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( . . . )

-____: ¿Y por que no sales tan seguido de casa? El pueblo es hermoso, dan ganas hasta quedarse en sus calles durante todo el día.

-Cataleya: Si, pero no puedo, no me queda tiempo siempre estoy ocupada en casa.

-____: Cuando tal vez tengas tiempo puedas conocer a los Madrigal, osea Luisa, Camilo y Mirabel, ellos son geniales.

-Cataleya: Si, claro, cambiando de tema debo irme ya se hizo de noche y hemos hablado por todo el rato, de seguro me necesitan en casa —(La chica se levantó y solo sonrió)— Adiós comadre, fue un gusto hablar nuevamente con usted.

-_____: Adiós Cata . . .

La chica solo se fue mientras el sol se ocultaba rápidamente.
Me quede unos segundos ahí hasta que se quedó completamente oscuro, solo se veia la luz de las casas, hasta que sentí que me llamaban.

-Camilo: ¡Buenas noches Sumercé! ¿Que hace a esta hora fuera de casita? —(Pregunto el chico con una sonrisa junto con algo de leña en sus brazos acompañado de el Madrigal más pequeño)—

-_____: Nada, solo aquí perezeando ¿Y ustedes qué hacen?

-Camilo: Estábamos recogiendo leña, bueno realmente yo estaba fuera de casa y Toño fue a buscarme y de paso llevo algo de leña como excusa.

-Antonio: Yo siempre debo salvar el pellejo de Camilo —(Dijo orgulloso)—

-_____: Se nota que es un trabajo muy pero MUY cansado ¿Cierto?

-Antonio: Es muy cansado para mí, solo soy un niño.

Solo le sonreí para hablar con Camilo.

-______: ¿Y donde estabas antes de la leña?

-Camilo: Nada importante la verdad, no te preocupes.

-______: Okey, debo entrar a mi casa, buenas noches Sumercés.

Ellos se despidieron solo para irse, yo solo ingresé a mi casa para ayudar con la comida.
Las horas pasaron y era casi media noche, salí por la ventana para quedarme afuera y esperar pero no había rastro de nadie.

Algo que debo de admitir es que tengo sueño, estos días no he podido dormir bien, quiero cerrar los ojos mientras tanto pero temo que si lo hago me quedé foquiada en media calle.
Levanté mi mirada una vez más para ver qué Camilo estaba al frente mío mirándome.

-_____: ¡Miércoles! ¿De hace cuánto estás ahí?

-Camilo: Como cinco minutos, te quedaste mirando el suelo por mucho tiempo y no notaste que llegue —(El se sentó al lado mio mientras sonreía)—

-______: Okey, entonces ¿A donde me llevaras?

-Camilo: Ni idea la verdad, no pensé llegar tan lejos.

-______: ¿Entonces hasta mañana? Digo no hay nada más que hacer.

-Camilo: No, claro que no, digo, hice que estuvieras despierta a esta hora para nada, así que aprovechemos, la noche es joven

-______: ¿Entonces paseamos?

-Camilo: Claro, pero ahorita es que ando cansado de escapar de casita sin la abuela se de cuenta y correr hasta aquí.

-______: Entonces vayamos al rebaño, descansas ahí y de ahí paseamos por todo el pueblo.

-Camilo: Buena idea, buena idea, mi pies me están matando

Hubo un rato de silencio hasta que Camilo volvió hablar.

-Camilo: ¿Me cargas?

-_____: ¿Que?

-Camilo: Si quieres me vuelvo pequeño como si fuera un niño y me cargas, es que me duelen las patas

-______: Comienzo arrepentirme.

-Camilo: Por favor, no te pido más, ni siquiera peso tanto.

-______: .  .  .

-Camilo: .  .  .

( . . . )

La luna brillaba como ninguna otra noche, el viento soplaba lentamente dando una brisa que podía darte algo de sueño.
Un momento extremadamente relajante para las parejas, claro si tuviera y tampoco es que este en mi mejor momento.

-Camilo: Gracias por cargarme —(Sonrió el chico convertido en niño en mi espalda)—

-_____: Ni siquiera sé cómo llegamos a esto, ahora me estoy replanteando si es que hice algo mal en mi vida para terminar así.

-Camilo: Mira el lado bueno, el cielo está hermoso hoy.

-_____: Lo apreciaría más si es que no te estuviera cargando.

-Camilo: Tranquila, algún día te devuelvo el favor cargandote a ti también.

Llegamos al mi lugar de trabajo que estaba solo pero con la luz de la luna se veía hermoso.
El chico bajo rápidamente pegando un salto volviendo a su forma con una gran sonrisa.

-Camilo: ¡Por fin! ¡Sentemonos!

El se sentó cerca del árbol y yo hice lo mismo mientras mirábamos el cielo.

-Camilo: No se, pero esta noche me recuerda a una historia que recientemente mi abuela me contó...

-_____: ¿Que historia?

-Camilo: Sobre mi abuelo y ella, ella nis contaba que cada noche y madrugada ellos siempre salían y miraban el cielo nocturno junto a una vela.

-_____: Qué lindo, mis abuelos se casaron por compromiso al igual que mis padres, así que de seguro conmigo será igual.

-Camilo: Isabella se iba a casar por compromiso, ya que mi abuela dijo que sería lo mejor pero ya todo cambio.

-______: Que bueno que las cosas cambiaron, ya tienes libertades. . . .

-Camilo: Es cierto —(Hubo un rato de silencio hasta que el volvió hablar)— ¿No tienes frío? Digo tu ropa no parece que abrigue mucho.

-______: Bueno, la mayoría de mi ropa es de tierra caliente ya que la mayoría de pueblos a los que he ido eran de tierra caliente pero por lo que veo a que varía mucho.

-Camilo: Cierto, a veces hace demasiado frío y después hace mucho calor, pero enserio parece que tienes frío.

-______: Un poco pero me aguanto . . .

El chico se quitó la ruana que tenía dándome la para que me abrigara.

-______: No es necesario, úsala tu, de seguro tienes frío.

-Camilo: No, claro que no, no tengo frío, insistió úsala.

-______: Insistió úsala tu.

-Camilo: Déjame ser un buen amigo y usa la ruana dije.

-______: Úsala tu, porque yo no la voy a usar.

-Camilo: Yo menos la voy a usar.

El chico la dejo en medio de ambos esperando a que yo la use.
Después de un rato de silencio seguimos hablando toda la noche hasta que note que Camilo se estaba apunto de dormido de poco a poco, hasta que se durmió en mi hombro.

Tome la ruana poniéndose la encima para que no tuviera frío, apenas pude ponérsela porque el desgraciado pesa mucho y casi ni me puedo mover y si lo hago de manera brusca tal vez lo despierte.

Solo admire el cielo que brillaba a más no poder hasta que mis ojos pesaban hasta que estos solo se cerraron.

( . . . )

El Camaleón [ I ] | Camilo Madrigal x TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora