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- ¿Una semana? -preguntó Ning mientras tomaba asiento junto a Giselle.

Estaban en la pizzería y colocó una malteada frente a ella y a la porrista. Las dos se sonrieron antes de que Karina asintiera.

- Una jodida semana ¿Puedes creerlo? -preguntó Karina irritada mientras hacía una mueca, tenía un moretón y varios cortes en su cara.

Ayer el director los había llevado a la dirección, a los tres, y los expulsó durante una semana a ellas, debido a la circunstancias y antecedentes de Sungchan, él estaba de manera indefinida.

Al llamar a sus padres habían estado furiosos, pero al explicar entre las dos que fue por defensa propia parecieron calmarse. Incluso los padres de las dos chicas se habían caído bien, muy bien, esta noche Giselle y sus padres iban a una cena en casa de Karina.

A ellas les pareció perfecto ya que así podrían hablar acerca de la cita del viernes. Hoy Ningning había faltado a la escuela con la excusa de estar enferma, era de mañana y allí estaban las tres reunidas, hablando sobre ayer.

- Al menos Sungchan salió perdiendo también -dijo Giselle sonriendo y estiró los brazos, llevaba un labio roto aunque le habían aplicado ungüento.

- Ese chico es un idiota ¿Cómo pudo siquiera hacerles daño? -preguntó Ningning sorbiendo enojada de su malteada, volteó a ver a su chica y llevó sus dedos a los labios de esta- ¿Duele mucho?

- No tanto, pero podrías curarlos -dijo Giselle pícaramente mientras capturaba su mano y la besaba, Ningning se sonrojó pero igual entrelazó sus dedos con los de ella.

- Dios, ustedes me dan caries -dijo Karina un poco abatida, aún recordaba su confesión de ayer.

- Cómo digas rarita ¿Has hablado con Winter? -preguntó aún con la mano unida a la de Ning.

- No -respondió simplemente.

- Lo de ayer no fue la mejor forma de decirle que estabas enamorada de ella, pero al menos el mensaje le llegó claro y directo - dijo Ningning intentado animarla, pero la ojimarron seguía suspirando.

- ¿Tú has logrado hablar con ella? -preguntó Karina a la porrista y Giselle pareció dudar un rato si responder o no pero terminó asintiendo- ¿Te...dijo algo sobre...?

- Alto, rarita. Verás, no puedo hablarte sobre ese tema. Winter me mataría, pero debes saber que esta muuuy enojada con Sungchan -dijo mientras bebía de su malteada, tomó un respiro y le guiñó un ojo- Creo que esta vez es grave.

- Puede que terminen... -dijo Ningning mirando a su amiga, quería que sonriera.

Pudo lograr algo ya que Karina levantó la comisura de los labios y dió una débil sonrisa, era mejor que nada.

- ¿Te esperabas aquello? -preguntó mirando a Giselle, la porrista había quedado entretenida con el cabello de Ningning pero luego volvió a verla.

- ¿Qué cosa? ¿Qué estuvieras enamorada de mi mejor amiga? ... Algo así, siempre la mirabas de una forma.... diferente -ladeó la cabeza pero terminó sonriendo.

Karina no terminaba a acostumbrase de que la chica que odiaba en primer año la tratara tan bien. Ahora sólo faltaba Joy o Irene, también Momo, dentro de poco volarían los cerdos también.

- Te dije que eras muy obvia -le reprochó su mejor amiga, Karina rodó los ojos.

- No importa, igual tal vez ahora le de asco o algo por el estilo -se desánimo mientras recostaba su cabeza en sus brazos

Ningning observó con preocupación a su amiga, con su mano libre acarició su cabello y le otorgó una mirada a Giselle. La porrista negó con la cabeza como diciendo "no puedo hablar de eso", la chica de ojos marrón la miró con reproche pero al ver la alarmada cara de la chica prefirió no presionar.

- Bueno ¿Qué haremos hoy? Es un día hermoso y aún falta mucho para la cena -intentó cambiar de tema Giselle y Karina solo encogió de hombros.

- ¿Una película?

- ¿Mi casa o la tuya? -preguntó Ning ahora sonriente.

- La tuya -respondió Karina más animada y para fastidiar a su amiga agregó-: Pero no se queden toda la tarde besuqueándose, si no las dejo solas.

- Entonces tendrás que ir yendo de una vez a tu casa...¡Auch! -dijo la porrista mirando con reproche a Ningning, le había dado un golpe en el hombro- Sólo le aviso de una vez.

- Descuida, vamos a ir a ver la película, Karina -le sonrió a su amiga ignorando a Giselle, la ojimarron rió.

- Lo bueno es que no fuimos expulsadas del baile de invierno -comentó Giselle casualmente y Karina la miró confundida.

- ¿Qué baile?

- El de invierno, es dentro de dos semanas, Rina ¿No recuerdas? -preguntó Ningning y la aludida negó.

- Nunca me entero de estas cosas -se encogió de hombros.

- ¿Pero vas a ir? -la animadora alzó las cejas de forma sugerente.

Karina ladeó la cabeza.

- No tengo pareja -se encogió de hombros- ¿Tú ya tienes con quién ir?

Giselle se quedó quieta mientras a su lado Ningning fingía jugar con la pajilla, pero en realidad le daba miradas de reojo tímidamente, logrando que la animadora se sonrojara.

- Eh... bueno, en realidad aún no -rió un poco nerviosa y con el cuerpo tieso, se volvió hacia Ning, que de inmediato dió toda su atención- Mmm Yizhuó... ya sé que aún no hemos tenido nuestra primera cita pero.... mmmm tu.... Mmm... quisieras....

Ningning parecía desesperada con la vacilación de Aeri, extendió la mano y capturó la de la animadora, acariciándola, para darle ánimos.

- ¿Quieres... quieres ser.... quieres ir al baile de invierno conmigo? -acompletó Giselle la propuesta con las mejillas rojas, soltó un suspiro cuando dijo lo último y Karina empezó a reír- No veo lo divertido, rarita.

- Yo sí, ya la has besado muchas veces pero, te da vergüenza pedirle que sea tu pareja, es gracioso -le contó mientras observaba ahora con mas diversión el rostro rojo y enojado de la animadora.

Ningning también lucía un lindo rubor y le sonría con adoración a la chica de ojos café, se acercó a ella tomando su rostro, para que Giselle la mirara a los ojos.

- Claro que quiero ser tu cita. Te amo, Gigi -le dijo con los ojos brillantes y Giselle formó una tonta sonrisa en sus labios.

- Yo... yo también te amo -le dijo colocando sus manos sobre las de ella en su rostro, se acercaron y se dieron un dulce y casto beso en los labios.

- Ewwww -se quejó Karina mientras las dos chicas se separaban, riendo.

Ya no se estaban besando, pero sobre la mesa estaban sus manos entrelazadas, mientras las dos sonreían. El amor era bello, pero claro, no para la ojimarron.

- Descuida, también te puedo dar un beso a ti -dijo Giselle, dándole un guiño, y Karina hizo una mueca.

- No, gracias, prefiero a las pelinegras bajitas -dijo sonriendo, logrando que su mejor amiga empezara a reír.

RIVALES | WINRINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora