Durante los últimos años, Aria y Kiran han tenido que preocuparse por mantener en secretos sus sentimientos hacia el otro, pero cuando la amenaza que se extiende por las tierras de Rilyka, llega al Reino de Verrater, sus prioridades cambiarán drásti...
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Kiran
Sonrío y hago una reverencia a la joven frente a mí dando por terminado el baile, la música continua sonando tranquilamente por la habitación y dirijo una mirada hacia mi padre, quien parece complacido por mi desempeño de esta noche y despreocupadamente observa hacia otro lado, dándome vía libre por unos minutos. He bailado con cuatro jóvenes distintas en lo que va de la fiesta, he repetido con Lauren, una rubia de ojos avellanas y vestido blanco, que me ha parecido de lo más agradable... pero solo para mantener una amistad, su voz aguda no es algo con lo que quiera lidiar durante el resto de mi vida.
Camino con paso decidido esquivando a las personas en sus trajes y vestidos ostentosos, saludo a los nobles que reconozco en el trayecto hacia la próxima joven con la que quiero compartir un baile. La he estado observando durante toda la noche, aguardando pacientemente este momento en el que se encuentra observando desde un rincón alejado hacia la multitud. Su cabello brilla a luz de las velas y un ligero rubor se extiende por sus mejillas, no he podido dejar de mirarla un solo momento.
-Que maravillosa velada ¿No cree?
-Algo ajetreada pero no está mal.-Mi mirada se desvía por un segundo a sus labios cuando bebe de su copa- ¿Y qué lo trae en busca de mi atención, alteza?
-¿Qué, no puede uno acercarse hasta una bella y solitaria joven para una gratificante conversación?-El silencio se hace nuestro aliado mientras ambos contenemos las ganas de reír.
-Podría creer que sus intenciones van más allá de una gratificante conversación...
-¿Por qué?
Nuestros hombros se rozan cuando me pongo a su lado y observamos a las parejas bailando en el centro del gran salón.
-Empezando por el hecho de que nos encontramos apartados de la multitud, en un rincón poco alumbrado, sin ojos curiosos sobre nosotros y terminando por su intromisión a mi espacio personal.
-Jamás me aprovecharía de usted.-Planto mi mano en mi pecho en un silencioso juramento.
-Sucio mentiroso.
Rompo a reír y Aria termina por unirse con una suave risa que me tiene observándola fijamente.
-¿Quieres bailar?- Enarca una de sus oscuras cejas y extiendo mi mano en su dirección- ¿Me concedes está pieza?
Aria me recorre con la mirada mientras se debate en aceptar, sus ojos se desvían detrás de mí y recorre la habitación durante un momento antes de suspirar, la calidez de su mano se envuelve sobre la mía antes de tirar de ella y dirigirnos al centro de la pista.
-Solo uno.
-Solo uno- Repito con una sonrisa, las demás parejas se acomodan a nuestro alrededor y los músicos entonan una nueva canción.
