Hola Klainers, les traigo una nueva historia sobre Kurt y Blaine, como ya se dieron cuenta Kurt se corta. Es una idea que me estaba rondando en la cabeza desde hace mucho y quiero compartirla ahora. Algunos saben que tengo otro fic, se llama "Las voces de mi cabeza dicen que eres el amor de mi vida", me quede sin ideas para esa y voy a tratar de inspirarme, más no la voy a dejar. Espero que les guste ésta nueva historia. ¡GRACIAS POR LEER! En verdad que me hace muy feliz.
PRÓLOGO
Su despertador sonó justo a las 7am, aún no se acostumbrada a que las clases iniciaban hoy y que era su último año de secundaria. Se destapó la cara lo justo para levantar su mano y apretar el botón de 'parar' en su celular. Cerró los ojos de nuevo y se puso a pensar. Él ya estaba harto de esa rutina, despertar, arreglarse, desayunar, llegar a la escuela, golpes, empujones hacia los casilleros, llorar y bueno... algunas otras cosas. Él ya no quería ir a la escuela, sólo era un lugar donde los populares se sentían la cosa más importante, cuando verdaderamente sólo eran un pedazo de mier...
-¡Kurt! -Bueno, al menos ya sabía que su papá estaba despierto- No querrás llegar tarde a tu primer día, no escucho que te estés arreglando.
Si, ese era él, Kurt Elizabeth Hummel, 17 años. Estudiante de último año en McKinley. Ahora se había quitado la cobija de todo el cuerpo, se levantó de mala gana, sabiendo que de todas maneras, no podía postergar éste momento. Se dirigió al baño para lavarse la cara, cuando llegó vio su cara en el espejo, bueno, al menos no estaba tan mal. Tomó su jabón y lo puso debajo del chorro de agua, ahí fue cuando las vio de nuevo, aproximadamente 20 cicatrices se veían fácilmente en esa muñeca, y claramente otras 4 que aún estaban frescas. -Diablos, tendré que llevarme la camisa de manda larga- pensó Kurt, mientras volvía a continuar con su rutina.
20 minutos después Kurt iba bajando las escaleras cuando vio a su papá enfrente del cuadro donde aparecían ellos dos y su mamá, claramente estaba llorando, de nuevo. Su madre había muerto hace 1 año de cáncer de pulmón, y desde ese día su papá había estado alejándose poco a poco, puede que él pensara que Kurt no lo notaba, pero lo hacía y no sabía como pararlo, había intentado de todo, pero nada funcionaba. Kurt fue resintiendo la lejanía de su papá día con día, hasta que una noche, 2 mes después de lo de su madre, él había llegado a su casa llorando profundamente y con la ropa desordenada pero cuando su padre lo vio se limitó a darle una palmada en el hombro y decirle "Mejor me voy al taller, tengo mucho trabajo". Kurt había sentido que el hecho de que horas antes Karofsky lo había querido violar junto con otros tipos del equipo de fútbol no se comparaba al dolor que sintió cuando Burt no se preocupo por él. Ese fue el día en el que corrió a su habitación y tiró todo lo que encontraba a su paso. Fue el día donde encontró la pequeña navaja de afeitar en uno de sus cajones, fue el día en que sin pensarlo dos veces tomo la navaja y la pasó rápidamente una y otra vez por su muñeca izquierda hasta que sintió un poco de mareo y vio cómo la sangre había llenado su camisa y su pantalón, ese fue el día en que Kurt Hummel se quebró.
Kurt bajó los últimos escalones con pisadas más fuertes para que su padre se diera cuenta de su presencia, fue cuando Burt antes de voltear discretamente se secó las lágrimas y se volvió a ver a su hijo.
-Oh Kurt, perdón, no hice el desayuno...-dijo Burt, tomando unos papeles amarillos y viendo hacia la mesa y después hacia su hijo- ...estaba revisando unas cuentas del taller y...-
-No te preocupes, tomaré una manzana.- Kurt buscó su mochila y se la colgó en el hombro, mientras se dirigía a la puerta.- Hasta luego papá.
-Mañana te haré tu desayuno favorito, lo prometo.- La puerta se cerró sin una respuesta a cambio. Kurt bajó los escalones de la entrada y suspiró, su padre hace mucho no hace el desayuno, su padre siempre le promete que le hará lo que más le gusta, su padre había cambiado.
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In My Veins
RomanceEs el último año de Kurt en McKinley, no sabe lo que quiere para su futuro, lo único que tiene son las navajas que siempre lleva en su mochila y las largas cicatrices en sus muñecas. Blaine Anderson ingresa con su mejor amigo a McKinley para su últi...