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Quizás había pasado una semana desde aquella charla con Ron, quizás se había desvelado pensando hasta la razón de su existencia.

Y Harry Potter había llegado a una conclusión:

Ser homosexual esta bien, es tan normal como ser heterosexual.
Pero, el no era gay.

Bueno, se le había pasado por la cabeza esa opción cuando recordó las veces en que pensó en ese chico tocando su abdomen con deseo y besándole apasionadamente, el mismo acariciando su cintura y atrayendolo hacia sí, pero eso era algo que una chica podía hacer también, ¿no?

Aparte seguro que las personas hetero también pensaban eso de vez en cuando al estar aburridas.

Aquella persona que tantas ganas le traía no era nadie en especial, no tenía cara, solo era el chico ideal que venía a su mente cuando intentaba fantasear.

Mientras él miraba a la chica –la cual era básicamente lo mismo, pero su cuerpo era diferente–, él llegaba y le acorralaba contra la pared, y, no sabría dar una explicación decente del por qué, la chica se retiraba mientras se despedía agitando su mano con una linda sonrisa.

Bueno, quizás si fuera un poquito gay.

Sacudió la cabeza, era algo estúpido, a él nunca le habían gustado los chicos, si exceptuaba a ese chico de cuando estaba en cuarto, ese Hufflepuff, Cedric.

Aunque no lo había considerado una atracción hasta ahora, sino una admiración, y también algo de envidia que le había hecho prestarle más atención de la necesaria, pues se suponía que a él le gustaba Cho.

Querer que le reclamara, le acorralara y le besara como castigo por desviar la atención de el, cuando empezaron el torneo, no es algo que se pueda considerar una admiración.

Oh dios, si lo pensaba bien, realmente estuvo gustando de dos personas al mismo tiempo, dos personas que estaban en una relación.

Que desastre pensó.

Dejando eso de lado, no había gustado de chicos antes, los gemelos Weasley y sus pequeñísimos pensamientos de tercer curso no cuentan.

De todos modos, el 'chico ideal' no era algo realmente especial, sus pocas cualidades nunca cambiaban, pero últimamente, su esponjoso cabello negro había sido remplazado por un liso y suave rubio platino.

Le resultaba aterradoramente familiar, por alguna razón.

Podía ver una brillante tormenta en sus ojos, pero no es que fuera algo especial.

[♡]

Soltó su capa lentamente, algo cohibido.

Nunca se sintió incómodo en los vestidores de quidditch, a pesar de que estaban llenos de hombres semidesnudos, y que él mismo lo estaba también.

Nunca hasta ahora.

Por razones que el capitán del equipo de Slytherin se había negado a dar a conocer, los chicos de Slytherin se estaban cambiando con ellos ahora mismo.

Como, realmente estaban ahí, cambiándose frente a los Gryffindor, con total naturalidad, dándoles sonrisas de superioridad cuando alguno se quedaba mirando más tiempo del debido.

O si miraban en absoluto, daba igual.

Y eso no debería ser un problema, no, pero...

Estaba allí. De nuevo.

La desesperante sensación de ser observado sin saber desde donde. Miró a los alrededores en varias ocasiones, buscando los ojos que le miraban, pero lo único que encontró fue las risitas desvergonzadas de los Slytherin cuando sus ojos le susurraban:

"¿Quieres?"

Miró rápidamente alrededor, se bajó los pantalones y miró de nuevo. Se puso los shorts del uniforme y miró de nuevo.

Nada. Nadie parecía estar mirándole.

Se empezó a preguntar seriamente si alguna magia oscura le estaba acechando de nuevo.

Rodó sus ojos ante sus propios pensamientos, eso era imposible, ¿no?

¿No?

"No, Harry, concéntrate. Ninguno de estos idiotas te está viendo, cámbiate de una vez." Pensó, intentando darse ánimos a sí mismo y sacudiendo la cabeza.

"No te importa lo que alguno de ellos piense de , bien, mira, se están yendo ya. Genial, simios fuera." Efectivamente, algunos de ellos empezaron a salir de los vestidores con sus uniformes puestos.

Deslizó sus manos en el borde de su camisa, dió otra mirada rápida al vestidos y-

Oh.

Volvió a girar su cabeza, miró fijamente a la persona que pareció haberle mirado.

Conectó sus ojos con los ojos ajenos, mirándole con una ceja alzada, esperando por alguna palabra, mas el silencio de sus ojos grises se mantenía ahí.

Parecieron años hasta que finalmente cayó en cuenta de que no había nadie más en los vestidores.

—¿Qué me ves?— Preguntó, con su voz más temblorosa de lo que hubiera querido.

Malfoy le observó en silencio, aún sin dejar la intensa conversación visual.

—¿Malfoy?

Entonces, el rubio pareció darse cuenta de algo, y apartó la mirada con un brusco movimiento.

—¿Potter?

Harry le miró aún extrañado, Malfoy ya se había terminado de cambiar, ¿por qué seguía ahí?

—¿Qué me viste?— volvió a preguntar, con algo más de valor.

Silencio, de nuevo.

Después de unos minutos, Malfoy finalmente hizo algo, caminar hacia él.

—No te estaba viendo. —Comentó al tiempo que pasaba una mano en el borde olvidado de su camisa.

—Mentiras, te ví. —Susurró, aunque en realidad, ya no le importaba eso.

Draco levantó la camisa lentamente, eventualmente, sus ojos conectaron con los suyos.

Una voz amortiguada por la lejanía y su pulso acelerado llegó desde fuera, pero no le importó realmente.

No le importó cuando los dedos de Draco rozaban accidentalmente su piel.

Joder, su toque quemaba y ardía.

Cuando la otra mano de Draco se posó en su cadera, llevó instintivamente la suya propia al mismo lugar, acabando una sobre otra.

Draco alzó una ceja y sacó su camisa.

Harry soltó aire inconscientemente, cuando tomó la parte superior del uniforme y lo coló sobre su cabeza, despeinándole un poco.

—Oye!

—No te preocupes, Potty, nadie lo va a notar, si siempre traes el pelo despeinado.

Harry quiso reclamar, mas su mirada reparó en la mano fría de Draco.

Aún en su cadera. Y la suya sobre la de él.

Su pulso realmente no debería estar tan acelerado. Sus manos realmente no deberían sudar con ansiedad.

Finalmente, volvió a observar los ojos grises de Malfoy cuando retiró su mano, dejando la suya en el aire.

—Deja de atrasar, Potter, nos están llamando. —Dijo y salió de allí.

Sin bromas, sin burlas, sino en un tono calmado que resultó ser una combinación realmente extraña para su corazón.

Salió de allí con una imagen bastante clara en su mente, ocupando el espacio sin consentimiento.

Los ojos de Malfoy, observándole en silencio, haciéndole apreciar el gris de ellos y sus pestañas rubias.

Eran bonitos. Pero no es que los ojos grises tuvieran algo de especial.

[♡]

-Jaz


Awaiting For Your Love / Drarry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora