𝓗𝓮 𝓬𝓪𝓵𝓵𝓮𝓭 𝓶𝓮 𝓵𝓲𝓽𝓽𝓵𝓮 | ʜᴏᴘᴇᴋᴏᴏᴋ

II

Después de aquella noche de haberse masturbado pensando en el trasero del pequeño, sus deseo de tenerlo cerca otra vez de esa manera se hacían presentes, cada vez más fuertes, el deseo era casi incontrolable. Ahora cada que éste lo bañaba su mirada iba directo al trasero del menor, lo tocaba indebidamente mientras "jugaban".

Sin darse cuenta Jung se había obsesionado con las pequeñas posaderas de Jungkook, no, con todo su cuerpo, con su ser entero, ahora su tacto con él no era el mismo, intentaba tocarlo indebidamente cada que tenía oportunidad, en la cocina, cuando lo cambiaba, en el baño, en donde fuera, él quería tocarlo, había comenzado una obsesión enferma por tenerlo cerca, sentado sobre él, acostado en su pecho, por olerlo, por mirarlo.

Los días pasaron, Jungkook era pequeño pero no tonto sabía que algo andaba mal con su padre, ahora se tardaban más en la ducha, Hoseok lo tocaba en todo momento, esto no lo incomodaba pero había una extraña sensación en su cuerpo después de que éste lo hacía, él no sabía explicarlo, solo sentía cómo un cosquilleo incómodo recorría todo su cuerpo, su pequeño y tierno cuerpo.

Habían pasado días de aquellos sucesos, Hoseok se había cuestionado si estaba bien o no, pues era una pregunta que no lo había dejado dormir bien del todo, siempre llegaba a la conclusión de que solo había sido "el momento" o deslices que había tenido ante su deseo sexual y la sensación que tenía cuando fue la primera vez que lo tocó.

Jungkook por su parte estaba normal, lo que su padre estaba haciendo con él era algo que ya lo tenía sin cuidado pues él no sabía nada sobre la sexualidad del humano y en la escuela le decían que si un extraño te tocaba tenías de hablar con alguien de confianza pero Hoseok no era un extraño, era su padre y su persona de confianza.

Kookie solo se preocupaba por tener el dinosaurio más grande de la escuela, a final de cuentas él es un niño inocente, un angelito que no puede provocar algo que no sabe cómo es que funciona.

—Vamos pequeño, es tarde para que llegues a la escuela—el mayor se arreglaba la corbata mientras intentaba que su pequeño se apurara a caminar.

—Voy papi— respondió aquel pequeño de ojos grandes y mejillas rosadas, cargaba su mochila mientras que sus agujetas estaban desatadas.

Hoseok abrió la puerta trasera del auto, metió al menor y ajustó su cinturón de seguridad mientras a éste le colgaban sus pequeños pies, le dio la vuelta al automóvil, abrió la puerta del conductor para después proceder a hacer lo que ya era costumbre todas las mañanas, llevar a Jungkook hasta la puerta de la escuela.