Capítulo 14

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Mahoro no sabía que hora era, estaba muy cansada como para siquiera abrir los ojos, apenas se había levanto, estaba hecha un lío entre el revuelo de sábanas, su cabeza parecia un nido, por instinto busco a su alrededor en el suave colchón, aún que no encontró lo que buscaba, se levantó sentándose en la cama completamente desorientada, su ojos se quedaron viendo fijamente una pantufla voltiada como si fuera la cosa más interesante del mundo, estuvo mirando esa pantufla durante unos minutos mientras su cerebro se ubicaba en el espacio-tiempo.

Katsuma... — murmuró, en realidad ni siquiera fue un murmuró, un quejido tal vez, pero nisiquiera fueron letras. — Katsuma — ahora si logro hablar con normalidad, se restrego la cara quitando todo rastro de sueño y observó a su alrededor, miró a su madre a su lado abrazando a una almohada acurrucado y sonrió, su madre era tan adorable, había veces que podía considerarlo hasta su hermano, beso su mejilla y salió de la acolchonada cama para iniciar el día o ¿la tarde?

La noche anterior se habían quedado a dormir en la habitación de Izuku pues está tenía la cama más grande de los tres, fue divertido, obviando el momento en donde Izuku habló de Katsuki y estuvieron en un momento un poco tenso y melancólico, hablaron y charlaron hasta la madrugada comiendo dulces y bebiendo latas de sodas.

Terminó de lavarse la cara y los dientes para salir con cuidado de no despertar a su madre y volver a su habitación para cambiarse su pijama. Sabía que sólo era un piso abajo, fácilmente podría bajar las escaleras pero estaba muy perezosa para caminar todo el largo pasillo hasta el final para luego usar las escaleras, mejor usar el ascensor, total, este estaba para eso.

Las puertas del ascensor se abrieron y Mahoro mientras escuchaba la cansionsita que le sacava de quicio, llego a su piso y bajó dirigiéndose a su habitación, abrió la puerta y entró cerrandola con el pie.

Mientras sacaba ropa de su closep para cambiarse escucho unos ruidos en la habitación continua que era la se mellizo, se acercó a la puerta y pego la oreja tratando de oir que hacía, un suspiro y un sollozo fue lo que escucho, sus sentidos de Allfa protectora se activaron y abrió la puerta de improvisto haciendo a Katsuma saltar en su lugar.

— ¿Qué ocurrió? — cuestionó frunciendo las cejas, Katsuma intentó quitar las lágrimas de sus ojos aunque era inútil, sabía muy bien que cuando las lágrimas salían no paraban.

— A mí nada — respondió con sinceridad haciéndose bolita en la cama mientras abrazaba sus piernas y veía a su hermana.

— ¿Entonces porqué carajos lloras? — pregunto acercándose y sentadose enfrente de él. Katsuma negó y oculto su rostro entre sus rodillas, se sentía mal por causar aquella expresión en Katsuki — Dime.

— Solo... Dije cosas que no devi, yo y mi gran boca impulsiva... — gimoteo el Omega — ahora, me siento mal... Se que disculparme esta vez no ayudará y no se como acercarme después de las palabras hirientes que dije.

Mahoro observó el martirio de su mellizo, el como este gimoteaba abrazándose a si mismo, ella no era buena con este tipo de situaciones, Izuku y Katsuma se entendían mejor, pero en este momento no estaba, así que era difícil para ella saber que decir en momentos así.

— Esto es difícil — murmuró Mahoro echándose de espaldas al suave y mullido colchón — Solo ve y trata de aligerar el ambiente a quien sea que hiciste sentir mal... — aconsejo mirando la lámpara en el techo observó de reojo a su mellizo que la miraba — No lo se, solo no menciones lo que hiciste, comentale otras cosas, que sean distrayentes de esas palabras, como una disculpa silenciosa... Trata de que todo salga natural... — Mahoro no escucho palabras de parte de Katsuma, se avergonzo y gruñó — ¡Qué se yo, no me hagas caso! ¡Has lo que quieras! — y se levanto lista para irse de allí con su dignidad.

Mis- No, Nuestros HijosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora