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Mateo
—Pues que empiece el juego.
Le había guiñando el ojo a propósito, para que se pusiera nerviosa
—¿Y quien empieza? — preguntó Emi
Los tres nos quedamos en silencio.
—¿Por qué no empezás vos Emi?— preguntó Mia y el asintió emocionado.
La verdad es que me hubiera gustado jugar solo con el enano, pero el insistió en jugar con Mia. Igual podía sacar provecho de la situación e incomodarla.
Emi se acercó a la ruleta, y la giró
—Pie derecho, amarillo
El enano fue y se paro en el circulo amarillo de arriba
—Te toca— le dije a Mia
Ella en silencio fue hacia Pedro, giro la ruleta y después posó su mano izquierda en el circulo azul de en medio viendo hacia donde estaba el sofá
Mi viejo me pasó la ruleta y antes de pararse dijo
—Tengo que checar algo de tu posible gira, creo que me voy a tardar, sigan jugando.
Yo asentí, ya sabía de lo que estaba hablando, antes de la pandemia pensábamos hacer una gira, pero se canceló y hasta ahorita estamos volviendo a retomar los planes.
—Dale Matu, que ya quiero que me toque— soltó mi hermanito desesperado
—Ya voy, ya voy
Giré la ruleta y puse mi pierna izquierda en el rojo al lado de la mano de Mía.
Por un instante alcance a ver cómo alzaba su barbilla y me miraba desde la posición en la que estaba. Pero en cuanto se dio cuenta que la había visto, giro su cabeza hacia el suelo.
Emi se acomodo según la ruleta había dicho y le pasó la pequeña tablita a Mía, quién con su mano libre se las arreglo para darle vuelta
—Pie derecho azul — dije en cuanto la ruleta mostró el resultado
Mia me miró por un segundo y sonriendo, lentamente se hincó posicionando su pie derecho en el circulo azul que tenía a su lado.
¿Que pretendía? ¿que ignorara esa sonrisa?
Con su mano derecha me pasó la ruleta por encima de la cabeza sin siquiera mirarme. Tomé la ruleta y le di vuelta
—Pie izquierdo amarillo . —anuncié, aúnque en realidad había tocado mano izquierda verde.
Era un simple juego y nadie se enteraría
—Te están tocando muy fáciles Matu— Se quejó emi con un puchero
—Es solo suerte — contesté mientras mevia de lugar de tal forma que quiera frente a mia de nuevo y está vez ella quedaba a la altura de mis muslos.
