C A P Í T U L O - S E I S

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Capítulo 6


Leah.

—¿Cómo era tu madre? —pregunto, llevándome tarta de chocolate a la boca.

—Era una mujer excepcional, siempre asegurándose de que fuera feliz.

—Suena perfecta.

—Lo era —suspira, bajando la cara—. Hasta que me mintió y no dijo que estaba enferma.

Aprieto los labios, insegura si decir lo que pienso o quedarme callada. Bueno, si voy a hacer esto con él será mejor que sea sincera.

—No creo que lo hiciera con la intención de lastimarte, al contrario, fue para que no sufrieras. —Sus ojos avellana conectan con los míos, brillando—. Si te lo hubiese dicho, te habrías pasado el tiempo pensando en ello y no viviendo, y supongo que tu madre no quería que dejaras de vivir solo porque ella se iría pronto. —Dejo la cucharita sobre el plato con la mitad de mi postre intacto y me centro en Andrew—. Si yo hubiese estado en su lugar, habría hecho lo mismo, y no por egoísmo, sino para que no me trataras diferente a como lo haces siempre. —Baja la cabeza de nuevo, tragando duro—. Mira, hay muchas posibilidades por las que pudo hacerte ocultado la verdad, pero no creo que lo haya hecho con mala intención. —Extiendo la mano para tomar la suya y darle un apretón—. Tienes que dejar ir el rencor y dejar que el amor que sentías por ella se posicione como el sentimiento mayor.

Me sonríe, mirándome de nuevo, y me devuelve el apretón en la mano.

—Gracias, Leah, tus palabras me ayudan más de lo que te puedas imaginar.

Me encojo de hombros.

—Estoy aquí para lo que necesites. —Me levanto y dejo la servilleta de tela sobre la mesa—. Ahora vayamos a tu casa, quiero que cumplas tu promesa de follarme sobre cada superficie posible.

Nunca creí que me llegaría a gustar mi jefe más allá que la simple atracción sexual que existía entre nosotros, pero ahora que he pasado tiempo con él sin hablar de trabajo, puedo asegurar sin temor a equivocarme que algo hermoso está por iniciar entre nosotros.

Porque este no es solo el comienzo.

FIN.

Corromper a un ángel ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora