20

335 22 7
                                    

Ahí estaba el azabache, al lado de su novia quien estaba profundamente dormida. Los golpes de ese día la dejaron agotada.

—No te preocupes, yo me encargaré de esa tia, te protegeré Mia, juro protegerte siempre, sin importar que tenga que hacer.

Beso por última vez a su novia, quién se acurrucó más a sus piernas, el azabache la cubrió con una manta.

Sin darse cuenta sus ojos se cristalizaron, no podía creer la crueldad de algunas personas, tampoco quería pensar lo que tuvo que sufrir Mía en esas largas horas.

No quería simplemente pensarlo.

Se sentó en otro sofá más pequeño, a contemplar y cuidar a la castaña.

Se ve hermosa durmiendo.

Pensó mientras se acomodaba, intento quedarse despierto el mayor tiempo posible, pero el sueño lo venció.

Quedando dormido al instante, la mañana llegó, un sol prometedor entro por la ventana, iluminando la cara de la castaña.

Un bonito domingo.

Penso mientras se tallaba los ojos, al aclarar su vista, vio a Harry, dormido en su sillón favorito.

Ella sonrió inconscientemente, se acercó al azabache, y empezó a darle cortos besos en su mandíbula y mejillas.

Cómo no se despertaba, se dirigió al baño donde vio un reflejo impactante.

—Ay no.— murmuró mientras se acariciaba sus moretones, en brazos y cara, no quería imaginarse como tendría su abdomen.

—Me vas a contar lo que pasó, Mía.— el azabache apareció atrás de esta, sobresaltandola.

—De que hablas Harry.— dijo con una risita nerviosa.

—Deja de hacerte la tonta, Mía tu y yo sabemos que eso no está bien.

—¿Eso que?

—Sabes de lo que hablo... Bonita, tienes que confiar en mí, contarme lo que te pasa, como te sientes, nunca lo haces... Eso me pone inseguro.

—No quiero molestarte ni mucho menos preocuparte.

—Es que no lo haces... Me encanta por tu voz, escucharte, eres una persona importante para mí Mía.— Harry abrazo a la castaña por la espalda.

—Pero si necesitas tiempo para decirme, está bien, no te voy a presionar.— le dió un beso en su cabeza.

—Gracias por comprenderme, Harry, no te merezco enserio.

—Ssh, ahora báñate, una ducha te pegara bien.— Mía espero que el azabache saliera.

Para meterse a la ducha la encendió, mientras esperaba el agua caliente, se desnudo completamente.

A los cinco minutos el agua estaba perfecta, se metió y empezó a mojarse con movimientos suaves sobre sus cicatrices y moretones.

Que jodida vida.

Pensaba una y otra vez lo mismo, quería que sus padres volvieran, que pusieran todo en orden, que sea como antes.

Pero eso era una esperanza muy nula.

Sintió un frío recorrer su espalda, al darse la vuelta, se encontró con la espalda desnuda de Harry.

—Harry, que demonios...— fue interrumpida por los labios del azabache, ahora besaba a su novia con intensidad y deseo.

—Te extraño, por favor déjame besarte unos minutos.—susurro, todos los sentidos de Mía se prendieron en ese momento.

Adrenalina pura recorrió su estómago, subió sus manos a la nuca de el chico, tirando de su cabello.

Amor Dulce/ Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora