Capítulo 9

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Durante toda la mañana hice todo lo que me quedaba por hacer en Barcelona. Visité los lugares que me faltaban por visitar y escribí varios artículos más.

Regresé al hotel a eso de las cuatro de la tarde. Me duché y me cambié de ropa. Abrí de nuevo mi maleta que ya tenía hecha porque a la mañana siguiente tenía que regresar a Madrid.

Cogí el folder que había traído con otro fin, pero ese fin obviamente no era posible. Cogí la llave del coche que todavía estaba a mi disposición, pasarían por él a las diez de la noche ya que a la mañana siguiente sólo tendría que ir en taxi hasta el aeropuerto del Prat.

A eso de las cinco y media estaba parada en frente de aquel edificio, apoyada en mi coche y haciendo algo que hacía mucho que dejé. Fumar.

Dejé de fumar cuando la mujer de los servicios sociales, en una de sus visitas, me encontró fumando. Me amenazó con quitarme a Oli si seguía con el "vicio", según dijo.

-Quince minutos más - me dije a mí misma, ya que la hora en la que salía Alba del trabajo había pasado ya y yo no sabía si ya había llegado en casa o si seguía en su trabajo.

En quince minutos si no la veía llegar, sabría que estaría en su casa y subiría directamente.

Cuando se cumplieron los quince minutos, esperé unos segundos más para acabar mi sexto cigarrillo desde que estaba ahí, entonces la vi llegar con unas bolsas.

-Natalia, ¿qué haces aquí? - me preguntó al verme.

-Vengo a hablar contigo - le dije seria

-Eres muy pesada, tía.

-Lo sé. No te quito mucho tiempo. Sólo cinco minutos y me voy - dejó algunas bolsas en el suelo y caminó con otras al interior del edificio. Entendí automáticamente que las había dejado para que las llevara. Así siempre era cuando hacíamos la compra.

-Bien, Natalia... tus cinco minutos han empezado desde que has entrado por esta puerta - me dijo una vez cerrada la puerta de su apartamento.

-Oli vino a verme ayer - ví cómo su expresión facial cambió radicalmente, estaba algo sorprendida - ¿Tenía que ser de esta manera, Alba?

-No podía seguir soportando esta mentira. Ella no se lo merecía.

-Claro. Pudiste haberme avisado. Olivia me odia, me odia y no quiere volver a saber de mí y no sabes...- me dí la vuelta para ocultar mi rostro en el que ya bajaban lágrimas - esa niña es lo más importante que tengo en mi vida, perdóname que ya no cuente contigo.

-Yo lo entiendo perfectamente. Natalia, yo no quería que las cosas fueran así.

-Yo tampoco, créeme que yo tampoco. Bueno, queda poco tiempo - dejé la carpeta que traje sobre la mesa y me dí la vuelta para mirarle a la cara -. Cuando mi jefe me propuso venir a trabajar durante tres meses aquí a Barcelona, ví la oportunidad perfecta para intentar lograr algo que ya de por sí es imposible. Vine aquí con dos objetivos. El primero era evidentemente hacer el trabajo que me mandaron a realizar, y el segundo fuiste tú, ví la ocasión perfecta para tratar de recuperarte... Estos papeles...- cogí la carpeta sacando los papeles que había dentro - son los papeles que me trajo tu abogado, por lo del divorcio. Los voy a firmar.

-Nat...

-Sólo quiero que sepas que luché hasta el final...- me acerqué con los papeles a la mesa y saqué un bolígrafo del bolsillo trasero de mi pantalón.

-Nat, espera...- puso su mano sobre la mía - no quiero que firmes, sólo... sólo quiero un tiempo - ¿un tiempo?, ¿para qué más necesitaba un tiempo?. Todo estaba ya claro.

-Tranquila, Alba. Esto seguro será lo mejor para las dos. Es por el bien de Oli, ella quiere que yo firme estos papeles y me aleje de tí, pienso cumplírselo.

-Yo...- quiso hablar pero la interrumpí.

-Tú quieres esto desde hace mucho. Ahora lo tendrás, no quiero seguir con esto... Tengo claro que te mereces ser felíz y yo estoy dispuesta a dejarte ir.

-Natalia, ¿quieres escucharme por favor? - desde mi punto de vista ya no había más de qué hablar ni escuchar.

-Ya no hay nada más que decir, Alba. Lo dejaste claro cuando decidiste que esto para tí era un juego. Yo te quiero, Alba, y no, no te quiero como cuando éramos las mejores amigas del planeta, te quiero como te lo demostré en mi cama... como mujer, te amo y estoy segura de que sacarte de aquí - puse mi mano sobre mi pecho - no sé si sea fácil, o que pueda hacerlo pronto. Pero lo voy a hacer, de eso puedes estar segura.

-Oli no te odia.

-¡Alba por favor! ¿Porqué cambias de tema? Y además, tú no estuviste ahí, no escuchaste nada de lo que me dijo y no viste cómo me miraba.

-Hablaré con ella.

-Yo no quiero que hables con ella, ya has dicho bastante.

-No le conté nuestra situación para que te odiara, y estoy segura de que Oli no te odia, al contrario, a quien odia es a Joan.

-Pues no lo creo, fíjate. Fue tu noviesito quien la trajo al hotel y se la llevó también. Ví a Oli subirse a su coche - recordé con dolor aquella imagen a fuer del hotel.

-¿Oli en el coche de Joan? Eso sí que es nuevo - dijo sorprendida, pero le pareció normal.

-¡Me importa una mierda qué sea nuevo o antiguo, joder!. Aquí el punto es que Olivia me odia... y es gracias a tí...- me incliné sobre la mesa y firmé los papeles sin pensármelo ni una milésima de segundo...- Aquí tienes tu libertad. Felicidades, mi amor. Lo has logrado - le dije irónicamente.

-No me digas esas cosas, Natalia.

-Lo siento, no pensé que fuera a molestarte que te felicitara por lograr tu libertad, y si lo que te ha molestado es que yo te haya llamado mi amor, lo siento. Te aseguro que no se va a repetir...- consideré mejor dejar las cartas sobre la mesa -. Bueno, me voy. Mañana tengo un vuelo temprano.

-¿Vas a irte estando peleada con la niña?

-Yo no estoy peleada con Oli, jamás podría pelearme con ella, y menos dejarla. Si me voy es porque respeto su decisión, ella dentro de nada hace los quince, es una mujercita ya. Cuando sienta que ya no está enojada conmigo seguro me buscará Yo siempre voy a estar ahí para ella.

-¿Puedo decirte una cosa, Natalia? - asentí y la miré - Oli te necesita, y mucho, aunque no parezca. Si tú te vas ahora a ella seguro no se le pasa el pequeño enfado que pueda tener contigo en este momento.

-Sólo dile que la amo por sobre todas las cosas y que siempre estaré para ella. Gracias por todo, Alba. Fue bonito mientras duró...

-Nat- se vino abajo y comenzó a derramar lágrimas.

-No llores, que si lloras me vengo abajo...

-Es que yo te a...

-Felicidades, Alba - le dí un besito en la frente y salí corriendo lo más rápido que pude de ahí. Estaba segura de que si me detenía un segundo regresaría a por ella.

Never Doubt My LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora