El olor de la pólvora era intenso los disparos eran constantes y resonaban frenéticos en todo el recinto donde se concentraba aún más, el aroma que poco a poco se mezclaba con el olor de la sangre, los hombres sangraban en el gran salón de piedra, aquel lugar fue en su tiempo un gran templo del dios Hex, adorado por los arcanistas como el dios de la justicia, pero ahora, después de la caída de los arcanistas y el abandono de su fe el lugar había sido abandonado solo para ser tomado por esos rebeldes que lo habían utilizado como base para dirigir su lucha por la ciudad de Atlan. Había costado un mes completo desde su llegada a la ciudad para que el mariscal Pierce Malvon consiguiera descubrir la ubicación de la base y fue una sorpresa para todos que utilizaran un antiguo templo arcanista, propiedad del estado de la república y aun así en manos de sus enemigos.
- ¡Sigan avanzando! - grito su mariscal mientras el mismo se posicionaba con los hombres y tomaba un rifle para disparar.
El interior había sido modificado por los rebeldes, lo que en su tiempo había sido un recinto rectangular enorme, de paredes altas y techo abovedado, ahora estaba repleto de bloques conformados por cajas de madera que funcionaban como divisiones para diferentes almacenes o recintos más pequeños, pero aun así aun quedaba un ápice de lo que en su tiempo fue una obra maestra de la arquitectura del imperio.
Angelica se posiciono en la retaguardia y tomó el rifle, los rebeldes rápidamente al irrumpir habían formado barricadas con las cajas y convertido el recinto en un campo de batalla bastante duro para los atacantes, estaban bien armados y eran disciplinados, dispuestos a luchar.
Los miembros de la guardia republicana empezaba a abrirse paso gracias a la cobertura que ella junto con varios otros hombres le ofrecían a la vanguardia, Angelica abatió a uno de los rebeldes y entonces recargo, los disparos eran continuos, se escuchaban en todo el lugar al igual que los gritos de los combatientes, no debía haber más de cincuenta rebeldes en el recinto, mientras que el mariscal había traído a doscientos, la mayoría aún afuera esperando para entrar en la segunda oleada, por fortuna el ataque no era esperado por lo que muchos de los rebeldes aún no estaban en combate, estaban en el fondo del salón sacando las armas y entregándolas a los demás.
- ¡Láncenlas ahora! - ordenó su mariscal.
Varios hombres tomaron las granadas y las arrojaron contra las barricadas enemigas que estallaron en pedazos y permitió que la vanguardia se abriera paso hasta el centro del recinto, los rebeldes endurecieron la defensa al responder con fuego de armamento, algunos guardias cayeron ante el fuego pero aun así la gran mayoría llego hasta la segunda barricada donde comenzó un combate cuerpo a cuerpo, los rebeldes contaban con hachas, cuchillos y algunas bayonetas en sus armas, pero la guardia republicana contaba con espadas y todos los fusiles con bayonetas, además de un mejor entrenamiento, lo cual causó que rápidamente el combate se decantara a favor de sus compañeros. El Mariscal se posicionó en la segunda barricada mientras los rebeldes escapaban cada vez mas atrás del recinto. Estaban perdidos, superados en número y con cada vez más hombres de la guardia republicana entrado por la puerta principal, frescos y listos para entablar batalla. Angelica derribó a tres hombres más de los rebeldes, hombres que intentaron apuntar desde la última barricada a sus compañeros.
Se cubrió tras una caja de madera y recargo mientras sentía como algunos disparos impactaban contra la caja, un poco de polvo caía sobre ella por el impacto contra la pared que tenía enfrente, alguno de los rebeldes, con muy buena puntería sabia donde estaba, los disparos en la pared, eran justo a la altura donde antes había estado su cabeza, de no haber bajado para recargar estaría muerta.
Angelica se arrastró unos metros y salió apuntando, al primero que vio al fondo le disparó, el hombre cayó detrás de una cajas de madera, pero un disparo le rozó la oreja y sintió un leve ardor, por lo que se agachó rápidamente y vio como dos disparos más le hubieran acertado en la cabeza de no haberse agachado. Era muy bueno, sus enemigos no tenían tan buenos rifles como los de la guardia republicana y aún así era mejor que ella. Uno de sus compañeros que estaba a pocos metros de ella cayó muerto con un disparo que le entró por la cuenca del ojo.
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Las Semillas De Arcanis
FantasyHace ya veinte años que el Imperio mas grande que jamas existio llego a su fin. El Imperio de Arcanis, que fue gobernado por mas de medio milenio por los todo poderosos Arcanistas, llego a su fin a manos una gran rebelión en favor de un regimen repu...