Stalker

Capítulo 12

  Mi padre estaba mirando a Klaus de arriba abajo y él lo había notado porque podía ver su incomodidad. Mi padre no se estaba midiendo un pelo.
— No lo encuentro — habla finalmente .
— ¿El que?
— Lo que le viste — aclara — Es horrible .
  Mi mamá contiene una risa igual que Amanda. Klaus no estaba tan feo, de hecho era perfecto lo que su ego de padre protector no le dejaba ver esa realidad.
— Papá ¿qué feo de qué? — ahora soy yo la que río — Antes de dar críticas deberías mirarte en un espejo — le digo.
— Yo estoy muy bonito ¿No es así Amanda?
  La mujer eleva las comisuras de los labios pero no dice nada.
— Sisi, Miss universo puedes ser, no te jode — protesto.
— Ese vocabulario no es el adecuado de una niña— me reprende.
  << No lo quiero matar >> << No lo quiero matar >> repito mi mantra una y otra vez para ver si surge efecto y me quita esas ganas.
— No soy una niña — digo calmada.
— Si lo eres — me contradice.
— Robert ya hemos hablado de esto — dice Amanda.
  Y él se calla. Miro a Klaus y él se encuentra mirándome me encojo de hombros a modo de disculpa y él me da una media sonrisa.
— Amigo Calvo ¿Cómo estar?
  Aullin hace acto de presencia en la cocina - comedor. Yo reprimo una risa pero  Klaus no logra lo mismo y empieza a reírse. Cuando mi padre le manda su mirada de furia él para en seco y le sonríe.
— Calvo? ¿Yo?
— Si lo eres papá — digo utilizando el mismo tono que utilizo conmigo hace unos minutos.
— No soy calvo.
— Para nada — digo sarcásticamente
  Mi mamá se rasca la garganta y todos la miramos, esta es su forma de acabar una discusión, siempre lo ha sido.
—¿Comemos?
— Si — dijimos todos a la vez .
  Momento incomodo, eso es lo que grita mi yo interior.
— Valeria, ayuda a tu madre — dijo mi padre.
Tendrá valor.
— Ah para esto si estoy grande ¿no?
— Valeria — Me dijo en tono amenzante
  Me calle,  no porque me diera miedo sino porque no quería que Klaus se sietiera más incomodo de lo que parecía ya estar.
— Bueno ... Klaus ¿Que estudias?
— Psicología — dijo bajito .
— Interesante.
— Emilia ¿Tu sabes qué es la psicología? — Interrumpió mi padre .
  Siempre, siempre tenía que dar la nota.
— ¿Y tu sabes tratar a tu hija como una adolescente normal? No verdad y no me quejo.
— Pero si no hacéis otra cosa qué quejaros.
— Porque no es una niña — Protestó la mujer.
— Ohh, perdón por no regalarle a mi hija un cosolador.
  Y si, mi mamá en mi cumpleaños pasado me había regalado uno de tres velocidades. Mi papá vio en el momento que me lo daba y rápidamente me lo aparto de las manos ... pero bueno, fue bonito mientras duro.
— Fue un sacacorchos — Casi gritó.
— Si, claro — puso los ojos en blanco.

   Para mi sorpresa la cena transcurrió sin más cruce de palabras, si, nadie habló más. Klaus se encontraba a mi lado en la cocina, digamos que ayudándome a fregar los platos mientras mis padres charlaban cálidamente en la sala como si una hora antes no se hubiesen peleado.
  El no hablaba y eso me inquietaba. Yo sabia que la cena no había sido la más perfecta, pero tampoco era para tanto ¿Verdad? Como fuese.
— Me agarras ese plato — señalé un plato que estaba en la mesa y él lo trajo — Gracias.
No hablaba.
No lo hacía
Y no, no lo hacía.
— ¿Me quieres decir que coño te pasa?
— ¿A mi? Nada.
— No, nada de nada, solo te has pasado el día más callado que una devota en una misa — Tome aire — A ver ... yo sé que mi familia es un poquito rara.
— Son ... — se calló —¿Diferentes ?
— Si — dije — Oye si te quieres ir puedes hacerlo — le informe — al final fui yo quien te metió en todo esto y ni siquiera somos algo.
Él se acercó a mi rostro y colocó un mechon de pelo tras mi oreja.
— No me iré, quiero quedarme aquí , contigo.
— Ah.
<< Eso, tú di sólo un mísero "ah" >> protestó mi conciencia.
Él se quedó callado. Genial. La verdad es que yo no era buena para estas situaciones, la verdad no era buena para nada.
— ¿Te sientes mal? — preguntó.
Yo lo mire extrañada.
— Estas pálida — siguió.
— Ahh no, eso es casi normal.
— Ah.
¿Que digo?
— Perdón — solté.
El alzó una ceja y fue a hablar pero yo se lo impedí.
— No debí meterte en todo esto, debí decir que solo fue un beso porque en realidad no somos nada y te he metido en esto y tú no tienes ninguna culpa y has aguantado las discusiones de estos dos qué bueno son horribles.
   El sonrió y me dedico una mirada feliz.
— Si estoy aquí es porque quiero estar aquí, no en más ningún lado,aquí, contigo.
<< Poséeme >> gritó mi subconsciente<< aquí encima de la encimera, no importa >>
  Dios mío qué mal estoy.Yo le di una sonrisa. Salí de la cocina y vi a mi padre sentado en el sofá al lado de Amanda y mi mamá frente a ellos ¿Sería muy arriesgado enseñarle mi habitación? ¿No verdad?
  Me encamino hacia la cocina y el sigue ahí. Trato de poner la cara más inocente posible.
— ¿Quieres subir? — pregunte mordiéndome el labio
   El suspiro y me lanzo una mirada de esas de cuando alguien dice alguna idea pésima pero demasiado buena para rechazarla.
  Finalmente asintió y yo lo guié hasta la habitación que estaba en el pasillo. La verdad es que mi habitación era bonita , modestia aparte, la decoración se me da fenomenal cuando me convenía. Las paredes eran color morado y tenía unas rayas hechas en color blanco que le daban un toque muy cool.
  Veo como Klaus examina la habitación poco a poco desde su lugar. Yo aprovecho para darle una ojeada, tiene los labios hechos una línea, tiene las mejillas contraídas, los ojos, sus ojos eran tan .... perfectos , dignos de admirar.
— Está bonita — dijo finalmente.
  ¿Bonita?
— Podemos salir ya — dijo.
¿Salir? De eso nada. Veo como se mueve nervioso y no puedo evitar que se me curven las comisuras de los labios. Klaus ¿Acaso te pongo nervioso?
Me le acerqué muy despacio y puse mis manos alrededor de su cuello . Quería besarlo, no, iba a besarlo. Cerré mis ojos , acerque mis labios a los suyos y termine fundiéndolos en un beso.

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Holaaaa , soy la autora , la verdad es que hace un tiempecito quería escribir esta historia así que por favor no olviden votar si les gusta y comentar .