitación, escucho los toques en la puerta, desconcertado ante los toques, salio de la habitación hacia una especie de resividor tipo sala para abrir la puerta, no había nadie.

Frunció el ceño confundido y observó a los lados hasta toparse con una cabellera verde, que le daba la espalda, caminando hacia el ascensor.

— ¿Deku? — su voz rebotó entre las paredes elegantes hasta llegar a los oídos de un estremecido Omega ante el repentino llamado.

Izuku se sobresalto, enderesandose y deteniendo su caminata, sonrojado, se dio la vuelta mientras jugaba con sus manos, sin poder mirar a los ojos al Alfa.

— Hola Kacchan... pense que no estabas, debes estar ocupado, solo quería venir a ver si estabas bien, tenía dos días que no te veía... se me hiso muy extraño, así que le pregunte a Eri y solo me dio el numero de tu piso y habitación, lamento si te moleste o interrumpí — los murmuró y balbuceos de Izuku se atropellaron uno con otro con rapidez mientras salían de los labios rosados.

Mis- No, Nuestros HijosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora