Capítulo 1

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Comienzo a cantar junto a la melodía de la guitarra la primera canción que aprendí de los Beatles.

Love, love me do

You know i love you

Sigo cantando y voy imaginando que estoy en un gran escenario con miles de espectadores que se encuentran cantando junto a mí.

I'll always be true

So please, love me do

Whoa, love me do

Cambio de acorde para continuar con la canción.

Love, love me ...

- ¡ELIZABETH! –grita mi madre desde la casa–. DEJASTE LA PUERTA DEL GRANERO ABIERTA.

Deslizó los dedos por las cuerdas, dejo de cantar y doy una pequeña reverencia.

- Eso fue todo por el concierto de hoy pequeños cerditos -apoyó la guitarra en el piso y me bajo del muro donde estaba sentada–, lastimosamente doña gritos nos interrumpió en el inicio de esta hermosa canción.

Escucho la corta risa de mi madre.

-Muy graciosa doña despistes –dice con cierta ironía, caminando hacia mí para seguido pinchar mi nariz con su dedo frío-, tendrás que asegurarte de cerrar bien la puerta del granero antes de dar tu concierto a los cerdos.

Levantó la guitarra y me la cuelgo, me aseguro de que la cochera de los cerditos esté bien cerrada y que tengan suficiente viruta para que no les dé frío por la tarde.

-Estos pequeños están muy saludables y gorditos – le pasó el brazo por los hombros incitándola a caminar a mi par-, Ahora, cuéntame quién cometió el crimen.

-Tus amigas las gallinas, decidieron comerse el maíz y romper algunas bolsas de comida que aún estaban cerradas.

-Esas traicioneras, ahora no se puede confiar en nadie. -digo mientras finjo decepción.

Suena la campana del camión de Román, el recolector de leche; Si, si puede sonar muy gracioso ese nombre, pero prefiero decirle así a decirle el lechero.

Viene todos los días a la misma hora a recoger la leche para ir a distribuirla al pueblo y de paso nos hace el favor de traernos el correo.

-Días porqué no tienen nada de buenos. –dice Román con una gran sonrisa-.

Román siempre ha sido cercano a nuestra familia, ha pasado por situaciones personales muy duras, pero a pesar de todo siempre se ha mantenido fuerte, es un buen consejero y aunque hay días malos para él siempre anda con una sonrisa que alumbra a los demás. No olvidemos su lado sarcástico junto a sus chistes, un don con el que nació.

-Te llego correo Eli, está en el asiento del copiloto.

Tengo una gran variedad de apodos, Beth, Liza, Liz, Eli o Elisa. Pero nada se compara con el apodo que me tiene mi padre, y es que no se me hace normal, él sí fue original diciéndome "Bicho", desde que tengo memoria me dice así y es algo que a estas alturas no creo que cambie.

Corro hacia a el camión y abro la puerta del copiloto, reviso el correo a ver si encuentro lo que tanto llevo esperando, la respuesta de mi petición a la beca en la Academia musical. La encuentro y la abro sin tener cuidado con el sobre, en estos momentos es lo que menos importa.

Miro y ... ¿no fui admitida?, vuelvo a leer para asegurarme de que si leí correctamente, pero nada cambia. No fui admitida y es la segunda vez que me presento.

Trazos llenos de armoníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora