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Suspiré mientras veía como todos preparaban el lugar y como me dijo Luisa, que trate de conocer a los de su familia. Iba a caminar pero vi como el suelo empezó a moverse, ahora se lo que se refería Luisa que su Casita estaba llena de vida y alegría. Seguí caminando tratando de no estorbar a los que preparaban todo, miraba con atención cada detalle de la casa y su gente, no es como el otro pueblo donde vivía, raramente festejaban algo, aunque con los constantes robos pos no creo que alguien quiera festejar.

Veía por todas partes hasta que tropecé con una chica de con moño alto y ojos muy grandes, pude notar que era una de las Madrigal ¡Bien! Es mi oportunidad de socializar.

-____: ____, Soy perdón y me llamo nueva -(Dije emocionada)-

-Madrigal: ¿Que? -(Preguntó la chica confundida)-

Me quedé callada unos segundos analizando la babosada que dije, hasta que volví a hablar.

-____: ¡Perdón! Asi no era, es que ¡Soy amiga de Luisa! Solo estaba emocionada de conocer a otra Madrigal.

-Madrigal: Pues es un gusto entonces, soy Dolores -(La chica hablo rápidamente y solo sonrió nerviosa)-

-_____: Dolores ¿Tu no eres la que oye todo? Luisa me hablo mucho de ti, de seguro ya nos oíste o tal vez no.

La chica de moño alto solo asintió diciendo un si mientras sonreía nerviosa.
Por atrás de ella vi como otra de las Madrigales, exactamente la tía de Luisa que antes había visto venía apresuradamente hacia acá pero con una cierta cara de enojo.

-Tia: ¡Camilo! Deje la bobada -(Grito con enojo y una gran nube en su cabeza mientras sostenía a la chica de la oreja)- ¡Deja de imitar a tu hermana!

La chica de moño alto de un momento se transformó en el chico de la mañana, el que se golpio contra la puerta de una ventana.

-Camilo: ¡AAAaaaAA! ¡Me duele! ¡Sueltame mamá! Perdón no lo vuelvo hacer -(Se quejaba el chico constantemente)-

La mujer solo lo soltó y empezó a calmarse haciendo que aquella nube desapareciera.

-Tia: Tu tienes que cuidar a los niños ¿Que hacías aquí fingiendo ser tu hermana?

-Camilo: Es que los pelados tenían hambre y yo, como buen niñero quise llevarles comida, pero yo ya había comido pero Dolores no, así que pensé "¿Y si tomo la comida de Dolores para dárselas a los pobres pelados?" Asi, que tome una buena decisi-

-Tia: ¡Ya entendí! Solo ve y cuida a los niños Camilo, tú dijiste que te encargarías de ellos.

El chico solo asintió con la cabeza mientras se iba corriendo donde estaban un montón de niños.
La mujer solo suspiró aliviada para luego verme y darme una sonrisa.

-Tia: Perdón por eso, tu cara no me suena, no eres de por aquí ¿O si?

-____: ¿Ah? No, no soy de aquí, bueno si soy de aquí, vengo otro pueblo junto a mi familia, llegamos la semana pasada.

-Tia: ¡Con razón! Entonces me presento, Soy Pepa Madrigal y el joven de hace rato era mi hijo, Camilo Madrigal y la forma que el tomo es de mi otra hija, Dolores Madrigal.

-____: Un gusto Doña Pepa.

-Pepa: El gusto es mío, me gustaría seguir conversando pero tengo ahorita unos asuntos que atender, está ahora es tu casa, siéntete con toda libertad.

La mujer se fue rápidamente al segundo piso dejándome ahí sola, solo me quedé pensando en lo que había pasado hace rato, pude conocer a dos Madrigales, la madre y el hijo, quién sabe que me encuentre con la prima de Luisa.

El día paso Luisa paso tiempo conmigo dentro de cuarto hasta que la noche cayó, todos estaban en fiesta, reían festejaban, bailaban, mis padres llegaron a la fiesta para presentarse formalmente con la Abuela Alma.

En todo el festejo una de las hermanas de Luisa, Mirabel se la paso por todas partes bailando y cantando con todos con una gran sonrisa.
Luisa solo se limitaba a sostener el piano o bailar junto a su padre y yo solo me la pasaba ahí en un rincón mirando todo a todos se les veía muy felices y contentos.
Dirigí mi mirada afuera de la casa donde se encontraba Camilo y un montón de niños con algo de pólvora y bengalas, solo me dirigí para afuera mirando el cielo que estaba siendo adornado con la pólvora y si bajas un poco la mirada podías ver al chico Madrigal jugando con la bengala para entretener a los más pequeños.

Estaba concentrada mirando el cielo hasta que sentí que alguien me tocó el hombro al voltear pude ver a un hombre y a Mirabel.

-____: Hola Mirabel.

-Mirabel: Hola, hoy en la tarde no nos pudimos presentar de manera adecuada y solo nos dijimos nuestros nombres pero bueno, presentemos mejor, el es mi tío Bruno.

-____: Un gusto Bruno, Luisa me dijo alguna de otra cosa de ti, según ves el porvenir de cada persona.

-Bruno: ¿Eh? Si, aunque no es el futuro que ellos quieren ver.

-____: ¿Tú podrías ver mi futuro? Quiero saber si me quedare aquí mucho tiempo o me iré, normalmente mi familia y yo cambiamos mucho de hogar y la pasamos en pueblo en pueblo, y me gustaría saber si me quedare aquí, es que no quiero irme.

-Bruno: Claro, vamos a mi santuario, osea mi habitación, pero antes que nada, si vez algo que no te gusta no me eches la culpa como lo hacen todos.

-____: No, para nada ¿Como crees?

Mirabel solo sonrió feliz al ver a su tío convivir con otras personas sin estar tan nervioso, los tres llegamos aquella habitación mientras el hombre con ruana preparaba todo.

-____: ¿Te puedo preguntar algo Mirabel?

-Mirabel: Claro, cuéntame

-____: Luisa me dijo la vez pasada que normalmente salen predicciones malas ¿Eso es muy común?

-Mirabel: No te voy a mentir, la verdad si, pero eso no depende de el, si no de la persona.

-____: Comprendo, gracias entonces.

-Bruno: ¡Listo! Vente pa 'ca -(Menciono mientras extendía los brazo)-

Iba sujetar su brazo hasta que de la nada entro Dolores y habló.

-Dolores: Perdón si los interrumpo, Abuela dijo que fueran a la fiesta, va dar el discurso, y ella necesita que Bruno este ahí.

-Mirabel: Ya ahorita vamos entonces.

Dolores solo se fue, dejándonos ahí.

-Bruno: Supongo que lo haremos más tarde, mientras disfruta la fiesta junto a Mirabel.

Salimos de aquella habitación y salí con Mirabel afuera de Casita, donde estuvimos al principio.
Nos quedamos mirando como Camilo jugaba con los niños mientras hablaba con ellos.

-Camilo: Como pueden ver, esto es una bengala -(Menciono el chico sosteniendo la bengala encendida)- Ustedes están muy chiquitos para jugar con una, porque deben tener cuidado con ella.

Los niños solo lo miraban fijamente con asombro.

-Camilo: Deben tener mucho cuidado de no quemarse con la pólvora, porque si se asustan se queman.

La Bengala ya estaba llegando casi a su fin, hasta que una chispa se pegó a la ruana de Camilo junto a su manga empezaron a quemarse mientras los niños solo lo miraban con atención y otros se reían de la desgracia del chico.

( . . . )

El Camaleón [ I ] | Camilo Madrigal x TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora