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( . . . )

-Camilo: ¡Tía Julieta! Amarrame esto en la boca —(Hablo el chico con un trapo en mano)—

-Julieta: ¿Pa que corazón? —(Preguntó mientras volteánba las arepas)—

-Camilo: Quiero dejar de hablar, así que por favor me lo amarras ¿Si?

La mujer solo miró a Camilo con ingenuidad hasta que entró Agustín.

-Agustín: ¿Que pasa?

-Julieta: Agustín amarrale eso a Camilo en la boca.

-Agustín: Claro —(El hombre tomo aquel trapo amarrandoselo a su sobrino)— ¿Tu pelo huela a aceites? ¿Te estás volviendo a echar eso en el pelo?

El chico solo asintió como respuesta.

-Agustín: Ya hace mucho que no lo haces, que te estés volviendo a echar aceites y bañarte me sorprende.

-Julieta: Está en la edad que se preocupa por su apariencia, el quiere estar lo más pinta posible.

-Agustín: Eso me recuerda cuando Camilo era pequeño dijo que no iba caer en estas cosas.

-Julieta: Jajaja si, siempre llegaba golpeado y todo sucio de tierra.

El chico solo oía pues hablar no podía, aunque el quería decir muchas cosas.

-Agustín: ¿Te acuerdas cuando llegó con una pierna toda partida? Llegó arrastrándose a la casa.

-Julieta: Si, Camilo eras tremendo cuando tenías ocho años, la mayoría de veces llegabas con algunos huesos partida por andar montandote en las palmeras.

-Agustín: Al principio lloraba mucho por el dolor pero después ya no lo hiciste, sin importar que tu pierna estuviera al revés ¿Te acostumbraste al dolor?

El joven solo asintió mientras salia de la cocina y se despedía con su mano derecha.

-Julieta: Me preocupa lo que esté planeando.

-Agustín: Tal vez no sea nada, tú ya sabes cómo es el.

-Dolores: El se está castigando —(Hablo la chica repentinamente)—

Ambos adultos solo pegaron un salto por el susto.

-Julieta: Dolores me asustaste —(Dijo la mujer acelerada)—

-Dolores: Perdón tía.

-Agustín: ¿Como que se está castigando?

-Dolores: El siente culpa, así que por eso se tapa la boca, para no hablar más, en pocas palabras es un voto de silencio pero como el no es capaz de callarse por eso se tapa la boca.

( . . . )

-Bruno: No —(Hablo el hombre mientras tiraba una tabla de visiones)— Otra vez.

-Mirabel: ¿Estas bien?

-Bruno: No, pensé que si veía la visión directamente con Cataleya sería más claro pero es más confuso que verlo solo.

-Mirabel: ¿Y como te ha ido solo?

-Bruno: Van veinte visiones y ninguna tiene sentido, todas muestran aquel risco, pero no me parece conocido.

-Mirabel: ¿Si es el risco de la ruptura de las montañas?

-Bruno: ¿Como?

El Camaleón [ I ] | Camilo Madrigal x TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora