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Harry

Mientras Mía volvía sacudí un poco la cama y extendí las mantas, era una cama algo pequeña, tendríamos que dormir juntos.

Eso no era problema para mí.

—Regrese y traje galletas— dijo detrás de mi, me quite la camisa y el pantalón, Mía se dió la vuelta.

—Mia, por dios, no es necesario— dije con una sonrisa.

—Si claro, supongo.... Supongo que te pondrás pijama ¿No?

—Pensaba dormir así, pero si te molesta me pondré el pijama.

—No, no me molesta, solo lo digo por si te da frío, este lugar es helado de noche.

Mía dejo las galletas en la mesita de luz y se acercó a cerrar la puerta.

—¿Por qué....?

—Por Kreacher, ese elfo es bastante.... Molesto, entra en las habitaciones en las noches y se lleva cosas de aquí.

Agarre una galleta y me la metí a la boca, Mía se subió de un salto a la cama y comenzó a saltar en ella, provocando que el polvo subiera.

—Ojala no hayan arañas o cucarachas, no lo soportaría.—dijo acostándose bajo las mantas.

Me senté en la cama y me quite los zapatos, me acerque a mi baúl y me puse un short azul.

Mía estaba mirando la ventana con atención, no me había percatado de sus brazos, seguían con cicatrices, supongo que por eso seguía usando suéteres.

Mía al ver que estaba mirando sus brazos se lo intento tapar con sus manos, desvíe mi mirada y me acerque a la cama.

—No tienes nada de que avergonzarte.

—Son horribles Harry, cada día es más complicado lidiar con ellas...— Mía se tapo más los brazos, me acerque a ella, tome sus manos y las bese.

—A mí me encantan, es una etapa de tu vida que pudiste superar....

—Pero que no quiero recordar— dijo soltando mis manos con brusquedad.

—Dices eso porque eres Harry, pero he escuchado lo que dicen a mis espaldas de esto.

—¿Acaso importa lo que piensen o lo que digan?

—No pero....

—Entonces que no te haga daño alguno, esos idiotas no saben lo que tuviste que pasar— me acerque más a ella y besé sus cálidos labios.

—No dejes que te afecte, eres hermosa.

Mía sonrió y unió sus labios con los míos, puso sus manos en mi cuello y se acostó, sin despegar nuestros labios me recosté sobre ella.

Poniendo mis brazos alrededor de su cintura para no poner todo mi peso en ella —Eres tan especial Harry Potter— me dijo con una tierna sonrisa.

Abrió sus piernas y me posicione entre ellas para estar más cómodos, nuestros labios se movían con suavidad.

Baje mis besos a su cuello y mandíbula, ella jadeaba con cada beso que dejaba, seguí bajando mis besos hasta su pecho.

Comencé a levantar su polera pero me detuvo, la mire con algo de preocupación, lo menos que quería era incomodarla.

—Espera.... No.... Te van a gustar.... Son muy feas....— dijo con sus manos en mis hombros.

Acerque mi cara a la de ella —Todo de ti me gusta, tu pelo, tus cachetes, tus labios, tus brazos, tus muslos....— apreté sus muslos con suavidad y ella gimió.

Amor Dulce/ Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora