22. La tabula rasa

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En la arqueología hay algo llamado "monitoreo arqueológico" que consiste en una supervisión permanente para poder identificar la existencia de bienes arqueológicos que puedan estar en riesgo, y evitar su destrucción. El monitoreo arqueológico es muy importante, es gracias a esos monitoreos que podemos seguir observando grandes descubrimientos arqueológicos, porque sin esos monitoreos cualquier movimiento de la tierra pasaría desapercibido hasta que ya sea demasiado tarde y hayamos perdido el hallazgo.

El monitoreo arqueológico es permanente, nunca se detiene.

A veces creo que deberíamos implementar algo de eso en nuestra vida, monitorear nuestras acciones, nuestro día a día y ver que tan firme es la tierra por la que caminamos. Porque creo que de esa manera podríamos evitar caer en tumbas, que muchas veces, nosotros mismos cavamos. Yo creo que, si hubiera realizado un monitoreo de mis relaciones, no estaría, justo ahora, en la situación en la que estoy.

—Te ves hermosa esta noche —me dice Raymond mientras entramos a la nueva ala egipcia en el museo, que está siendo inaugurada esta noche.

Inauguración de la nueva ala de la exposición egipcia, 5 de mayo del 2018. —leo en mi mente el afiche que yo aprobé y veo que fue la decisión correcta, a pesar que al principio estaba indecisa.

Yo le dedico una sonrisa a Raymond y vuelvo mi mirada hacia cada objeto que hay alrededor de nosotros de los cuales, yo me encargué de colocar. Estudio con la mirada cada pieza que está a la vista y sonrió a Leo, que al verme se acerca hacia mí junto con Andrea.

—Ate, amiga querida, te ves hermosa esta noche. Hola Raymond.

—Hola Raymond, es bueno verte, y sí prima, te ves hermosa, pero ¿está todo bien?

—Hola a ustedes dos, igualmente Andrea, siempre es bueno verte —los saluda Raymond.

Yo frunzo levemente los labios ante la pregunta de Andrea.

—Sí, ¿por qué lo preguntas?

Ella hace un leve gesto con la mano y mira a Leo.

—Es solo que estas caminando un poco extraño. ¿Verdad, Leo? ¿Acaso los tacones te molestan?

—Sí, tienes razón Andrea.

Afortunadamente para mí, la copa que Raymond me acaba de pasar sigue intacta, porque creo que, si hubiera estado bebiendo algo, hubiera hecho el cliché de escupir la bebida. Pero como no estoy bebiendo nada, aparto la mirada del amigo traidor y de mi prima molestosa, porque siento como mis mejillas se sonrojan levemente.

Raymond a mi lado, parece divertido con la conversación y se encoge de hombros sin ganas de querer agregar nada.

—Agradezco su preocupación, pero estoy bien, creo que solo me he estado ejercitando de más estos días.

—Creo que el problema es que no estas estirando antes de hacer los ejercicios, prima. Deberías hacerlo.

—Me aseguraré que ella estire antes de ejercitarse, no se preocupen.

La respuesta de Reymond hace brillar los ojos de Leo y Andrea, mientras yo lo miro con horror. ¿Cómo se le ocurre a él decir eso? ¿Acaso no se da cuenta que les acaba de tirar un cebo que ellos obviamente van a pescar?

—Es agradable hablar con ustedes, pero debo ir hablar con mi hermano. Si me disculpan.

Antes que cualquiera de ellos pueda decir algo más, me alejo a paso rápido hacia donde se encuentran mi padre y Miguel, conversando.

Ambos se giran en mi dirección cuando me sienten llegar, Miguel es el primero en saludarme, diciendo lo hermosa que me veo. Después de saludar a mi hermano, saludo a mi padre.

No seremos ese ClichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora