Seis

237 19 5
                                    


KengKla y Techno se habían vuelto a ver pero no habían dicho nada del beso. De hecho, se comportaron como si jamás hubiera pasado, y tampoco volvió a ocurrir. Sin embargo, eso quiso decir que las cosas entre ellos no hayan avanzado. Ahora se hablaban con familiaridad. Tanta, que casi sin proponérselo KengKla empezó a caer en algunas viejas mañas: las mentiras, pero la mayoría piadosas.

Se trataba de cosas tipo que había algo que no tenía y que en ese momento no podía ir a comprar por los niños, o algo que se le rompió y no era así. Después había actos genuinos, como la invitación al cumpleaños de los mellizos que ahora cumplirían 4 años. Esta invitación le favoreció porque Techno lo ayudó en todo lo que necesitaba. Lo acompañó a los diferentes cotillones, recorrieron algunas jugueterías, le ayudó a comprar la comida y las bebidas y el día del cumpleaños, durante la mañana, le ayudó a decorar la casa. KengKla le estuvo eternamente agradecido. Sin su ayuda no estaba seguro de poder hacer un trabajo como el que resultó. Ahora mismo se encontraba frente una situación un poco estresante y estaba extrañando a Techno que después de ayudar con la decoración debió irse a su casa.

—Kim, no metas la mano.

Su hijo con su mano estirada, movimiento que había hecho en silencio, intentaba sacar crema de la torta que su padre había hecho para la fiesta de cumpleaños.

—Sólo quería un poco —protestó.

KengKla no pudo evitar echarse a reír. Nunca había conseguido inculcarles a sus hijos disciplina, ya que, cuando cometían una travesura, se lo ganaban con sus sonrisas y su dulzura. Muy propio de él.

—¿Qué comerán Ai Nic, P'No, y tu abuela si tú te lo comes todo ahora? —le preguntó—. Cuando empiece la celebración podrás comer cuanto quieras. Sólo tienes que esperar.

Kim sonrió y asintió. Pero KengKla, sin poder resistirse le dio un dulce de los tantos que su madre había mandado.

—¿Puedo llevarle uno a Pan? Está viendo tele.

—Sí, pero que llegue, no te los comas tú en el camino —le dijo.

—¡Nunca haría algo así! —protestó el pequeño ofendido. KengKla se echó a reír otra vez y Kim se marchó. Antes de que el pequeño desapareciera le gritó:

—Vayan al jardín trasero, pueden jugar después de comerse los dulces. De aquí estaré mirándolos.

Kim asintió.

Unos minutos después se asomó a la ventana que daba al patio tarsero. Pan se había agachado para tomar un montón de hojas secas del suelo que a continuación arrojó al aire llena de alegría. A pocos metros de ella, Kim y el gato Mark intentaban atraparlas.

KengKla sonrió. Ambos se habían adaptado bien a la casa y al jardín de infantes. Se llevaban muy bien con el vecino y su gato Gun. Su propia salud también estaba mejorando considerablemente. Luego del cambio de medicación pasó por otra etapa donde le fueron bajando las dosis. Y hoy se sentía bien pese al estrés. Además...

Miró a la casa algunos metros más allá. Allí estaba la respuesta. Sonrió. Él estaba seguro que Techno ya no se sentía incómodo a su lado. No importa que no hayan hablado del beso, no importa que no hayan vuelto besarse, KengKla estaba seguro que habían empezado a coquetear entre ellos. Se apartó de la ventana y volvió al trabajo. Al cabo de unos minutos la torta ya estaba hecha y la llevó cuidadosamente a la mesa de la sala.

La primera en llegar fue su madre, por supuesto, cargada en regalos. Después llegó Ai Nic con su esposo. Y por último entró Techno. KengKla no se perdió el elevamiento de cejas de su madre, mucho menos la sonrisa cuando vio a los niños cercanos a él, y muchísimo menos el intercambio cómplice que hubo entre su amigo y su madre. Se hubiese sentido enojado, pero Techno habló y trató con todos, y con él, de forma tan natural que tal vez era momento de agradecerles. 


 
*** 


—P', no tenías por qué quedarte —dijo KengKla, terminando de lavar los cubiertos y pasándoselos a Techno para que los secara—. Mi madre se llevó a los niños, podía hacerlo tranquilo. Igualmente, gracias.

Techno se rió.

—No puedo ser como ellos, lo sabes ¿Cómo podría huir y dejarte con todo sucio sin ayudar a levantar un plato? —Techno sacudió la cabeza.

KengKla tuvo el fugaz pensamiento de que techno solo quería pasar más tiempo con él. Estaba cansándose de este juego sin final. Sin previo aviso tomó su mano.

—P', me gusta pasar tiempo contigo. —Acarició suavemente su mano y observó.

Techno se tomó su tiempo antes de contestar.

—A mí también.

—¿P'...?

—Sí, me encanta estar aquí, y pasar tiempo contigo. Me gusta jugar y ayudarte con tus hijos.

Techno respiró hondo y tomó sus manos y sin previo aviso lo besó suavemente. KengKla se estremeció. Eso definitivamente no lo esperaba. Se veía a si mismo haciendo este movimiento. No pudo evitar estrecharlo entre sus brazos.

—P' —murmuró pasando las manos por su cintura y descansando la mejilla en su pecho. Quería estar allí quieto para siempre. Estuvo así durante mucho tiempo, en silencio, escuchando el corazón de Techno, un suave eco del suyo.

Cuando, al final, Techno se movió y tomó su cara, suspiró en señal de rendición y lo besó otra vez. El beso fue suave y delicado. Techno se entregó al deseo y KengKla saboreó sus labios. Se besaron hasta que sus piernas empezaron a temblar. Techno lo estaba con todo su cuerpo.

—P', cuidado —advirtió KengKla antes de alzarlo como si nada y lo sentara sobre la alacena. Al mirarlo, Techno sonreía—. ¿Qué es tan divertido?

—Nada. Es sólo que... Te he echado mucho de menos. Hace semanas que quiero besarte.


KengKla lo miró y volvió a besarlo con más urgencia y deseo todavía. Estaba enamorado de él. Y P'No también.

—P', yo también... yo también —le decía entre besos. En un momento se detuvo y llevó sus manos al rostro de Techno y acarició suavemente sus mejillas. KengKla no lo soportó más. Frotó su excitación contra la de Techno que no se movió en señal de aceptación—. P' ¿Estás seguro? —le preguntó.

Si P'No se negaba no estaba seguro como haría para manejarlo.

—Sí, lo estoy. Quiero hacerlo, lo siento con más intensidad de la que he tenido en mucho, mucho tiempo.

—Oh, P'...

KengKla tomó el rostro de Techno entre sus manos y lo besó otra vez con toda su alma. En pocos segundos, los dos estaban ya desnudos. El increíble cuerpo de KengKla se perfilaba contra la luz de la cocina.

—Ahora sí que estoy nervioso —admitió Techno.

En silencio, KengKla se deslizó por el cuello de Techno, rozándolo apenas con sus labios. Un gemido salió de ellos y Techno sintió una sonrisa en los de KengKla.

—¿Te gusta? —le preguntó KengKla

—Mucho —respondió con la voz entrecortada.

KengKla lo acostó sobre la mesada y elevó su cadera, llevando su boca a su gran erección.

—Siiiiií —gimió llevando sus manos a su cabello, enredando sus dedos allí.

Pronto, Techno se dio cuenta que un dedo había accedido a su canal de entrada. Estaba enloqueciendo de placer. Cuando finalmente KengKla entró dentro, gritó, sorprendido por la intensidad del deseo que estaba explotando en su interior, pero se contuvo y no dijo en voz alta las palabras de amor que tenía en la punta de la lengua. KengKla empezó a moverse dentro y Techno separó las piernas para hacérselo más fácil.

Sí, Techno había echado mucho de menos aquello. No se había dado cuenta de cómo lo había echado de menos hasta este momento.

—Oh, 'Kla. Oh... oh... ¡Ahí, mierda! ¡Ahí! ¡Oh, por... oh!
.
KengKla lo penetró aún más adentro y Techno pronunció su nombre con la desesperación de alguien que estaba a punto de caer a un insondable abismo. Y cayó, profundo, fuerte, maravilloso. Con un gemido ahogado, KengKla cayó también al cabo de unos segundos, mientras Techno apretaba sus muslos con fuerza.

Cuando regresaron al mundo real, KengKla lo había deslizado y lo sostenía para que no se cayera mientras lo besaba con ternura. Techno no recordaba haber sentido una felicidad mayor en toda su vida. 


*** 


Cuando Techno abrió los ojos estaba entre los brazos de KengKla. El reloj estaba marcando la medianoche. KengKla estaba despierto, de hecho, lo estaba mirando intensamente en ese mismo instante. Techno se sentó.

—Tengo que volver. Debo darle de comer a Gun.

KengKla también se sentó. Techno miró para otro lado para que la visión de su cuerpo desnudo no la desconcentrara.

—Gun Gun ya comió. Entró y Mark le compartió de su comida.
.
—¡Ese gato traicionero! Pero, aun así, debo marcharme.
.
—P'... Te lo dije entonces y no me creíste, por eso te lo digo ahora otra vez. Te amo. Sé que lo hice estuvo mal. No merecía tu perdón, lo sé. Pero yo...

—Me arrepiento —lo interrumpió Techno.

—¿Qué?

Techno respiró profundamente reuniendo los últimos vestigios de coraje que le quedaban para decir algo más.

—Me arrepiento de no haberte perdonado.

—¿P'? —preguntó KengKla sorprendido.

—Sigo enamorado de ti. Has estado dentro de mi corazón durante todos estos años. No te perdoné en el pasado, pero ahora sí.

—P'... yo también estoy enamorado ti. Siempre tenía en la cabeza el maravilloso y mágico tiempo que pasé contigo. Fue lo mejor de mi vida. Tú fuiste mi primer amor, y nunca te he olvidado. P'...

—Ya lo dije, te perdono. Sé que tus cartas fueron honestas. Las heridas sanaron. Además, he visto cómo eres ahora. Me he enamorado más de ti. Te perdono, Ken...

KengKla acababa de interrumpir el discurso de Techno porque se estaba apoderando de sus labios.

Reencuentro [Klano]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora