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—Es quien, majestad. Es... Am... —comenzó Remus.

—¿Am? 

—De Londres. —dijo Draco.

—¿Qué le pasó a tu ropa?

—Uh... dejó de quedarme, porque crecí mucho. He estado haciendo mucho eso últimamente. Soy más alto que todos en Londres, y con un trasero mucho más grande obviamente, y todos se burlan de mí por eso... así que vine a usted para ver si entiende como me siento.

—Oh, querido Niño. Qué barbaridad... cualquiera con una cabeza y un trasero tan grande es bienvenido en mi castillo, excepto el de Harry Potter. ¡Háganle ropa! ¡Usen cortinas si es necesario, pero vistan al enorme y culón chico! —ordenó la Reina.

Una vez le hicieron un traje rojo, la reina lo llevó junto a su trono, sentándolo en un asiento sujetado por dos debiluchos elfos domésticos, pero Draco no tomó asiento.

—¡Alguien tráigame un chanchito! —un cerdo llegó corriendo y se puso boca arriba frente a la Reina, el cual posó los pies sobre él—. Nada como un tibio estómago para mi dolor de pies. ¿Quieres uno, Am?

—No, gracias. —Draco negó con la cabeza.

—Sentado —el rubio vio a los pobres elfos—. ¡Siéntate!

Draco le hizo caso, intentando hacerlo con cuidado.

—Huh... —suspiró él—. Lo siento.

—¿Donde están mis zanahorias? Te van a encantar son dos, son divertidos. Hay un tercero pero ese no es para nada gracioso. ¡Zanahorias! —Fred y George salieron de atrás de un pilar, mirando fijo a Draco—. Hablan muy gracioso, tienes que oírlo. ¡Hablen, zanahorias!

Ambos empezaron a balbucear dándose pequeños empujones, hasta que se fijaron en la cara de Draco, el cual negó con la cabeza.

—¿Ese no es...? —dijo Fred.

—No, no, no lo es. Ni un poquito, no. —dijo George fingiendo demencia.

—Pues a mí se me hace que sí es.

Draco volvió a negar con la cabeza abriendo más los ojos.

—No lo es, así que no lo es. —George le dio un pisotón, luego comenzaron a madrearse, causando una carcajada desquiciada en Bellatrix.

—¡Ay, los amo! Ahora largo.

Ambos se fueron mirando de reojo a Draco mientras se empujaban. Entonces por detrás de la cortina, salió Snape.

—Qué tal, Severus.

Él miró a Draco fijamente, el cual entrecerró un poco los ojos.

—¿Quien es esta criatura? —dijo él, ladeando un intento de sonrisa, que parecía más una mueca.

—Am. Mi nuevo favorito.

—¿Y no se llama?

—Am. —respondió la Reina.

Ever After | DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora