C A P Í T U L O 3

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D I S C L A I M E R: Esta historia hace uso de personajes externos, pertenecientes en todos sus derechos de autor a J.K Rowling, no está plagiando o robando su trabajo, solo se hace préstamo y se juega con la trama, con el debido respeto.

P R E C A U C I Ó N: Se tratan temas delicados como el suicidio, se utiliza un vocabulario vulgar y se hacen descripciones explicitas. Leer con discreción.

Metodología de la historia:

—Hablando/Conversando.

» Sigue hablando la misma persona.

Hablando pársel u otro idioma.

Pensando/Recordando.

«Llamada/Conversación por flú u otros tipos de comunicación.»

. . .

El entierro de Hermione había sido silencioso e íntimo, solo habían estado presente la familia Weasley, Luna, Neville, Draco y Harry. Nadie dio palabras y tampoco lloraron en voz alta. Había sido un velorio silencioso, que solo se compuso de sollozos aún más silenciosos y lágrimas que se perdían en el césped. 

El ambiente estuvo pesado, lleno de suspiros y nostalgia. Sin embargo, el cielo estuvo más claro que nunca, pintado en un azul claro que casi se fusionó con la nubes blancas. Harry que una vez más no había dicho palabra alguna desde el día anterior, a diferencia del funeral de Ron, se había mantenido calmado durante todas las exequias, y Draco realmente se había asustado.

Cuando Charlie había dejado el cuerpo de la castaña sobre una plataforma transfigurada, Harry a trompicones se había casi recostado con ella. Llorando y susurrando que ella no podía hacerle eso, repitiendo el mantra hasta que sus ojos estaban secos e inyectados en sangre. Cuando se habían acercado las cinco de la mañana, y el cuervo amenazaba con no dejar el lado de su fallecida amiga, Draco había empujado un Sueño Sin Sueños en la garganta de Harry, quien se desplomo en sus brazos cual muñeco.

Cuando el ojiverde entró en consciencia ocho horas después, todo estaba listo para la sagrada despedida y Harry no había comentado ni una sola palabra, ni dejado caer una sola lágrima hasta las cuatro de la tarde qué fue la hora dónde todo se llevó a cabo.

El rubio se había mantenido a un lado del último Potter durante toda la ceremonia, viendo cómo Harry parpadeaba ocasionalmente, sin apartar la mirada de la tumba, suspirando de vez en cuando como si esa fuera la única razón por la que aún existía, como si la tierra que lo separaba del ataúd contuviera algo inalcanzable para él.

Y una hora después de que todo se había acabado, además de Luna y Neville, eran los únicos que aún quedaban allí. Draco bajó su mirada a la lápida, leyendo por centésima vez lo que había allí grabado;

"Aquí descansa Hermione Granger
Fiel esposa, adorada hija, valiente hermana y sobre todo, la mejor amiga que pisó este mundo".

El ahora Lord Malfoy, volvió a alzar su vista cuando su acompañante silencioso se acercó a la lápida para dar dos toques con su puño cerrado, más tarde arrodillándose y presionando su frente en el frío mármol, por el rabillo del ojo vio a Neville pasar un brazo por los hombros de Luna,  ella se recostó en su costado buscando consuelo tácito.

Exhalando, Harry habló, —Sí que fue una hermana valiente, ¿No?

—La mujer más valiente que podríamos haber conocido, —Neville respondió con su voz resonando en el lugar abierto como mil voces en la sala de profecías del Departamento de Misterios, Luna y Harry asintieron con su cabeza. Malfoy solo pudo poner sus manos dentro de los bolsillos de su túnica.

BUSCANDO EN EL PASADO [Por determinar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora