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Los días habían transcurrido, Hoseok no le dirigía la palabra a Jungkook, no lo miraba e inclusive intentaba estar el menor tiempo posible en casa, después de esa noche él estaba avergonzado consigo mismo, se daba golpes de pecho mientras se lamentaba lo que le había echo a su hijo, sin embargo por las noches se encargaba de tocar su miembro mientras pensaba en el cuerpo desnudo y vulnerable de su hijo.
—Mi dulce Kookie.
Jungkook por su parte, no había salido de su habitación, se sentía sucio, se daba duchas de dos horas pero nada de esto le hacía sentirse más limpio, nada borraba lo que había pasado esa noche, el tacto de su padre, el dolor de su cuerpo, las lágrimas, todo estaba en su mente para siempre; por las noches intentaba dormir, pero su sueño se veía interrumpido por las pesadillas que ahora lo torturaban, este trauma ahora había desbloqueado muchos recuerdos de su infancia, ahora tenía el rompecabezas completo.
Jungkook siempre se había preguntado por qué sus recuerdos de la infancia eran tan pocos, y los que tenía siempre eran de él y su padre comparando cosas cada dos o tres días, los recuerdos que tenía con su padre eran felices, se había dado cuenta que todo esté tiempo inclusive su mente lo había engañado, siempre pensó que su padre era un buen hombre y un buen padre, pero después de su violación todo esto era desechado, ahora tenía los recuerdos de cada una de las violaciones que vivió desde pequeño, tenía los recuerdos de los momentos en los que su padre se volvía un monstruo y lo lastimaba.
Kookie estaba perdido, sin esperanza, tenía miedo, su llanto continuaba brotando de sus ojos todo el día y en la noche hasta que éste se quedaba dormido y continuaba por las madrugadas cuando su sueño se veía interrumpido por alguna pesadilla, no hablaba con ninguno de sus amigos, no había asistido a la escuela en tres días, dejo de comer como acostumbraba, se notaba más pálido de lo normal, Jungkook la estaba pasando verdaderamente mal.
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Era martes por la tarde, Jungkook estaba sentado en su cama abrazando una almohada, se mantenía viendo a un punto fijo, su mente estaba en blanco, solo podía escuchar el cantar de las aves y el ruido de la calle que se resumía a gente pasando por afuera y autos recorriendo las calles.
