Capitulo 9 (Parte I)

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Kiran

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Kiran

Siento un pinchazo en el pecho y no retengo la queja que escapa por mis labios.

-Te dije que te quedaras quieto, idiota- Fallon me golpea donde me ha pinchado y continua con su tarea, no sé porque ha querido ayudarme a colocarme la insignia del reino sobre la chaqueta, no es un trabajo muy difícil.

Sospecho que Aria la ha enviado para calmarme.

Pero no puedo hacerlo.

-Es que no lo entiendo- La castaña gruñe me muevo haciendo que la insignia se salga, estaba terminando de ponerla.

-¿Qué no entiendes, Kiran?-Deja caer sus manos- ¿No entiendes que la chica de la que estás enamorado no será entregada en matrimonio con otra persona? Creí que eso era lo que querías.

-Yo no...

-No se te ocurra negarlo, todos lo sabemos.

-Lo que no entiendo es el por qué teniendo la oportunidad servida en bandeja de plata, padre no la ha utilizado.-Paso mis manos con frustración por mi cabello ganándome una mala mirada de su parte. A quién diablos le importa cómo se vea mi cabello.

-Mírame- Las manos de Fallon se cierran en mis hombros obligándome a que nuestras miradas se unan- Aria no se irá de aquí, alégrate por ello ¿Si?

-No lo sé, algo anda mal.

Soltando un suspiro cansado, Fallon se acerca hacia la puerta de mi habitación y me observa antes de abrirla. Lleva puesto el uniforme real, sus botas largas de cuero alcanzan lo bajo de sus rodillas y esconden el pantalón negro de una tela ajustada pero elastizada que permite que se mueva libremente, en su chaqueta gris lleva bordado con pequeños hilos negros y plateados el escudo real y sobre sus hombros cuelga la capa azul que los guardias suelen usar en los eventos formales.

-Intentaré descubrir que está tramando, tú intenta no lucir tan sospechoso para que tu padre no haga preguntas ¿De acuerdo?

Jamás he oído a Fallon referirse a Tristan como su padre, siempre es el mío.

Asiento y antes de que desaparezca por el pasillo digo su nombre.

-Mantén un ojo sobre Aria ¿Puedes?

Una gran sonrisa burlona se planta en su rostro y voltea negando con su cabeza, la trenza ajustada que forma su cabello se sacude con el movimiento.

-Eso no será necesario- La risa tiñe su voz.

-¿A qué te refieres?

-Ya lo verás.

Unos minutos después de que Fallon se marcha, coloco mi corona sobre mi cabello y salgo al pasillo encaminándome al salón de baile, no puedo evitar pensar en todo el día de hoy e intento calmarme pero solo puedo recordar la burla en el rostro de mi padre y las ganas de golpearlo y borrar su estúpida sonrisa me invaden.

El Reino de las MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora