Capítulo 6

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Perdida, dolida y con la imagen esa todavía viva y presente en mi mente como si fuese algo que no quisiera olvidar. En bucle se repetía y yo no hacía más que llorar. Lamentar una pérdida es mucho más sencillo que asimilar una pérdida.

Perdí por segunda vez a Alba y esta vez fue definitiva. La amaba, la quería conmigo a mi lado y quería hacerla feliz, pero si conmigo no era feliz tampoco me convertiría en una piedra en el camino de su felicidad.

-Mamá quiere aplazar mi fiesta, ¿puedes creerlo? - me sacó Oli de mi trance.

-Sus razones tendrá, Oli - le dije sin muchas ganas de hablar de ella.

-No hay razón que valga, mami. No entiendo por qué está haciendo esto si mi cumple es en apenas siete días... así, siete - me mostró siete de sus diez dedos.

-Hija por... Espera, es una videollamada de la Mari...- descolgué y vi la cara de mi amiga en la pantalla - Hola Mari.

-Hola hija puta, ¿qué desaparecida no? Llevas tres meses ahí y casi no hemos hablado.

-Ya, es que he estado muy ocupada con el trabajo.

-Y con lo de Alba también, supongo.

-Mari, saluda a Oli, está conmigo - le hice saber indirectamente a mi amiga que no estaba sola.

-Ah... O... Oli, cariño - vi a mi amiga nerviosa al otro lado de la pantalla, como si hubiese dicho algo que no debía. Yo la tranquilicé con la mirada, porque afortunadamente no fue así.

La videollamada duró casi dos horas porque la Mari y Oli se pusieron a hablar sobre un montón de cosas y yo sólo intervenía cuando se me preguntaba algo. Con un sí o un no.

Oli y yo pasamos la tarde de tienda en tienda, comprando ropa y algunas cosillas que yo necesitaba. La última tienda a la que entramos era una tienda de lencería. En ella vi un conjunto idéntico al que Alba se puso en nuestro segundo aniversario de casadas. ¿Cómo olvidarlo? Le quedaba como si fuese una auténtica diosa.

No pude evitar sonreír cuando vi el conjunto, e inexplicablemente lo compré. Para ella.

-Oli, cariño, ¿puedes llevarle esto a tu madre?

-Mami, ¿porqué no se lo das tú misma en persona? Mira, vente a cenar esta noche con nosotras...

No hubo debate posible, Oli sacó todas sus armas de chantagista y acabé acabé aceptando la invitación a cenar.

Lo que menos quería era ver a Alba, pero eso no significaba que la odiara por lo que hizo ni nada por el estilo.

Sí me dolió, y creo que el dolor jamás se me irá, pero era muy vergonzoso ir a su casa para ir a regalarle un traje de lencería a pesar de cómo eataban las cosas entre nosotras.

-Vamos allá, Natalia - me dije a mí misma antes de llamar al timbre.

Después de unos segundos llamando, oí unos pasos acercándose a la puerta y después ésa se abrió. Una Alba tremendamente radiante apareció y a mí se me cayó literalmente la baba.

-Joder - susurré para mí, pero fue un susurro alto porque Alba lo escuchó.

-Joder qué.

-Ehm... Oli me invitó a cenar.

-Lo sé, pasa...

La cena transcurrió muy lenta desde mi parecer, la tensión entre Alba y yo se notaba en nuestras miradas, en nuestro silencio... Oli de vez en cuando me hacía partícipe de sus múltiples diálogos con Alba, a los que casi no prestaba atención.

-Y... ¿vienes de compras, Nat?

¿Nat? ¿A qué vino ese Nat? ¿Y de esa forma tan sensual?

-Ehm..., no, no... Iba... es algo que compré para... ehm...

Never Doubt My LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora