𝓑𝓻𝓲𝓰𝓱𝓽 𝓾𝓹 𝓽𝓱𝓮 𝓢𝓴𝔂

1. 10 de noviembre

Soy increíble, otra vez llegando tarde...

Solo quedan 10 minutos para que entre a clases y apenas estoy vistiéndome aún.
Hoy tiraré de un clásico: falda a cuadros y camiseta negra con estampados de distintas bandas de rock y heavy metal que parecen sacadas del closet de mi padre cuando tenía 17 años.

Casi me tropiezo por las escaleras mientras me colocaba mis botas, pero para eso tengo a mi hermana pequeña, para usarla de soporte.
No me malinterpretéis, yo la quiero mucho, y ella lo sabe muy bien.

Cuando estoy de camino a la cocina escucho un característico ruido de una sartén friendo algo, obra obviamente de Jessica, mi madrastra.
No penséis cosas raras, ella no es de esas madrastras que envenenan a sus hijastras con manzanas tóxicas, aunque quizás algún día, con sus increíbles dotes culinarios me envenene accidentalmente...

— ¿ Vas a llevar eso otra vez ?— Me preguntó Jessi, algo sarcástica.

— Tampoco tenía muchas opciones.

— Un día de estos tienes que ir de compras, apenas tienes cuatro camisetas que te pones y alguna que otra falda y pantalón. No te preocupes, te prestaré dinero, se que vas apretada de dinero este mes.
Jessi siempre tan caritativa, ya me tiene que querer mucho aunque no sea su hija de verdad, no se, así lo veo yo.

— Eres un cielo, como siempre, muchas gracias Jess~

— Y no se te olvide llevarte todos esos libros que hay encima de la mesa— remarcó con autoridad.

— Sabes que no lo haré, Jess

— Y por favor, hoy lleva a tu hermana también, hoy tengo muchas cosas que hacer, yo la recojo.

— Está bieen, pero dile que entonces no tarde más, ya debería haberme ido.

— Sí, ella ya termina no te preocupes.

— Ten cuidado, haber si nos vamos a morir porque llegemos 3 minutos tarde— dijo Eunji desde la mesa, con un notable sarcasmo.

— Guárdate eso en la mochila y nos vamos ya, si llego tarde voy a perder una prueba muy importante, bastante hace la profesora por tenerme en una clase más avanzada y tener que darme clases aunque no le paguen extra.

— Que si andaa, ya voy, relájate chica...

Le di un empujoncito para que saliera por la puerta, me despedí de Jessica y salimos corriendo.

— Como lleguemos tarde, te juro que te mato enana...