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ACTUALIDAD
GLORIA NO ERA UNA BRUJA DEL COMPLETO AGRADO PARA ANNABELLE, en realidad ninguna bruja era de su agrado. La guerra entre las Naatsoe y las brujas nunca había sido un secreto, así que para Anna cualquiera de ellas era una clara amenaza a su vida y la de sus seguidoras. Por ello no le agradaba estar en un lugar donde lo único que podía sentir era el fuerte aura de aquella poderosa bruja, donde sus poderes parecían insignificantes o simplemente inexistentes. Estaba segura de que si intentaba usar su magia, no podría hacer nada más que aparecer cosas.
Se sentía insegura allí y la mirada que Margrethe dirigía al lugar le confirmaba que ella sentía exactamente lo mismo. Mientras tanto, la penetrante mirada de Niklaus en su nuca no le ayudaba en lo absoluto. Ella realmente sospechaba que él podría saber todo lo que pensaba con tan solo esa simple mirada. Había sido tanta la dependencia y tanto el poder que tuvo Klaus sobre ella, que Anna se seguía sintiendo impotente frente a él, como si no fuera capaz de tan solo alzarle la mano para rasguñarlo. Estar en un área de brujas y tener el poder de Niklaus sobre ella no era algo que la hiciera sentir del todo bien.
—Esto debe ser una broma.— la voz de Gloria interrumpió sus pensamientos y la conversación de Klaus y Stefan, pero Anna los ignoro por completo. La chica estaba sentada frente a la barra, con sus ojos perezosos y su cabello sobre su rostro, siendo casi irreconocible frente a cualquier otra persona. Lastimosamente, su aura la delataba y más frente a aquella poderosa bruja.
—Y entonces un híbrido entra a un bar y le dice...— Klaus fue interrumpido por la menor que lo observaba con recelo.— Basta. Tal vez seas invencible, pero eso no te hace gracioso.— hablo Gloria, acercándose más a ellos.
—Punto para la bruja.— soltó de inmediato Margrethe, haciendo que su presencia fuera vista por todos. La Naatsoe había estado escondiéndose entre las sombras en los últimos minutos y esperando el momento perfecto para hacer su entrada. Anna se desconectó por completo de lo que hablaban, centrando su mirada en el trago que acababa de hacer aparecer entre sus dedos.
