21. Renovación

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PDV. LOUIS

- Estoy nervioso- dice Harry, cogiéndome de la mano.

Ayer cuando llegó a casa de su cita con Amanda me dijo que ésta había visto un chalet precioso para nosotros. Buscamos fotos en internet, y efectivamente era increíble.

Tenía jardín delantero y trasero, acompañado de una piscina enorme, barbacoa y una pequeña caseta.

El porche trasero era abierto con un toldo, y el delantero cerrado, supongo que para mantener la privacidad. Por dentro era muy amplio. La cocina era abierta, tenía dos aseos más el que estaba incluido en el cuarto grande, que sería el nuestro, claro.

Tenía tres habitaciones y una sala de estar, bastante amplia, por cierto, por no hablar del salón, que le acompañaba una chimenea vintage pero elegante. Por no hablar de la zona de juegos del fondo, que podía ser perfectamente un gimnasio.

Era simplemente perfecta, aunque la zona lo requería. Pacific Palisades era una de las zonas más caras de Los Ángeles.

Pero Harry no quería comprar, así que intentaríamos opción de alquiler, cosa que dudaba, pero había que intentarlo.

Un hombre de unos cuarenta y cinco años nos recibe, elegante y sonriente.

Nos muestra la casa, explicándonos algunas funcionalidades, como el uso del motor de la piscina, la chimenea y demás. Para mí no era nada nuevo ya que siempre tuve piscina, pero Harry no.

Los perros corretean por el jardín mientras ahora vemos el interior, que parecía recién arreglado, ya que las paredes estaban relucientes.

- Mi mujer y yo queremos una casa más pequeña. Nuestros hijos ya se han independizado y se nos queda grande.

- Lógico- respondo, sonriendo- aunque es una casa maravillosa.

- La zona en general lo es, además es tranquila y discreta, que supongo que es lo que buscará alguien como tú.

Asiento, mirando a Harry, el cual no deja de observar cada detalle.

- ¿Qué opinas?- le pregunto, llamando su atención.

- Es precioso. Muy grande, pero precioso- responde.

El hombre sonríe, mirándome.

- El precio era de 2.15 millones, pero os lo puedo dejar en millón y medio.

Harry abre los ojos en cuanto escucha el precio, y me mira enseguida.

- ¿Te importa si lo hablamos un momento?

- ¡Por supuesto! Os dejo solos- dice, saliendo hacia el jardín.

- No, Louis- dice enseguida, seguro.

- Nos lo ha rebajado mucho.

- Me da igual. Además, no hay opción de alquiler.

- Era de intuir, Harry. Pero, míralo. Es increíble y nos ha dejado un precio genial.

- Genial para ti que tienes millones. Yo soy mileurista, Louis, no puedo ni pagar la cuarta parte de lo que cuesta.

- Y sabes que eso no es problema. Puedo pagarlo.

- No pienso dejar que lo pagues. Ya lo hemos hablado.

Suspiro ante su cabezonería, y damos por finalizada la conversación, llamando a Andrew.

- Nosotros no va-

- Lo pensaremos detenidamente y mañana contactamos contigo, ¿te parece?- interrumpo a Harry, el cual me mira enseguida, frunciendo el ceño.

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