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"No me vuelvas a decir bebé,
Yo no soy tuyo ni de nadie,
Yo soy solo de mi..."

Aquella hermosa ojiverde bebió de un solo sorbo su trago, podía entender la letra de aquella canción y le parecía bastante personal en ese momento. Había abandonado la misión más importante en su carrera, ahora era una desertora de la CIA, habia huido del país, tratando de escapar del sentimiento que la ahogaba. Era insoportable y algo que nunca había sentido.

¿Porque había regresado? Ni ella lo entendía, habia estado en Medio Oriente tratando de encontrar un rumbo a su vida de nuevo, luego de perderlo todo.

Más sin embargo, ahora estaba en la misma ciudad donde había fracasado como agente encubierto. Llevaba días siguiendo los pasos de aquellas dos mujeres, bajo las sombras por supuesto. Aun no lograba entender el motivo de porque lo hacía, en el fondo quizá quería evitar que alguien más cayera en la redes de aquella mujer. O quiza solo eran celos de que alguien más pudiera ser tocada por ella.

Mierda, realmente esperaba que fuese lo primero. Si no, realmente estaba jodida.

Mientras la ex agente encubierta seguía con su autosabotaje, en la mesa del fondo dos mujeres disfrutaban de la noche sin saber que estaban siendo vigiladas.

-"¿Que te parece el lugar?" Preguntó Kassandra mientras veía como la ojiverde posaba su mirada por su alrededor. Observando cada detalle de aquel bar latino en el centro de DC.

-"Es lindo" Mencionó simplemente la mujer mientras bebía de su cerveza, la mulata se había decantado por un mojito cubano. -"Han pasado días y la Reina no ha regresado" Dijo mostrando un poco de preocupación, sin duda le inquietaba no haber captado la suficiente atención del objetivo.

Su compañera la entendio y tomo su mano. -"A veces es así, pueden pasar semanas sin que la veamos. Pero eso si, una vez que se enganche es imposible alejarla" Explico queriendo tranquilizar a la mujer. Y es que tampoco mentía. La misión apenas comenzaba, aun no era tiempo para darse por vencidas. -"Lo que me queda claro es que la paciencia no es tu mejor virtud " Expuso la mulata chocando su hombro juguetonamente con el de la pelinegra. Quien reviró los ojos tratando de seguirle la corriente, la realidad es que si estaba un tanto recelosa sobre ese tema.

Sus ojos verdes se dirigieron de nuevo a la barra, dónde la misma mujer castaña y de pelo corto seguía sentada. La había captado varias veces siguiendolas con la mirada. Parte de su entrenamiento como agente era ser observadora. Y ella lo era. Quizá para cualquier persona pasaría desapercibida pero no para ella. Pensó en comunicarselo a Kassandra, pero tal vez solo se estaba volviendo paranoica.

-"¿Y si mejor vamos a tu departamento?" Sugirió Lauren dado qué el departamento de Kassandra estaba mas cerca, luego de que no se sentía tranquila con la presencia de aquella mujer. Los ojos obscuros de su compañera se iluminaron y asintio de inmediato.

Michelle no tenía otras intenciones más que salir de allí, pero Kassandra definitivamente esperaba tener más suerte.

***

El hombre rubio vestido perfectamente a la medida por su traje de la marca Ferragamo, su marca favorita, camino con cuidado por aquella sala llena de aparatos para hacer ejercicios. Era un gimnasio privado equipado con lo mejor, mientras el tenía que conformarse con un aparato multifuncional dentro de su vestidor privado, nada comparado con esto, especialmente la vista al Jardin Sur donde a lo lejos podía verse el obelisco en la Explanada Nacional de Washington.

Un suspiro de derrota sacudió al ojiazul, sabiendo de que el motivo de que se sintiera un intruso en su propia casa estaba precisamente frente a el. En la caminadora elíptica mientras disfrutaba de las mismas vistas. Se dirigió a ella con cuidado. Poniéndose a su lado sin emitir ninguna palabra, la mujer tenía unos audífonos inalambricos con cancelación de sonido puestos, seguramente escuchando música clásica.

Reina ObscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora