Chan y Seungmin no pueden pasar ni cinco minutos juntos porque ya se están peleando, pero Seungmin y Chan no pueden pasar esos cinco minutos lejos porque comienzan a extrañarse.
Ellos creen firmemente que se odian, la realidad es que no quieren admi...
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Seungmin caminaba devuelta a su departamento, en una mano cargaba una caja de zanahorias porque a su pequeña le encantaba la zanahoria en todas sus presentaciones posibles. En los hombros traía su perfecta mochila negra, al entrar al edificio saludo al portero del edificio y subió hasta el elevador para llegar a su piso, un suspiro salido de sus labios se autoregaño
Últimamente el suspiraba demasiado, él se lo adjudicaba al cansancio pero Jisung lo apodaba "el síndrome del corazón roto", lo cual era una total falacia porque Kim no tenía novio hace más de cuatro años.
Al entrar al departamento lo recibió el aroma a barbacoa, antes amaba ese olor, pero en ese momento se encontraba haciendo una dieta que solo se basaba en arroz y agua, así que el oler la carne solo le proporcionó náuseas.
Cuando Jungmin escucho la puerta se levanto del suelo donde estaba sentada y corrió hasta donde estaba su padre para recibirlo, a tropezones llegó a este que se agachó para recibirla.
— Pa, llegate, te estañe mucho. — Comentó la pequeña abrazándolo.
— Ya llegue, amor mío. — La abrazo con la misma intensidad. — Te traje zanahorias, ¿quieres?
— Shii, así cudas.
Seungmin sonrió y caminó hasta la cocina, ora lavarle y partirle un trozo de aquella fruta.
En la cocina se encontraba Chan asando carne. Ambos adultos no dijeron nada, a Bang sus disculpas se quedaron nuevamente atoradas en la punta de su lengua y Kim no tenía nada que decir.
La pelea había ocurrido hace veinticinco días, Seungmin no contaba los días, pero si los que llevaba de dieta y su dieta había comenzado dos días después de la pelea.
El pelinegro tenía bastante trauma con su peso y este aumento después de su embarazo. A Chan parecía no importarle, pero después de escuchar aquellas palabras Kim sabía que Bang era un mentiroso.
El coreano sabía que tenía diferencias muy grandes con el padre de su hija, pero jamás espero que opinara así de él.
Le tendió su pedazo de zanahoria a su pequeña, sentandola en su sillita alta previamente. El camino hasta el refri para de este sacar su arroz y poder caléntelo en el microondas.
— Minnie, hice suficiente carne para que ambos comamos.
— No, gracias, tengo mi propia comida. — Comentó sin siquiera voltear a verlo.
Chris mordió su labio molesto, la dieta de Seungmin se basaba en tomar un vaso de agua antes de comer para así sentirse más lleno y por las noches oía a Seungmin vomitar lo poco que había comido.
— No te haz estado alimentando bien últimamente. — Frunció el ceño.