You Right | Ran, Rindou y Sanzu.

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[𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂𝒅𝒐𝒓]

Rindou y T/n se encontraban en la clase presidencial del avión con destino a Quebec, esta vez les tocaba viajar solos, Ran se encontraba por su cuenta en algún lugar de Asia, mientras que Sanzu tenía que viajar junto con Mikey como siempre.

Ambos estaban sentados junto al otro, T/n permanecía dormida mientras que el de cabellos lilas no podía conciliar el sueño. Observaba a la chica detenidamente, analizando cada gesto somnoliento que salía de ella, tenía encima una frazada de color gris que cubría todo su cuerpo y su rostro al natural que se veía bastante cansado.

—No me mires tanto, me gastas —dijo ella aún con los ojos cerrados y una sonrisa en sus labios.

Abrió lentamente sus ojos aún somnolientos con ojeras debajo de estos, Rindou quitó su mirada de ella con un sonrojo en su rostro.

—¿Qué tal dormiste? —pregunta él fingiendo leer un libro.

—No muy bien —responde ella estirando su cuerpo—. Alguien se la pasó mirándome las últimas horas.

—Lo siento, Blu.

—No hay problema, Rin, estoy acostumbrada a que no me dejes dormir cuando estamos juntos.

Ella suelta una carcajada haciendo que los demás pasajeros le miraran molestos, Rindou sintió vergüenza y tapó su cara con el libro que sostenía en sus manos.

T/n procedió a hablarle a una aeromoza para pedirle un poco de licor y un poco de almendras para merendar.

Aún faltaban 3 horas para que aterrizaran a su destino.

—Entonces, ¿Cuál es el plan, Rin?

Él se reclina más en su asiento para quedar a una altura donde ella lo viera a los ojos. La aeromoza se acerco dejando las almendras y un vaso de whiskey en la pequeña mesita frente a ellos.

T/n comienza a pelar las almendras lentamente ofreciéndole una a su acompañante que la aceptó abriendo la boca para que ella le dejase el alimento dentro.

—Estaba pensando que podríamos ir con la hija del imbécil ese —comienza a hablar Rindou—. Por lo que investigamos, es dueña de un antro privado para gente rica, además de que su cumpleaños es mañana en la noche, sería una oportunidad perfecta para que suelte información.

—Entonces si logramos que hable, daremos con el paradero del narco más grande y haremos que pague lo que nos debe —continúa ella sacando el pequeño bote de pastillas que Sanzu siempre le preparaba—. ¿Por las buenas, las malas o las peores?

Una sonrisa apareció en su rostro mientras introducía una diminuta pastilla de color blanco en su lengua y la pasaba con el licor.

—Por las malas, Blu, tú sabes mejor que nadie como hacer que un hombre tiemble por su vida.

La toma del mentón con firmeza para unir sus labios en un beso prolongado. Ella separa sus cuerpos empujándolo con una sola mano en su pecho.

—Aquí no, Rin.

—¿Por qué?

—Porque no quiero, ahora mismo extraño a Sanz, ¿quieres que te bese mientras pienso en él? —pregunta molesta volviendo a su mirada al alimento que tenía frente a ella.

Él gira los ojos con enojo, le roba de su licor de la chica enseñándole el dedo de en medio.

—Sigo sin entender por qué carajos estás con ese lunático —dice dejando el vaso en la mesa, robando almendras del recipiente.