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Tan pronto como Chat cerró la puerta de la cabaña de Marinette, dijo:

-Te dije que descansaras.

Ella se dio una palmada en el pecho, se juntó las muñecas como si estuviese
encadenada y se encogió de hombros.

-No, no eres una prisionera pero...

Ella le impidió continuar levantando las manos y luego pasando los dedos por la mano para demostrar que se había ido a dar un paseo.

- ¿Acaban de atacarte ayer, y aprovechas para salir ante la primer oportunidad que se te presenta?

Sus ojos se entrecerraron con furia y señaló su herida, golpeó su pecho con su puño y sacudió la cabeza con firmeza.

- ¿No vas a dejar que eso te detenga? -preguntó para asegurarse de que
entendía su insensatez.

Ella asintió definitivamente. Chat se pasó la mano por el pelo, gruñó como un oso enojado, y luego la agarró por los hombros.

- ¿Te detuviste a pensar durante un instante lo preocupado que estuve cuando me enteré que saliste a caminar?

Así que ahí era donde había ido Kim... a decirle a Chat. No había pensado en
dejar a los recién llegados. Había ido en busca de ella. Su corazón palpitó y no
pudo evitar sonreír.

Chat no sonrió, aunque sus cejas se alzaron como si estuvieran confundidas.

Ella golpeó su pecho con un dedo, luego golpeó el suyo, su sonrisa creció.

Él no pareció entenderla al principio, luego de repente se dio cuenta de él.

-Sí, vine por ti. Me preocupaba a muerte que algo te pasara a ti y a nuestro hijo.
Pareces olvidar, o simplemente ignorar el hecho, que alguien quiere verte muerta y que su tiempo se está acabando.

Con toda honestidad, ella no lo había pensado. Su único pensamiento había sido salir de la cabaña, respirar un poco de aire fresco y despejar su mente
preocupada. Sin embargo, tenía razón, ella debería haber sido más iligente, pero luego estaba su padre, en quien se había preguntado momentáneamente si podía confiar.
Ella suspiró silenciosamente sobre su propia estupidez, le dio un golpecito en el pecho y asintió.

- ¿Estás de acuerdo conmigo?

Ella asintió y se golpeó la sien.

- ¿Estás diciendo que deberías haberlo pensado mejor?

Ella asintió de nuevo.

Chat se quedó allí sin habla, mirándola.

Ella esperó unos momentos, y cuando él todavía no había hablado, ella sonrió, le
tocó los labios y se encogió de hombros.

-Sí, me has dejado sin palabras.

Se liberó del agarre que él tenía sobre sus hombros y avanzó para descansar
contra él. Sus brazos la rodearon al instante. En lo único en lo que podía pensar no era en cómo había causado que él se preocupara, sino en cómo había ido tras ella. Sin tener en cuenta lo que nadie pensara, él la había recogido y se la había llevado. Justo enfrente del clérigo, aunque pensándolo bien, puede que no haya
sido lo mejor que haya visto el Clérigo.
En este momento a ella no le importaba. Él había sido su héroe y merecía un regalo.

Ella acercó sus labios a los de él y lo besó ligeramente al principio, y sintió que su cuerpo se relajaba. Ella volvió el beso un poco más exigente y su cuerpo se relajó un poco más. Ella tomó su rostro y lo besó con un hambre feroz que tensó su cuerpo, y lo endureció contra ella.

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