✨Híbrido✨

🐻Especial🐺

La mañana de karmaland le dio la bienvenida a un nuevo día lleno de actividades para los aldeanos como para los héroes, los guardias cambiaban su turno con sus colegas, y los dueños de puestos se preparaban para abrir las puertas a los clientes madrugadores.

En cada casa de los héroes aún descansaban en sus cómodas camas, negados a levantarse con el frío del invierno llegando al pueblo.

Sin embargo, en otro hogar. Más específico en la enorme isla de la familia De Luque o Dobluque, fue un despertar bastante... Enérgico.

—¡Papi, papi!— la voz aguda de su hijo lo hicieron despertar, el menor saltaba en la enorme cama con una enorme sonrisa llena de emoción en su rostro.

—Esben, mi amor. No saltes en la cama te puedes caer— el albino de alzó para poder sentarse y ver a su hijo con un poco de sueño. Su hijo al ver los ojos de su padre cerrarse otra vez, siguió saltando y llamándolo— Ya, ya, me despierto vale. Pero baja la voz hijo—

La risa de su pequeño le hizo sonreír, el omega se acercó a él y lo abrazo. Rubén beso la frente de su hijo y peino un poco la melena que poseía.

Heredó tu desordenado cabello.

Soltó un suspiro al escuchar a su omega, no era la única cosa que Esben heredo de él. Su niño tenía su actitud extrovertida, su sonrisa y sus ojos. Aún que en ocasiones, su bebé se parecía más a Samuel que a él.

—Papi, hoy papá vuelve de su misión— los ojitos del omegita brillaron con emoción, rubius asintió compartiendo la misma emoción de su hijo.

Samuel ido a un pueblo a unas semanas de aquí, junto a auron y lolito, a petición del Alcalde. Habían sido unas largas tres semanas y su omega se sentía triste por la falta del alfa en casa.

—Vamos a limpiarte la cara y a desayunar, papá no llegara hasta antes de medio día.— su cachorro asintió y se movió para bajar seguido de su padre.

Luego de cepillarse y alistar a su cachorro para salir por unas cosas al mercado del pueblo y después dirigirse a la iglesia. Aún no había dejado su trabajo como padre, pero su jubilación temprana ya se estaba efectuando.

Observo a su hijo comer sus panqueques y frutas mientras tarareaba una melodía, termino de limpiar los utensilios y los ordeno. Alzo la vista al reloj colgado en la pared y faltaba como media hora para salir, tenía tiempo para poder cambiarse él y arregla la mochila de ambos.

—Cachorro, papá se irá a cambiar. ¿Puedes limpiar el plato cuando termines?— miro a su hijo el asintió metiéndose un pedazo de fresa a la boca.

—¿Papi puedo hacer yo solo mi mochila?— el albino de giro y vio a su hijo, la pregunta había salido algo distorsionada por la comida en su boca. Pero había entendido lo que quería, solo asintió al pedido de su hijo y busco la mochila de su cachorro para dejarla sobre la silla.

—No tardaré— el mayor se perdió subiendo las escaleras, el pequeño termino su comida y como pidió su padre, limpio lo que utilizo y lo dejo ordenado.

Limpio su boca y manitos para no tenerlas llenas de miel y crema, ya limpio tomo su bolso y fue a su sala de juegos que su papá Samu había creado para él.

Tomo sus juguetes y volvió a la cocina para meter también el envase de frutas y su termo con agua. Reviso sus cosas y se aseguró que todo esté en orden, sonrió feliz y satisfecho con su trabajo.

Papá Samu estaría muy orgulloso.

Se dirigió a la sala y se sentó a esperar a su padre, que pocos minutos después bajo cambiado con una sudadera oscura que, Esben reconoció por su olor era de su papá Samu, y unos pantalones claros.