🐻19🐻

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Caminaba de regreso a la cocina, deje la bandeja sobre el mármol de la isla. Repasando las cosas que se encontraban sobre ella, vendas ensangrentadas, el algodón estaba manchado igualmente, guantes. Tijeras...

Todo estaba lleno de sangre, la de Rubén.

Tome las vendas, algodones y guantes y los tire basurero, lleve las tijeras al fregadero y las limpie quitando todo rastro de sangre.

Había pasado una semana desde lo que sucedió, los aldeanos cuando despertaron estaban desorientados y confundidos.

Nunca supimos que fue lo que realmente sucedió con ellos, pero ya no importaba; habían empezado a reconstruir la aldea y con ello las actividades rutinarias. Las paredes con los mensajes de amenaza fueron pintados y las calles de Karmaland quedaron como si nada de lo que pasó esa noche, hubiera ocurrido.

Pero para nosotros no.

Encontramos el cuerpo de Rubén casi sin vida junto al de Josh. Todo se me fue encima, la culpa, el dolor y un enorme vacío en mi corazón.

Él no. . . Dioses por favor no.

No cuando por fin puede vivir en paz, no ahora.

No cuando ni siquiera le dije cuánto lo amaba.

Caí de rodillas a su lado, los manos temblaban. Su rostro estaba golpeado y su ropa llena de sangre, la herida en su abdomen no dejaba de sangrar.

Apoye mi frente contra la suya, sollocé en silencio. Lo había perdido, y dolió. Dolió como el mismísimo infierno.

Alfa. . .

Fue sutil y bajo, me aleje un poco y mire la relajada expresión de mi omega.

Alfa. . .

–Esta vivo— musite para que los demás escucharan.– hay que sacarlo de aquí—

Pasaron alrededor de 5 horas, luzu y merlon salieron luego de un largo rato.

–Sobrevivió, está estable. Pero las heridas fue profunda y perdió mucha sangre— explico el anciano soltando un pesado suspiro– haré un pedido al banco de sangre para reponer y que la recuperación sea satisfactoria, tuvo muchísima suerte—

Estaba vivo, estaba estable.

Nuestro Omega está bien, está a salvo ahora.

Ahora el se encontraba en mi habitación, mi lobo no lo quiso dejar en otro lugar que no sea la mansión, bajo nuestro cuidado y vigilancia.  Pero apesar de estar estable y que afortunadamente la transfusión de sangre ayudo positivamente, Rubén aún no despertaba.

Habían pasado una semana y Rubén aún no daba señales de querer despertar.

Los doctores habían dicho que su cuerpo había entrando en un shock y su cerebro tardaría en reaccionar, un coma auto inducido como defensa personal a las emociones.

Había estado cambiando sus vendas y pendiente de los sueros y medicinas. Pasando cada noche y día admirando en silencio y pidiendole a los dioses que despertara.

✨Híbrido✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora