52 |Lo que la muerte se llevó|

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Era 5 de febrero, el cumpleaños de Bonnie y a pesar de que estaba atrapada en el mundo prisión, por alguna razón que Skylar no lograba comprender todos estaban organizando una fiesta. Si bien les había prometido intentar ayudarlos a traerla de vuelta, ya que necesitaba tener algo en lo que estar ocupada para no pensar en Liz y en lo que sucedía en New Orleans, le parecía totalmente absurda la situación.

—Hola, amor —saludó el híbrido al otro lado de la línea eso la hizo sonreír genuinamente. Le hacía muy bien escucharlo en un momento tan difícil como el que atravesaba—, ¿cómo está nuestra pequeña lobita?

—Está comiendo uno de los cupcakes que Caroline encargó para la fiesta de cumpleaños de Bonnie a la que lamentablemente no va a poder asistir.

Hope estaba sentada en el suelo de la mansión Salvatore sobre una manta debido a que, madre e hija junto a Caroline habían pasado la noche ahi. Stefan había insistido en que estar solas en la antigua casa de los Mikaelson no era lo mejor y que debían estar más unidos que nunca, por lo que aceptaron inmediatamente.

—No entiendo como pueden estar haciendo una fiesta de cumpleaños para su amiga que sufriendo —comentó con desagrado—. Si me hicieran algo así los mataría a todos.

—Bonnie es demasiado buena como para eso —afirmó con diversión—. Me parece estúpido, pero parece ayudar y con todo lo que estamos viviendo necesitamos un poco de felicidad.

—¿Cómo está la Sheriff?

—Esta estable por el momento —murmuró con tristeza—. Anoche creí que la perdía y me sentí destrozada.

—Ire ahora mismo, dejaré a Finn y la ciudad para estar contigo.

—No, está bien —aseguró a pesar de que deseaba tenerlo alli y poder abrazarlo—. Tú quédate a resolver lo que está pasando allá para que pueda llevar a Hope a casa.

—¿Estás segura? —interrogó no muy convencido.

—Lo estoy, lo prometo.

—Esta bien. Debo irme, amor. —Se escuchó la voz de una mujer desconocida que aparentemente discutía con Kol—. Rebekah está aquí y mi hermano traidor también. No dejan de pelear, están más insufribles que nunca.

—Se bueno con Kol. —Lo escuchó suspirar con frustración, pero no se quejó ante esa petición.

—Lo voy a intentar... avisame si cambias de opinión con que vaya a verlas. Las amo.

—Y nosotras a ti.

Luego de colgar la llamada Sky se acercó a limpiar a Hope que tenía toda la cara llena de chocolate y posteriormente la tomó en brazos para caminar hacia la sala de estar. Alli se encontraba Caroline mirando fijamente al oso de Bonnie, la señora Cuddles, que era suya en un principio, pero se la regaló cuando eran niñas.

—¿Soy solo yo o sus ojos te siguen por la habitación? —preguntó con una mueca.

—Siempre lo pensé. Odiaba a ese oso, por eso se la regalé a Bonnie —confesó con sinceridad—. Aún no entiendo como a mi padre se le ocurrió regalarme eso cuando era niña.

—¿Siguen mirando a ese oso? —Stefan se acercó a dejar un beso en la frente de su sobrina, que lo miró con dulzura—. Creo que están volviendose locas, es solo un oso.

—Es un oso aterrador —Sky volteó el peluche para que mirara a la pared porque estaba volviendo a asustarla y eso hizo reír al vampiro—. ¡Hablo en serio! No había visto a la Señora Cuddles en 12 años y preferiría que siguiera así.

—Es el oso que Bonnie envió desde 1994, creo que perdió el original.

—No lo perdió, nosotras se lo robamos —dijo la rubia mirando con diversión a su cómplice—. Cuando teníamos ocho ella y yo tuvimos una pelea muy grande. A Sky se le ocurrió la idea de esconderla en venganza porque Bonnie amaba a ese oso.

𝐂𝐇𝐀𝐍𝐆𝐄Where stories live. Discover now