Kiran
Siento un pinchazo en el pecho y no retengo la queja que escapa por mis labios.
-Te dije que te quedaras quieto, idiota- Fallon me golpea donde me ha pinchado y continua con su tarea, no sé porque ha querido ayudarme a colocarme la insignia del reino sobre la chaqueta, no es un trabajo muy difícil.
Sospecho que Aria la ha enviado para calmarme.
Pero no puedo hacerlo.
-Es que no lo entiendo- La castaña gruñe me muevo haciendo que la insignia se salga, estaba terminando de ponerla.
-¿Qué no entiendes, Kiran?-Deja caer sus manos- ¿No entiendes que la chica de la que estás enamorado no será entregada en matrimonio con otra persona? Creí que eso era lo que querías.
-Yo no...
-No se te ocurra negarlo, todos lo sabemos.
-Lo que no entiendo es el por qué teniendo la oportunidad servida en bandeja de plata, padre no la ha utilizado.-Paso mis manos con frustración por mi cabello ganándome una mala mirada de su parte. A quién diablos le importa cómo se vea mi cabello.
-Mírame- Las manos de Fallon se cierran en mis hombros obligándome a que nuestras miradas se unan- Aria no se irá de aquí, alégrate por ello ¿Si?
-No lo sé, algo anda mal.
Soltando un suspiro cansado, Fallon se acerca hacia la puerta de mi habitación y me observa antes de abrirla. Lleva puesto el uniforme real, sus botas largas de cuero alcanzan lo bajo de sus rodillas y esconden el pantalón negro de una tela ajustada pero elastizada que permite que se mueva libremente, en su chaqueta gris lleva bordado con pequeños hilos negros y plateados el escudo real y sobre sus hombros cuelga la capa azul que los guardias suelen usar en los eventos formales.
-Intentaré descubrir que está tramando, tú intenta no lucir tan sospechoso para que tu padre no haga preguntas ¿De acuerdo?
Jamás he oído a Fallon referirse a Tristan como su padre, siempre es el mío.
Asiento y antes de que desaparezca por el pasillo digo su nombre.
-Mantén un ojo sobre Aria ¿Puedes?
Una gran sonrisa burlona se planta en su rostro y voltea negando con su cabeza, la trenza ajustada que forma su cabello se sacude con el movimiento.
-Eso no será necesario- La risa tiñe su voz.
-¿A qué te refieres?
-Ya lo verás.
Unos minutos después de que Fallon se marcha, coloco mi corona sobre mi cabello y salgo al pasillo encaminándome al salón de baile, no puedo evitar pensar en todo el día de hoy e intento calmarme pero solo puedo recordar la burla en el rostro de mi padre y las ganas de golpearlo y borrar su estúpida sonrisa me invaden.
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El Reino de las Mentiras
FantasyDurante los últimos años, Aria y Kiran han tenido que preocuparse por mantener en secretos sus sentimientos hacia el otro, pero cuando la amenaza que se extiende por las tierras de Rilyka, llega al Reino de Verrater, sus prioridades cambiarán drásti...