𝟏𝟐

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Para la noche, Thaya y Tonliu estaban haciendo su magia con el detective de nuevo. En el almacén de la cafetería. —Oigan, es muy ajustado...— Saint jadea con sus manos contra un espejo. Sus compañeros de trabajo pusieron uno durante los días pues ya iban demasiadas veces en las que el detective se debía cambiar de ropa.

Thaya se pone de pie desde atrás del detective con una alocada sonrisa mirándolo por el espejo. —Jefe, es que debemos ocultarle la cosita.

—¿Qué cosita?— Pregunta el detective.

—Ya sabe, su, cosita.— Thaya alza su meñique sin eliminar su sonrisa. —Aunque en su caso es cosota.— Mira abajo el subordinado con sus cejas alzaditas.

—¡Esperen! ¿Qué? ¿Cómo harán eso? Oye, mira dónde agarras.

—Jefe, abra un poco más sus piernas.

—Esto es tan vergonzoso.

Obedece el detective que se asusta al escuchar como Tonliu abre una cinta adhesiva. La expande luego de sujetar el pedazo con sus dientes. —Oh por Dios.— Saint chilla bien bajito cerrando sus ojitos.

—Bien, jefe,— Thaya lo acaricia de sus suaves muslos expuestos hasta las caderas. Poniéndose de pie. —debido a nosotros — anuncia y Tonliu se asoma por el otro hombro del jadeante jefe. —has quedado espectacular.

—Creo que sí.— Concuerda Saint.

































En la playa hay una fogata. Ya hay mucha gente bailando ya sea individual o en parejas, mientras que Perth ya anda cerca de la fogata sin Squishy, sentado ahí con las rodillas alzadas. Viste unos cortos rojos, camisa playera azúl clara y chancletas. A unos pasos de él anda el policía Zee ya mojado de haberse metido al agua con unos cortos negros que marcan su paquete. Este anda riéndose con sus amigos mientras sostiene un vaso rojo de licor.

—Ni siquiera bebiendo engorda. ¿Cómo es tan perfecto? Mierda.— Perth maldice con celitos. Mirando mal al oficial. Perth mismo mira el vasito rojo de licor que sostiene en una mano, mira su estomaguito y lo suelta. Tirándolo para atrás con miedo a engordar.

Mook o mejor, Saint, va entrando por la playa con un bikini de dos piezas púrpura pastel mientras lleva sobre los hombros una chaqueta del mismo color. Tan pronto pone sus pies en la playa, el oficial se le queda viendo hipnotizado. Perth ni se diga. Él mira sobre su hombro al hombre de sus sueños que juega el rol de mujer demasiado bien. Y vaya que se veía sensual con ese bikini.

—Disculpen — Zee se disculpa con sus amigos para llegar hacia Saint. —Mook, estás... Wow. Mm, sí viniste.

—¿Qué te hizo pensar que no?— Saint le roba el vaso de licor con una sensual sonrisa. Se lo lleva a la boca para beber de este. Al instante de beber le sabe malo así que aleja el vaso tosiendo. Aunque muchos no lo crean, su reacción resulta tierna a los ojos del oficial. Tras tragar el amargo licor con el rostro tan arrugado como una pasa aplastada, el detective dice: —¡Vamos a divertirnos!

El oficial lo toma de una mano llevándoselo al agua sin escuchar objeciones de parte del detective. Pasan por al lado de Perth quién esta celoso y Saint le susurra: —Vuelvo ahora.— Incluso ese susurro no elimina la cara malhumorada del bronceado.

Se meten al agua. —Ay, carajo, que fría.— Dice Saint con su voz de hombre de repente. Mirándose el cuerpo. Sus pies metidos en el agua.

—¿Qué?— Voltea Zee con miedo ya teniendo mitad de su cuerpo dentro del agua.

—¿Huh?— Saint pregunta con su voz de mujer. —No dije nada.

—Oh. Okay.

El detective se mete por completo detrás de Zee. Cuando el oficial voltea en cámara lenta, estos están demasiado cerca, viéndose a los ojos. Los labios del detective forman una tierna línea delgada mientras más se miran. —Escucha, es nuestra canción. ¿Recuerdas nuestro baile? ¡Brazos de olas!

𝐄𝐋 𝐄𝐒 𝐂𝐀𝐅𝐄 & 𝐕𝐀𝐈𝐍𝐈𝐋𝐋𝐀| PerthSaint (Versátil)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora