Skylar caminaba lentamente por las calles del Barrio Francés, empujando el cochecito de Hope con una sonrisa serena. Era una mañana tranquila, el aire estaba fresco y el aroma a café y bollos recién horneados se mezclaba con el ambiente. La pequeña estaba envuelta en una mantita suave, observando a su alrededor con los ojos curiosos de su madre.
Junto a ellas caminaban Hayley y Jackson, intercambiando bromas y disfrutando del pequeño respiro que habían logrado obtener tras días llenos de tensión. Todo parecía estar en calma, y por un momento, Skylar se permitió relajarse. Era un día perfecto para pasear con su familia, o al menos eso creía.
—Así que, señorita Marshall Kenner, con su maravillosa hermana a su disposición y la belleza del Barrio ante nosotras, ¿por dónde le gustaría empezar el recorrido? —preguntó con un toque juguetón en su voz, alzando una ceja mientras imitaba el tono formal de una dama de sociedad.
—Oh, señorita Jones, me temo que en esta ocasión debo confiar en su exquisito conocimiento del lugar —respondió Hayley con una risita, entrando en el juego de su hermana.
Jackson las observaba, encantado por la cercanía que compartían las dos. Desde su matrimonio con Hayley, había aprendido a apreciar la lealtad feroz de Skylar, aunque también le resultaba intimidante a veces. Con una sonrisa en los labios, dijo:
—Bueno, yo conozco un pequeño café que podría ser perfecto para nosotros cuatro. Tranquilo, con buena comida, y... una vista bastante agradable.
—Me agrada ese plan, Jack —afirmó Sky, intentando no pensar en lo fácil que era encariñarse con él.
Desde su punto de vista, Jackson era el esposo ideal: protector, cariñoso y leal. Aunque su mente intentaba mantener distancia debido a su horrorosa visión, su corazón siempre se suavizaba al verlo tan dedicado a su hermana y a su hija.
Mientras avanzaban, las risas y charlas se vieron interrumpidas cuando ambas hermanas se detuvieron frente a una violinista que se encontraba en una esquina. La melodía que interpretaba era exquisita, y ambas quedaron hipnotizadas por la música. La mujer las observó mientras tocaba, y aunque su sonrisa parecía amable, había algo en sus ojos que inquietaba a Skylar. Una sensación de incomodidad se instaló en su pecho.
—Es hermosa, ¿no? —dijo la ojiverde, sacándola de sus pensamientos.
—Sí... —Skylar dejó un billete de cien dólares en el estuche de la violinista, pero no pudo sacudirse el sentimiento de que algo no estaba bien. Cuando la música cambió a una melodía más oscura un escalofrío le recorrió la espalda—. Esa canción... ¿cuál es?
Jackson, quien estaba entretenido con Hope, alzó la vista al escuchar el tono de su cuñada. Hayley también notó el cambio en su hermana menor y le apretó el brazo, intentando sacarla de su trance.
—Sky, ¿estás bien? —preguntó Hayley con preocupación, pero la Trihibrida apenas la escuchaba.
Sus ojos estaban fijos en un letrero recién escrito por un mesero que decía: "Una promesa es una deuda que debe ser pagada." El mensaje la golpeó como un balde de agua fría y el aire a su alrededor pareció volverse más denso.
Antes de que pudiera procesar completamente lo que estaba pasando, un hombre moreno apareció frente a ellas, sosteniendo una flor negra entre sus dedos.
—Una flor, señorita. Un obsequio para la niña —dijo, extendiendo la dahlia con una sonrisa perturbadora.
La Trihibrida sintió el instinto de retroceder. El simple hecho de ver esa flor provocó que su corazón comenzara a latir rápidamente en su pecho.
—No, gracias —pronunció Jackson con seriedad, intentando interponerse entre el hombre y su familia.
—¿Seguro? Las dahlias negras están en plena floración, son hermosas y perfectas —dijo el extraño, y de repente, un viento frío y antinatural sopló a su alrededor. Skylar observó horrorizada cómo las pupilas del hombre se volvían blancas, y antes de que pudiera reaccionar, sintió una mano fuerte apretando su brazo.
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𝐂𝐇𝐀𝐍𝐆𝐄
Fanfiction𝐂𝐇𝐀𝐍𝐆𝐄 || ❝𝑊𝑒 𝑙𝑒𝑎𝑟𝑛 𝑡𝑜 𝑙𝑜𝑣𝑒 𝑤ℎ𝑒𝑛 𝑤𝑒 𝑐𝑜𝑚𝑒 𝑡𝑜 𝑠𝑒𝑒 𝑎𝑛 𝑖𝑚𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛 𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡𝑙𝑦❞ Luego de los eventos pasados, Skylar se enfrenta a nuevos enemigos, amores y a todo lo que conlleva estar en...