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Narrador Omnisciente

Mía se sentó en el regazo de el chico que la miraba con deseo.

—Debes poner el hechizo silenciador— murmuró él azabache tomando su varita.

Mía saco la camisa de Harry y la tiró por la habitación.

—No— susurro Mía, agarró ella la varita y murmuró un conjuro que hizo que de el techo salieran unas cuerdas.

Esas cuerdas ataron las manos de el azabache, que sentía algo de miedo.

—Vas a tener que reprimir cada sonido que salga de esta boca— añadió Mía acariciando los labios de su novio.

Mía se quitó su polera, quedando nuevamente en brasier. El chico la miraba con detenimiento, admiraba cada detalle de su cuerpo.

Mía saco de el cajón una venda y se volvió a sentar sobre el regazo de el chico.

—¿Confías en mí?— le pregunto Mía acariciando su mejilla, el chico asintio, estaba totalmente seguro de lo que quería.

Le saco los lentes y le vendo los ojos.

El azabache estaba desesperado por la falta de contacto, y eso era lo que quería Mía.

—No te has portado muy bien señor Potter— susurro Mía cerca de su oído a el chico se le puso la piel de gallina.

Mía lo sorprendió con un beso, sus labios se movían con lentitud, mordía y chupaba los labios de su novio, que soltaba pequeños gemidos en el beso.

La chica comenzó a moverse sobre su regazo en círculos, enviando ondas de electricidad en el cuerpo de el chico.

Mía bajo sus besos a su barbilla y luego a su mandíbula, el chico batallaba con las cuerdas intentando soltarse.

Pero las cuerdas no cedían, quería tocar a su novia, quería acariciarla, mover sus caderas más rápido.

Asique el chico movió sus caderas contra las de Mía, aumentando la velocidad, ella gimió en su oído.

Mía araño la espalda de Harry, robándole un gemido de satisfacción.

—No, tu.... No estás al..... Mando hoy— jadeo Mía levantándose, le desabrochó el pantalón a el chico dejandolo en boxer.

La separación repentina de Mía hizo que el azabache se desesperara, el jadeaba pesadamente, Mía se burló.

—Me encanta verte así, tan.... Disponible para mi.

El chico seguia tironeando las cuerdas, quería soltarse para abalanzarse contra Mía y besarla, tocarla pero sus esfuerzos eran en vano.

—Mia.... No me hagas esto....— la chica se quitó las bragas y se volvió a sentar en Harry que jadeaba en frustración.

Al sentarse, el chico comenzó a moverse con desesperación, buscando el placer que quería sentir, Mía tiro de el cabello de su nuca, deteniendolo.

—No te nuevas.... ¿O quieres que me vaya y te deje así?— el chico negó.

Mía volvió a besarlo, introduciendo su lengua en su boca, el chico gimió ante su acción.

La castaña saco el miembro de el chico y lo introdujo en su humedad.

El chico soltó un fuerte gemido, Mía le tapo la boca —Shh.... No querras que te escuchen....— se acercó a su oreja y la mordio —Un solo sonido Harry, y me detendré— amenazó Mía y comenzó a moverse dando saltos.

El chico estaba haciendo un esfuerzo muy grande para reprimir sus gemidos, que amenazaban con salir de su boca en cualquier momento.

Mía aceleró sus movimientos, y Harry sin poder evitarlo soltó un quejido silencioso.

Amor Dulce/ Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora