41 |Una oferta|

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Skylar

—¿Qué quieren de mi?—Pregunto completamente seria

—Es tan lindo volver a verte, Skylar—Exclama en su papel de suegra amable, pareciera que cree que olvidé lo que hizo la última vez que volvió a la vida—Dime, ¿Mis hijos saben el bien que llevas a su vida? Después de todo les diste esperanza y felicidad desde el momento en que los conociste. La promesa de un hijo nos muestra las posibilidades de un futuro posible, see supone que los hijos nos salvan de lo peor de nosotros mismos, una verdad que hace más trágicas mis circunstancias, ¿No lo crees?

—Si esperas que porque ambas perdimos a nuestros hijos sea amable contigo, entonces estás nuy equivocada porque yo daría lo que sea porque mi hija estuviera a mi lado y tu no haz hecho más que intentar matarlos.

—Es algo terrible para una madre fallarle a sus hijos, como bien sabrás—Cambia la dirección del tema con una sonrisa cálida que busca que me relaje, cosa que no voy a hacer porque aprendí a la mala que no se puede confiar en ellas

—¿Vas a seguir hablandome de lo hermoso que es tener hijos para hacerme sentir mal por lo que le pasó a mi hija? Porque no tendría que esforzarme mucho para matarlas y ganas no me faltan. Ninguna puede opinar sobre ser una madre cuando están aquí para matar a sus hijos.

—No vinimos a matarte, niña, vinimos a ofrecerte la oportunidad de ser una familia—Dice Elise con falsa amabilidad, lo que me hace soltar una gran carcajada

—Al parecer pasar tiempo con Esther te afectó y mucho porque la última vez que nos vimos creo que dejaste muy en claro cuanto me odias.

—No te odio, todo lo contrario, de hecho siento pena por ti y la forma en que debiste vivir todo este tiempo—Comenta haciendo que la mire totalmente incrédula, ella se escapa de mi mirada y toma el brazalete que me dió el día en que fuimos a vivir juntas a mi casa familiar—Aún lo tienes

—No lo uso, lo tenía guardado en una caja para recordar lo mucho que te odio.

—Aúnque lo usaras ya no tendría efecto, mi hechizo no funcionó en ti.

—¿Qué hechizo?

—Te di este brazalete para evitar que te conviertieras en una bestia, esperaba criarte como mi madre me crió, como una Blackwell, pero la sangre Jones en tus venas ya te había envenenado.

—¿Podrías explicarme con claridad de que demonios estás hablando?—Exclamo exasperada, ya que si hay algo que me molesta es que divague y no diga las cosas claramente

—Intenté amarte, intenté ser tu madre y evitarte que fueras un monstruo, pero al final del día eres la hija de tu padre.

—¿Hablas del padre al que mataste sin piedad frente a mi?—Interrogo con clara ira en mi voz—Si tanto intentaste amarme, ¿Por qué me destruiste de la forma en que lo hiciste?

—Te di el brazalete para protegerte de ti misma, pero dejaste que ese chico Tyler te lo quitara y lo que vi ese día fue todo lo que me temía: Te encontré en el patio trasero golpeándolo mientras tu amiga Caroline lloraba y te pedía que pararas, ¿Lo recuerdas?—Sus palabras resuenan en mi mente haciendo que los sucesos de esa horrible tarde que casi mato a Tyler aparezcan en mi mente

—Hola Jones y hola Caroline—Dice Tyler en forma de saludo llegando a la mesa en la que Caroline y yo estamos comiendo helados

—¿Qué haces aquí?—Pregunto confundida

—Elise se encontró con mamá en el centro comercial y me invitó, creyó que éramos amigos.

—No somos amigos, Lockwood y nunca lo seremos, así que vete antes de que me enoje.

𝐂𝐇𝐀𝐍𝐆𝐄Where stories live. Discover now