Hola mis amadísimos lectores, les agradezco mucho que sigan aquí. También quiero decirles que de actualizaré un día si y un día no, porque ya voy a entrar el lunes de nuevo a clases y estos días estaré un poquitito ocupada, pero como ya dije, actualizaré un día si y otro no, gracias por comprender. Si tienen a alguien que le pueda gustar mi Fic, les agradecería que se lo pasaran.
ADIÓS TRANQUILIDAD.
Había pasado una semana desde el primer día de clases y por ende, desde que Nick y él había tenido esa plática en la que habían acordado ir a ver a Alice. Pero Kurt había tenido otros planes en mente. Desde aquel día había dejado de frecuentar la cafetería y llegaba a la escuela justo a tiempo, todo esto para poder evitar a los tres muchachos, sobre todo a Nick. Algunos momentos habían sido difíciles de evitar, como cuando compartían clases y Kurt se sentaba hasta el frente, así que cuando Nick llegaba al salón el asiento a su lado ya estaba ocupado o cuando alguno de ellos lo sorprendía en el pasillo. Kurt siguió pensando en todo lo que pasó la última semana, tomó su almuerzo del casillero y se dirigió a uno de los jardines de McKinley.
Las cosas se habían estado complicando esos días y lo último que quería era que Nick volviera a sentirse parte de esto y con la obligación de hacer algo al respecto. Como cuando Kurt llegó a casa el tercer día de clases y encontró a su papá dormido en la sala con 6 botellas de cerveza en la mesita junto con una foto de su madre, él simplemente suspiró, caminó hasta donde su padre para quitarle las botas del trabajo y su gorra, y después lo acobijó con la sábana que estaba en el sillón de al lado.
-Esto se está poniendo grave...- dijo Kurt en el silencio de la sala. Subió a su cuarto y dejó su mochila en la cama, se giró hacía su guardarropa y lo abrió para sacar su pijama. -Estoy cansado de todo esto...- Caminó hacía su escritorio y tomó las navajas que estaban ya afuera, se dirigió al baño y cerró con seguro.
Una vez adentro, dejó sus cosas en el suelo y avanzó para abrir la llave de la regadera, se giró para verse en el espejo, ¿Quién era ese chico en el espejo? ¿Quién era ese chico con ojos triste? ¿Dónde estaba el Kurt Hummel que era feliz? ¿Dónde quedó? ¿Cuándo se fue y cómo sucedió tan rápido? Lágrimas empezaron a rodar por toda su cara, no pudo evitarlo más y empezó a soltar sollozos, extrañaba a su papá, a su mamá y a él mismo. Su ropa fue quedando en el suelo hasta que lo único que lleaba puesto eran sus calzoncillos. Se sentó en el retrete y tomó las navajas del suelo, las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas y terminaban en sus piernas, los sollozos seguían sin parar. Agarró con más fuerza la navaja, por un momento titubeó de si la pasaba o no, recordó todo por lo que valía la pena no hacerlo y después recordó la soledad y la decepción en él mismo y eso era más grande que todo.. o eso pensaba él, así que empujó la navaja horizontalmente por la longitud de su pierna, como otras veces había visto se volvió a formar una linea delgada de sangre que iba creciendo poco a poco; volvió a meter la navaja por su pierna, seis cortadas, más sangre; catorce cortadas, tomó papel y limpió la gran cantidad de sangre que caía de las orillas de cada corte y que se juntaba para resbalar por la pierna; veintitrés cortadas y se detuvo, su pierna empezaba a punzar del dolor. Vio las aberturas que tenía su pierna y volvió a llorar, si tan sólo fuera más valiente podría terminar todo su dolor con una simple cortada vertical en cualquiera de sus muñeca, pero nunca era lo suficiente, nunca bastaba. Dio un pasó dentro de la regadera y luego otro, cuando sintió el chorro de agua caer sobre él sintió una tranquilidad, el agua que caía sobre las cortadas se sentía refrescante, dolía pero lo relajaba. Después de 20 minutos salió del baño y se cubrió las cortadas con una gasa, otras veces los cortes se abrían un poco y hacía que su pijama se manchara. Se acostó y lo último que pensó fue que ojalá el día siguiente no fuera tan malo. Pero lo fue.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Kurt al recordar aquello, las cortadas aún estaban en su pierna pero ya no dolían como la primera noche. Había llegado ya a la chancha de futbol y subió por las gradas, nadie nunca se reunía ahí si no era hora de entrenamiento, así que era el lugar perfecto para estar solo. Sacó su manzana de la bolsa de papel y le dio un mordisco, se dio cuenta de que si estiraba su mano izquierda hacía el frente se podían ver sus cortadas en la muñeca, dejó la manzana a un lado de él y se subió un poco la manga, con su otra mano empezó a tocar las costras color tinto que se levantaban en su muñeca, luego pasó a tocar sus cicatrices que se veían de un color rojo o rosa, -parecen un gusano-, se dijo Kurt mentalmente.
-Hey Kurt, hola.- rápidamente el castaño bajó su manga y volteó a ver de donde provenía ese saludo. En el primer escalón de las gradas se encontraba Blaine y unos metros atrás vio como se acercaban Nick y Jeff. -Adiós a la tranquilidad de estar solo.- pensó Kurt mientras veía como los tres chicos subían hasta donde se encontraba sentado y empezaba a idear una excusa para irse sin tener que entablar un conversación con ellos.
-Así que aquí te escondes de nosotros...- dijo Nick con una mueca de tristeza. - Que tonto que no vinimos a buscarte nunca aquí, es obvio, es un lugar tranquilo, obviamente estarías aquí. Pero bueno, vimos que te dirigías para acá así que te seguimos, espero no te moleste pero en verdad necesito saber el porque de tu repentino alejamiento...-
-De hecho, los tres queremos saberlo. Era cierto que queremos conocerte Kurt, pero sobre todo que seamos amigos.- dijo Jeff mirando a Kurt que se mantenía con los ojos puestos en Nick. Kurt quería abrazar a su mejor amigo y que éste le dijera que todo estaría bien, pero sólo se limitó a seguir viéndolo a los ojos, sabía que Nick lo entendería con ese simple gesto, Nick sabía que esa mirada significaba un "Lo siento, pero no iré con la psicóloga; lo siento me volví a cortar; lo siento pero no puedo cambiar y no quiero que cargues con esto." Antes de que otra cosa sucediera, Nick se arrojó a los brazos de Kurt.
El chico de cabellos negros empezó a susurrar al oído de Kurt sólo para que él lo escuchara. -Jamás serás una carga Hummel, entiéndelo. Verás que de poco a poco todo lo que sientes acabará, pero lo haremos juntos.- Jeff y Blaine no dijeron nada, sabían que si lo hacían interrumpirían un momento muy íntimo. Cuando el castaño y su mejor amigo se separaron Jeff habló con una tono que hacía creer que se le había ocurrido una gran idea.
-Hey, ya que todo está mejor entre ustedes, ¿Qué les parece si nos saltamos éstos últimos períodos y vamos a la casa de Blainey a ver una película, comer y a lo mejor algo de karaoke?- preguntó el rubio viendo a todos. Nick y Blaine sólo pudieron sonreír ante la grandiosa idea, los tres voltearon a ver a Kurt.
-Amm, si creo que está bien. No creo que a Burt le moleste...- dijo Kurt un poco nervioso, era la primera vez que pasaría más tiempo con Jeff y Blaine que el de un simple almuerzo, y no sería en la cafetería, era en la casa de morocho y eso lo ponía incómodo.
-¡Perfecto!- gritó Blaine mientras se acercaba al castaño y tomaba su mano para que pudiera sujetar su brazo mientras bajaban de las gradas. -Opino que nos vayamos lo más rápido posible antes de que le demos la oportunidad a un maestro de que nos vea y nos mandé con el director.-
Los cuatro iban llegando al estacionamiento de la entrada principal de McKinley, mientras Jeff vigilaba que no hubiera nadie por ahí que pudiera verlos.
-Vamos, vamos... Está despejado, suban al auto.- dijo el rubio mientras movía su mano en señal de 'avancen' y giraba su cabeza de un lado a otro.
Blaine se acercó al auto y abrió la puerta a Nick, esté último se subió mientras su mirada seguía en su novio y su risa salía al verlo actuar así. -Vamos mi amor, ya puedes subir jaja.- Jeff corrió a toda velocidad a la puerta del piloto y una vez arriba, se acercó a darle un beso casto en la boca a su novio.
Blaine volteó los ojos ante la escena de su mejor amigo y abrió la puerta trasera del auto para que Kurt pudiera subir, giró su mirada al castaño y espero expectante a que estuviera arriba. Kurt se estaba debatiendo en no ir y quedarse en la escuela, sentía que algo no iba a salir bien, pero aún así le dio una muy pequeña y casi invisible sonrisa a Blaine y subió. El morocho sonrió ante el gesto de Kurt y cerró la puerta.
-¿Todo listo?.- dijo Jeff con una sonrisa.
-¡Listos! Avance ya señor Sterling.- dijo Blaine viendo por la ventana y asegurándose de que no hubiera ningún maestro o algún estudiante chismoso.
Kurt seguía sintiendo que todo esto era una mala idea. Si tan sólo hubiera dicho que no a la invitación o si hubiera ignorado a los chicos, se hubiera ahorrado todo el problema que vendría después. Si tan sólo se hubiera dado la vuelta cuando pudo.
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In My Veins
RomanceEs el último año de Kurt en McKinley, no sabe lo que quiere para su futuro, lo único que tiene son las navajas que siempre lleva en su mochila y las largas cicatrices en sus muñecas. Blaine Anderson ingresa con su mejor amigo a McKinley para su últi...