VI

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Bakuseiken fue desprendida de sus manos y finalmente Sesshomaru logro derribarlo.

El DaiYoukai del oeste se acercó a él, rozando el filo de Bakusaiga sobre su cuello.- Con esto declaró mí victoria. Espero que estés listo.- hablo en tono frío.

-No voy a suplicar. Atrévete a matarme.- desafío el rey Bestia.- Y luego aprende a vivir con el odio de tu hija sobre ti.- le sonrío arrogante.

Sesshomaru se preparó a dar el golpe final.

-¡Alto!- se oyó la voz de Towa. Venia acompañada de su madre sobre el lomo de Ah-un.

Ambos hombres voltearon a ver dónde provenía en grito. ¡Princesa! Pronunció mentalmente el kirin. Se avergonzó de que lo viera en ese estado. Derrotado.

-Mi señor, por favor no lo haga.- suplico Rin.

La Hanyo no lo pensó un segundo antes de saltar del dragón para caer a un lado del DaiYoukai.- ¡No dejaré que sigas con esto papá!- exclamó poniendo su mano sobre el mango de Zanseiken. Se hallaba decidida y a la vez muy nerviosa de confrontar así a su padre.

-Hmnp.- Sesshomaru retiro la espada del cuello de su adversario. Giro hacia la joven platinada.- ¿Piensas desafiarme?- cuestionó seriamente.

Kirinmaru no salía de su asombro, maravillado al presenciar la forma tan valerosa en que Towa retaba al Lord del oeste, aún a sabiendas de que le sería imposible ganar.
Se levantó del suelo y dio unos pasos atrás.

¡Ay Dios! ¡Siento que voy a orinarme! Lo haré si no desistes en asesinarlo.- hablo con firmeza.

Rin bajo de Ah-un y corrió hacía ellos. ¡Señor Sesshomaru! ¡Towa! Por favor deténganse.- Se acercó a su esposo y le tomo la mano.

-Rin.- pronunció tranquilo. Realmente no tenía intención de pelear con su hija. Sin embargo, quería comprobar hasta donde era capas de llegar la joven Hanyo. Comprobar si poseía sentimientos por el kirin. Situación que no era de su completo agrado.

-Padre.- Sesshomaru volvió la vista a ella.- No busco faltar el respeto. Pero lo que hay entre Kirinmaru y yo solo nos concierne a nosotros. Deja que tome mí camino, por favor.

El pelirrojo se mantuvo serio al escucharla, aunque por dentro estaba muy emocionado. Era la primera vez que oía a su princesa aceptar que eran mucho más que rivales. Deseo tomarla en sus brazos y besarla. No obstante se contuvo, no era el momento ideal para tal cosa.

"Elige el camino que prefieras" el perro blanco recordó las palabras que menciono a Rin cuando ese monje quiso impedirle viajar con él. Quizá era el momento de que Towa también lo haga. Guardó su espada.- Haz lo que quieras.- acto seguido empezó a caminar hacia Ah-un. No sin antes dirigirle una gélida mirada al Rey Bestia. Si la dañas te mató. Posiblemente el kirin no leía las mentes para escuchar esa amenaza, pero con esos ojos asesinos era más que suficiente para captar el mensaje.

Tanto Towa como Kirinmaru respiraron aliviados. Si bien Sesshomaru no estaba muy a favor de esa relación, le dejo el camino libre a la muchacha para que tome su propia desición.

Rin se acercó y dio un gran abrazo a su hija.- Estoy muy feliz por ti mí corazón.

-Muchas gracias, mamá.- la abrazo también.

-Pero no lo olvides.- le susurro al oído.- Nada de bebés antes de casarse.

-¡Mamá!- El rostro de la princesa parecía un tomate gigante luego de oír tales palabras.

La mujer soltó a su hija y río divertida por su reacción.- Bueno, ya es hora de irme. Nos veremos luego mí pequeña.- volteo a ver al hombre.- Señor Kirinmaru.- menciono inclinándose en forma de saludo.

RivalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora