IV

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El portal del Goshinboku se abrió. Towa se despidió de su familia y entro en el. Al otro lado fue recibida por la luz de luna iluminando el tranquilo y silencioso bosque.

Caminó hacia la aldea de Kaede, esperando hallar ahí a Moroha.

En su andar encontró el pozo devorador de huesos. Se sentó en el borde admirando el hermoso cielo nocturno. Ir a la era Reiwa no sirvió de nada, mí cabeza está peor que antes.

Ciertamente "escapar" de sus problemas no funcionó para nada más que traerle nuevos. Ahora no solo estaba confundida por su situación con el rey Bestia, si no que también se hallaba triste y melancólica por su familia adoptiva.

"Ser adulta conlleva tomar decisiones importantes, y en ocasiones estas pueden hacernos sufrir, tanto como pueden hacernos felices." recordó las palabras de su tía Kagome. En ese momento Towa no lo entendió, pero ahora siendo mayor y más madura si. Kagome también tuvo que elegir entre una familia y otra.

Porque realmente así se sentía, no era elegir entre una era y otra. Era elegir entre dos grupos de personas que amas. Estar dispuesta a dejar algo detrás.

-Ser adulta no es tan divertido como lo pintaban...- suspiro.

Sin notarlo se quedó horas allí pensando. Se levantó estirando su cuerpo.- Ya es tarde para ir a la aldea, Moroha debe estar roncando como un oso.

Entro nuevamente al bosque. No iría a la aldea, y no tenía ganas de caminar hasta la mansión dónde vivía con sus padres y hermana. Por tanto, dormir en un árbol parecía ser la mejor opción. Al menos estos gigantes verdes no le harían preguntas.

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Kirinmaru intento acercarse a ella, sin embargo, se quedó helado ante la  escena que sus ojos le mostraban...

-Te extrañe mucho ¿Lo sabías?- la chica sonrío, corriendo hacia él para ser atrapada por sus brazos.

-Y yo a ti, Towa.- beso suavemente sus labios.

-Los extrañe mucho a todos.- hablo la joven al grupo de humanos y Youkais al rededor de ella.

-Le traje un obsequio princesa.- un hombre se acercó ella para entregarle una caja llena de bombones y dulces.

Fue apartado por un Youkai.- Tomé mí regalo primero señorita Towa. Le aseguro que será el mejor.- se trataba de un kimono de la más fina ceda.

-¿Que dices? Ese ridículo pedazo de tela no se compara a esto.- hablo un samurái enseñando un hermoso collar de oro y plata.

-¡Ja! Es ridículo.- Un terrateniente llego con un carruaje cargado de obsequios.- Cásese conmigo señorita Towa, y le aseguro que tendrá una vida de abundancia.

-Apartence todos de mí camino.- otro Youkai llego cargando la gigantesca cabeza de un ogro.- Princesa, e cazado esta bestia y traje su craneo como ofrenda. Compruebe mí poder y acépteme.

Largo de aquí bastardos, ella será mí esposa.- grito Daiki.

-¡No! ¡Será mía!

-¡Se casara conmigo!

Todos los hombres; humanos y Youkais comenzaron a luchar violentamente por ella. Ninguno se disponía a marcharse sin Towa.

-¡Ya basta!- grito la joven deteniendo el conflicto.- Me desposará el hombre dueño de mí corazón, y ese es...

Volteo hacia donde se encontraba el rey Bestia del esté, aún atónito por lo anterior ocurrido. Lo miro a los ojos. Él se emociono creyendo ser elegido, y cuando estuvo a punto de ir a por ella...

RivalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora