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[𝓣/𝓷]

Me encontraba acostada junto con Sanzu, había tomado este día para estar conmigo y yo estaba aferrada a su cuerpo desde el momento en el que me desperté.

Su cuerpo emanaba un olor a dulces de menta así como un perfume caro que compró una vez en Italia cuando me tocó una misión con él.

Veíamos una serie que recién se estaba estrenando, no entendía muy bien el concepto pero nos hacía reír mucho, Sanzu acariciaba mi cabello delicadamente atento a la televisión frente a nosotros.

Había pasado un mes desde la última vez que lo vi, junto con los Haitani, después de eso todos tuvimos misiones por separado, pero aunque tuvimos algunas juntos no nos daba tiempo de hablar entre nosotros.

No le conté nada sobre mi misión con Rin, había sido algo muy confuso para mí y no estaba segura qué era lo que sentía por él. Solo estaba completamente certera de que estar con Sanzu de esta manera me hacía sentir muy feliz.

—Te extrañé —murmuro volteando a verlo.

Él sonríe delicadamente sin dejar de acariciarme, me hace sentir tranquila, sus ojos azules turquesa profundizan la mirada que me regala. Esta vez no está tan drogado como las demás veces, prometió estar lo más consciente posible con tal de pasar el día conmigo.

—Yo también te extrañé, Drugs —responde acercando su rostro al mío y me da un cálido beso en la frente—. ¿Se supone que eso es una bestia? —señala a la televisión.

Giro mi mirada hacia la serie que continuábamos viendo, parece que están peleando con magia.

—Por lo que entiendo, el protagonista es el portador de una maldición poderosa, y solo toma forma en su cuerpo...

Me incorporo para sentarme a su lado, no dejo de mirar lo que pasa en la tele, recargo mi cabeza en su hombro y entrelaza sus dedos con los míos.

—¿Quieres comer algo? —pregunta.

—¡Podría hacerte algo de comer! —respondo rápidamente.

Siento su cabeza negar una y otra vez.

—Sabes que te amo, Drugs, pero no voy a dejar que me envenenes con tu asquerosa comida una vez más —ríe ligeramente.

Lo miro indignada mientras comienzo a reír, golpeo su brazo sin mucha fuerza y se encoje de hombros tomando mis mejillas para darme un beso en los labios. Están suaves y húmedos como siempre.

Alarga un poco el beso dándome afecto en el proceso, acaricia mi cuerpo con sutileza sin querer empezar a hacer algo diferente, también acomoda mi cabello detrás de mis orejas, se separa nuevamente observándome a los ojos con una sonrisa ladeada.

Algunas veces siento en todo mi cuerpo el amor que Sanzu me brinda, y aunque nunca pueda decirle que lo amo, siento que de verdad lo hago cada que se queda conmigo y es tierno de esta manera.

—¿Quieres pedir ramen? —pregunta.

Asiento sin dejar de sonreír, él responde afirmando y busca su celular cercano, pero una llamada hace que se ponga de pie saliendo de la habitación.

El timbre de la casa me asusta un momento, voy a abrir viendo a los Haitani de pie, quienes entran como si de su casa se tratara, no hacen ningún ruido, me saludan con un beso en la mejilla y se sientan en la sala.

—¿Qué carajo hacen aquí? —pregunto cruzándome de brazos frente a ellos.

Ran estaba por hablar cuando veo que Sanzu regresa apresurado a la habitación, entro en esta viendo que comienza a vestirse con su traje usual. 

You Right | Ran, Rindou y Sanzu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora